Luego que Estados Unidos emitiera una licencia a la trasnacional alemana Siemens para reparar centrales eléctricas en Venezuela, surgieron detalles que implican a la empresa en escándalos de corrupción en la primera década de 2000.
Una de las licencias estadounidenses, otorgada en junio, permite a Siemens trabajar con Corpoelec en plantas termoeléctricas en el estado de Miranda, pero impide que aumente la capacidad, dijo Soto.
Una segunda licencia, que vence en octubre, autoriza a Siemens a vender y reparar componentes en centrales eléctricas propiedad de PDVSA. Lleva limitaciones similares.
Sin embargo, aún la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC) no ha publicado estas autorizaciones en su página web como acostumbra a hacer con otras licencia.
La empresa alemana tiene presencia en Venezuela desde hace 60 años y aproximadamente la mitad de las centrales termoeléctricas del país utilizan tecnología propiedad de Siemens.
En 2008, Siemens admitió que desde noviembre de 2001 y hasta mayo de 2007 pagó sobornos por valor de “al menos” 18,78 millones de dólares a funcionarios del régimen chavista, a cambio de un trato favorable en la adjudicación de los proyectos para construir un tren suburbano en Valencia y otro en Maracaibo.
Los dos contratos estaban valorados conjuntamente en 240 millones de dólares.
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