Carlos Ramos, exdiputado de la AN, hizo un balance del daño que le hizo a Venezuela la política expropiatoria de Hugo Chávez, de la cual Nicolás Maduro también es responsable
La política de expropiaciones y confiscaciones que comenzó Hugo Chávez y Nicolás Maduro avaló durante años, son producto del odio y el resentimiento, no solo de estos personajes hacia el sector privado. También son sentimientos expresados, a través de esas acciones, contra toda Venezuela y sus habitantes.
La afirmación la hizo Carlos Ramos, exdiputado de la Asamblea Nacional, quien era integrante de la comisión de Contraloría, en entrevista con Impacto Venezuela.
Ramos realizó un balance de los daños causados a Venezuela, precisamente a raíz de las expropiaciones iniciadas por Chávez. También con motivo de que el 14 de abril se cumple un mes desde que devolvieron el Sambil La Candelaria, a sus dueños.
«En el 2001 había 76 empresas públicas en Venezuela. Luego se llegó a 526, tras la fiebre expropiatoria de Hugo Chávez. Todas estas empresas están quebradas y representan un costo muy grande. En ellas se instaló un complejo burocrático sumamente costoso para el Estado y donde no hubo productividad», dijo.
«Esta es la razón por la cual están devolviendo alguna empresas, aunque solo se sabe del Sambil y de un fundo devuelto en por INTT. Son muy pocas, si estamos hablando de 526», explicó.
El dirigente agregó que como consecuencia de estas expropiaciones, «Venezuela es el país que tiene más empresas públicas, comparado con Brasil y Argentina. Pero, ha sido una política equivocada, generada por el resentimiento social y la mala fe. Además de desconocimiento desde el punto productivo, administrativo y la ignorancia acerca de los procesos financieros,» aseveró.
Lamentó que durante muchos años «el costo de las expropiaciones lo ha pagado el Estado y los venezolanos en general», porque la consecuencia es la pérdida de la confianza en el país y la inseguridad jurídica.
Y luego, al devolverlas, como el caso del Sambil o de alguna finca, como en el Zulia, «para ponerlas a producir, los costos son muy elevados, tanto para sus dueños como para la nación».
Para destruir
Por otro lado, Carlos Ramos sostiene que «el cerebro creador de esta política expropiatoria fue Hugo Chávez, quien concibió la destrucción del sector productivo. Y esto incluye a Pdvsa», pese a que esta es la principal empresa del país.
«Chávez ideó acabar con la descentralización, creada una década antes de su llegada, por ejemplo. Lo ideó todo para acabar y pulverizar el concepto de la institucionalidad. Y vio como un enemigo al sector privado, por eso lo agredió de manera tan feroz».
Citó como ejemplo lo que pasó en Mérida, de donde Ramos es oriundo. «En Mérida, en el sur del lago, las fincas más productivas fueron expropiadas. Por eso, lo que está haciendo Manuel Rosales es lo correcto. Al revertir lo que hizo Omar Prieto, pero se trata de casos aislados».
Maduro… corresponsable
A juicio del dirigente, el hecho de que Nicolás Maduro haya comenzado a revertir expropiaciones no le hace menos culpable.
«Maduro es corresponsable de todo. Si él tuviera algún nivel de conciencia, desde el primer año de su gestión debió revertir las expropiaciones y evitar lo que está sucediendo con Agroisleña. Estamos condenados a pagar más de 1.6 millones de dólares y con seguridad vendrán otras. Esto es un daño al patrimonio, generado por los que debían tomar decisiones. Ahora, deben asumir esas deudas y pagar por su irresponsabilidad», manifestó.
Ramos aseguró que «Maduro no tiene de dónde sacar esos recursos y, de paso, se causó un daño al sector rural de Venezuela. Estos productores recibían financiamiento de Agroisleña y luego honraban esos compromisos y pagaban sus deudas, para luego sacar insumos y equipos para sembrar nuevamente».
«Lo que hicieron Chávez y Maduro al sector productivo es prácticamente irreparable. Esto ocurre cuando llega al gobierno gente que no sabe, llena de odios y resentimientos hacia el sector productivo», remarcó.
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