Los devotos de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, patrona de los zulianos, llegaron desde muy temprano a la Basílica en Maracaibo. La mayoría pidió que se acabe el COVID-19.
«Lo que más me duele de estos días es que se me han muerto muchos familiares. El COVID-19 mata, pero más mata que no tenemos como pagar por tantos medicamentos. Yo no pude pagar por tanto«, contó María Alejandra Montero, de 56 años que quedó desempleada por la pandemia.
Patricia Agame, también desempleada, lloró frente al retablo de La Chinita. «Vine a pedir para que la Virgen me sane. Estoy enferma del corazón y hace poco me lo diagnosticaron».
Este 18 de noviembre la fiesta de la Virgen se hará en la plazoleta a las 5.00 de la tarde. La eucaristía la presidirá el Arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, José Luis Azuaje.
En esta oportunidad, se celebran los 312 años desde que la Virgen Chinita hizo su aparición en la tablita.
Carmen Márquez tiene cáncer, su hijo murió el mes pasado por el COVID y ella estuvo aislada durante la enfermedad del mayor de sus hijos. Pide que ya «no haya COVID en el país ni en el mundo. Hemos sufrido mucho».
Los mismo pide José Miguel Zambrano, un joven de 28 años que perdió a su mamá y a su papá por el contagio del virus. La ayuda económica que sus dos hermanos mayores le enviaron no fue suficiente para pagar los tratamientos de sus padres. «Nos quedó una deuda de 2.500 dólares que no sabemos cómo vamos a pagar. La gente dijo que poco a poco, pero aún no consigo trabajo».
Para esta tarde, en la misa, las intenciones estarán centradas en la salud, en dar gracias a los que sobrevivieron y pedir por los que murieron como consecuencia del Coronavirus.
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