Venezuela cierra el 2020 sin superar la crisis ni disminuir la diáspora

El año 2020 cierra en Venezuela, sin haber concretado los cambios políticos, económicos y sociales que esperaban algunos sectores, luego de haber sobrepasado diversas novedades dentro de la crisis, que no se supera, pero que mantiene a la población en un sube y baja de expectativas.

Un año que se inició con fuertes llamados a la confrontación para lograr la salida de Nicolás Maduro, y fue paseándose por alianzas y promesas de respaldo nacional e internacional a propuestas de acciones contundentes, sin lograr, hasta ahora, mejorar la situación de los venezolanos.

La llegada de los marines de EE.UU., la toma de las calles y del poder por los ciudadanos, así como la negociación de la salida y posible exilio de los integrantes del gobierno de Maduro, fueron algunas de los planteamientos que la población vio pasar sin concretarse.

El régimen, por su parte, no cesó la continuidad de sus políticas «extrangulatorias» de la economía y continuó con la implementación de medidas estatistas y a la vez contradictorias, tratando de sortear las sanciones impuestas por los Estados Unidos, que fueron incrementándose en el transcurso del año.

Sucesos atípicos

Juan Guaidó se juramentó como presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora), y cinco días más tarde lo hizo Maduro para su segundo período 2019-2025, ante el Tribunal Supremo de Justicia, aludiendo a la sentencia de desacato que pesaba contra el parlamento, declarando como nulas e írritas todas sus acciones.

Pocos días después y en medio de una efervescencia política opositora, Juan Guaidó se juramentó como presidente interino de Venezuela, tras desconocer las elecciones presidenciales de mayo de 2018.

Inmediatamente recibió el respaldo de EE.UU. y seguidamente, 53 naciones se sumaron al apoyo.

Maduro expulsó a los funcionarios de la Embajada de Washington, mientras que la oposición insistía en el ingreso de ayuda humanitaria. La administración de Donald Trump anunció el recrudecimiento de las sanciones a Venezuela.

Las empresas o individuos que hacen transacciones con el país caribeño no pueden utilizar el sistema financiero estadounidense. Por otro lado, la oposición ha designado directivos del Banco Central y de Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) en el extranjero.

Maduro se ha resistido a ceder ante las presiones buscando mecanismos de evasión y nuevas alianzas, utilizando una posición de víctima y hablando de «guerra económica e invasión» norteamericana aliada con la «oligarquía» nacional y de Colombia.

Los parlamentarios opositores consideran haber avanzado al contar con representantes diplomáticos en algunos de los países que respaldan a Guaidó, junto a gran cantidad de gobiernos, así como algunos activos de Venezuela en el extranjero.

Todas las opciones sobre la mesa

Varios representantes de Estados Unidos han repetido en distintas ocasiones que frente a la situación de apoyo a Venezuela, «todas las oprciones están sobre la mesa», sin descartar a la fuerza militar.

A finales de febrero, la oposición buscó ingresar por las fronteras, camiones con ayuda humanitaria, pero ante el bloqueo del régimen se vivieron momentos de gran tensión.

Los camiones con ayuda humanitaria intentaron cruzar la frontera por Colombia y por Brasil, e incluso el Gobierno cerró espacio aéreo y marítimo con Aruba, Curazao y Bonaire, ante las amenazas de que también por allí intentarían entrar con esos cargamentos.

El empresario británico Richard Branson, realizó un concierto en la ciudad colombiana de Cúcuta en apoyo a la oposición, denominado Venezuela Aid Live, en el cual recaudó 2,5 millones dólares para la adquisición de alimentos y medicamentos, cuyo destino se convirtió en un nuevo misterio.

Después del concierto la frontera se convirtió en una zona de confrontación, y se reportaron 5 muertos y decenas de heridos, mientras Caracas era escenario de grandes movilizaciones.

Se apagó la luz

Un apagón general que se extendió por cuatro días, generó escasez de agua, ausencia de comunicaciones telefónicas, suministro de gasolina, transporte subterráneo y medios de pago, por la falta de bolívares (moneda local) en efectivo.

El Gobierno de Maduro anunció que la principal hidroeléctrica del país había sido víctima de un ataque que había provocado el debilitamiento del sistema eléctrico nacional, pero 10 meses más adelante, todo el país sigue padeciendo cortes eléctricos y falta del líquido vital.

Mientras tanto, la inflación, incluso en dólares, cuya circulación comenzó a hacerse frecuente, el grave deterioro de los servicios públicos, la inestabilidad eléctrica y escasez de gas y gasolina, la gravedad de las crisis de salud, entre otras deficiencias sin atender, se hicieron permanentes en el 2020.

A finales de abril Leopoldo López dejó su reclusión de más de 14 años y se presentó junto a Guaidó y un grupo de militares, en un sector emblemático de Caracas llamando a rebelión, pero no tuvieron éxito y mientras los opositores regresaron a sus casas, los alzados se refugiaron en embajadas o salieron del país.

En junio, por primera vez, la administración de Maduro aceptó la visita al país, de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quién elaboró un informe en el que denunció abusos de poder cometidos por las fuerzas de seguridad, y señaló que la nación atravesaba una difícil crisis humanitaria.

El Gobierno descalificó el informe y acusó a la alta comisionada de manipular cifras e impulsar una acción de injerencia contra su país.

Posteriormente se inició un proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición con sede en Barbados y bajo la mediación de Noruega. Maduro decidió retirarse en agosto en rechazo a las nuevas sanciones de Trump, en las que resolvió congelar todos los activos de Venezuela en EEUU, incluyendo las acciones y los recursos de la filial de PDVSA, Citgo.

La tensión entre Maduro y Guaidó continuó, pero el poder de convocatoria de la oposición a movilizaciones de calle cayó drásticamente.

En septiembre, el régimen anunció un nuevo proceso de diálogo nacional, en el que no participa la fracción opositora que representa a Guaidó, allí se decidió reformar el Consejo Nacional Electoral y la reincorporación de los diputados oficialistas a la Asamblea Nacional, quienes no acudían desde 2017 a las sesiones, con la idea de reformar el órgano electoral para los comicios parlamentarios en 2020. La oposición y algunos voceros extranjeros señalan que Maduro busca «amañar» esas elecciones.

Deterioro, inflación y diáspora

La economía venezolana sigue padeciendo grandes reveses. Maduro ha otorgado bonos como un paliativo ante la gigante inflación, y se ha volcado a la implementación del criptoactivo petro, creado por su administración, tratando de llevar a la población a utilizarlo en sustitución del bolívar, a la par de evadir las sanciones que les ha obligado a quedarse sin dinero efectivo. Ambas estrategias aún continúan sin óptimos resultados.

Uno de los aspectos más relevantes durante el 2020 en Venezuela ha sido la amplitud de la emigración en busca de nuevas opciones de vida.

Miles de venezolanos continúan tratando de salir por distintas vías hacia otras naciones donde puedan obtener medios de trabajo con mayor remuneración, que les permita ayudar a sus familiares en su país y mejorar sus propias condiciones de vida.

NotiVeraz

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