Vacunas Anti Covid-19: La nueva gran estafa en Internet

El tema de las vacunas contra el COVID-19 es sin dudas uno de los que más atención acapara a nivel mundial, ya que representa la esperanza de que la pandemia que vivimos desde hace más de un año termine. Lamentablemente, también representa una oportunidad para los delincuentes al momento de encubrir sus estafas u acciones maliciosas.

Las redes criminales se mantienen siempre en una constante búsqueda de posibilidades para desarrollar negocios turbios, y con la llegada de la pandemia por el Covid-19, de inmediato, las mafias comenzaron a tejer nuevas estrategias para obtener ganancias ilícitas a costa de la angustia de la población.

Su principal vía para promover las estafas es indudablemente, el alcance que les dan las redes sociales, donde las necesidades surgidas frente al nuevo coronavirus, han sido un caldo de cultivo para reproducir ofertas engañosas a miles de incautos que caen directo en trampas diseñadas con astucia para timarles.

Así, la delincuencia juega con la esperanza de las personas que desean conseguir una vacuna que les permita enfrentar en una mejor condición la pandemia del implacable Covid-19.

La nueva modalidad es enviar un mensaje de texto o por la mensajería de la aplicación WhatsApp, vendiendo un supuesto cupo para la vacunación contra el coronavirus. Al tener a la víctima interesada, le facilitan las instrucciones de pago y luego de recibir el monto en dólares se desaparecen.  

En Venezuela, los delincuentes aplican una versión que ya ha sido utilizada con otros temas, donde se hacen pasar por una tal María para tratar de robarles principalmente dinero, aunque a veces se extiende a otros intereses, como la identidad de la víctima, y según sea el caso, cambian el nombre por Ana, Carlos o cualquier otro que les sirva.

Ante la desesperación de las personas por obtener la dosis de las vacunas contra el covid-19, María ofrece mediante mensajes de texto o por WhatsApp, el acceso a un cupo para la inmunización, bajo la condición de un pago en divisas.

La estafa de “Hola, soy María” se gesta desde distintos números con el fin de hacer caer a las personas. Actualmente en el país no hay ningún plan de vacunación privado. Solo han llegado vacunas de Rusia, China y Cuba, y éstas son distribuidas y aplicadas por el régimen de Nicolás Maduro.

Este sistema delictivo se ha desplegado en Venezuela desde a mediados de 2018 y de acuerdo al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), la bandas delictivas hackean Facebook y correos personales, se hacen pasar por conocidos y ofrecen venta de dólares a sus posibles víctimas.

Sin embargo, debido a la pandemia y la aguda crisis sanitaria, estos ciberdelincuentes ahora se dedican a vender cupos para la vacunación contra el coronavirus jugando con la desesperación de los venezolanos.

En las redes sociales los usuarios han denunciado a personas que se identifican como María, Ana, Juan o Pedro. Los interlocutores ofrecen la venta de dólares por Zelle o efectivo (mandan fotos de los billetes) y solicitan transferencias por adelantado a cuentas bancarias venezolanas que no coinciden con sus nombres ficticios. Para hacer la venta de divisas más atractiva, el vendedor ofrece los dólares a una tasa más baja que el promedio del día. 

El sistema de mensajería más utilizado por los estafadores es WhatsApp, debido a que es el que más usuarios tiene. Saben que tienen un mercado potencial de víctimas con WhatsApp mucho mayor.

En la mayoría de los casos de fraude los compradores nunca llega a recibir su pedido, pero en otras ocasiones reciben un frasco con agua en lugar del fármaco, e incluso se puede correr el riesgo del envío de sustancias preparadas en algún laboratorio sin certificación, lo que puede representar un alto riesgo para la salud del invividuo que la utilice.

El apremio por la inmunización es comprensible en una sociedad que vive atemorizada de contagirse de coronavirus desde hace un año y que desea volver a la normalidad lo más pronto posible. Sin embargo, la desesperación suele convertir al ciudadano en sujeto de fraude, sobre todo frente a la desinformación existente en las redes sociales, concuerdan las organizaciones que luchan contra el crimen organizado.

El riesgo de recibir alguna sustancia desconocida en vez de la vacuna COVID es extremademante alto, incluso si se tratara de una vacuna llenada con agua, en el mejor de los casos. Ser víctima de una intoxicación nunca será mejor que tener la certeza de recibir la dosis verdadera, a pesar de la lentitud de las campañas de vacunación.

Existe un método para evitar que las cuentas de redes sociales sean clonadas por estafadores, que consiste en la verificación en dos pasos, que inició para ofrecer seguridad a cuentas de Google y se extendió rápidamente a cuentas de compras por Internet, redes sociales y mensajerías.

La verificación en dos pasos es una medida de seguridad con la que se dificulta que alguien sin autorización acceda a la cuenta personal de un servicio o plataforma que cuente con esta función.

Con esta verificación además de utilizar la contraseña será necesario facilitar otro código único para concluir el acceso el cual puede ser enviado al teléfono móvil del usuario por medio de un SMS o a través de aplicaciones para smartphones, llamadas telefónicas o una llave de seguridad.

Expertos en la materia destacan la importancia de denunciar estos hechos ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), ya que esto deja constancia de que el hecho ocurrió.

Las cuentas @DouglasRicoVzla y @InforáticosCicpc en Instagram reciben las denuncias de estafas digitales por mensaje directo. También está activo el número 0424-279.06.19 para recibir reportes a través de WhatsApp.

Otras modalidades

La estafa de soy María, o Juan, o Pedro, no es la única modalidad que utilizan los delincuentes. También extienden sus acciones a otros tipos de estafas, como la suplantación de identidad, para lo cual, los criminales sustraen datos de otras personas de sus redes sociales y utilizan estos elementos para engañar a familiares o amigos de la víctima.  Un ejemplo relatado indica el recibo de un mensaje en WhatsApp que decía “Hola, amiga, soy Ernesto este es mi nuevo número”. En la descripción del contacto aparecía el nombre de quien fue su vecino por varios años, además de una foto con el hijo mayor del hombre.

El supuesto amigo le escribió que necesitaba de su ayuda para vender dólares. Ernesto fue víctima de robo y casi inmediatamente sus contactos fueron sustraídos de su celular. En ese momento, los delincuentes también intentaron hacer estafas con los datos de esa persona. 

El procedimiento del intento de estafa es el mismo al anterior: la persona responde preguntas con frases sencillas, sin dar detalles mayores. Ofrece divisas a un cambio menor al establecido ese día. Además el vendedor no atiende llamadas telefónicas, solo envía mensajes y alega que está en la calle y no puede atender. Una vez que el estafador es confrontado, bloquea a la víctima. 

El Oxígeno

Por otra parte, en medio de la pandemia, con la escasez de insumos y la actual crisis sanitaria nacional, se han reportado casos en los que varias empresas fantasmas aparecen ofreciendo concentradores y recargas de oxígeno.

Con el aumento de contagios por COVID-19 también crece la demanda de oxígeno medicinal para uso particular en pacientes que presentan dificultad respiratoria y que, ante el colapso del sistema de salud, deben lidiar con la enfermedad desde sus casas, con o sin vigilancia médica. Este incremento se evidencia al observar cientos de publicaciones de personas que solicitan apoyo económico para adquirir bombonas o concentradores de oxígeno, para recargar los equipos que tienen, o simplemente para saber dónde adquirir este tipo de insumos, brindando oportunidad para vendedores informales que comercializan este insumo a través de dichas plataformas.

No obstante, también se encendieron las alarmas. La Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorios y Afines (Avedem), emitió recientemente un comunicado en el que alertó sobre la proliferación de vendedores ambulantes y mal llamadas “empresas” no registradas ante el Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS) que no cuentan con registro de los equipos y productos comercializados, autorización del fabricante ni garantía de uso y servicio técnico.

En el país hay cuatro grandes empresas productoras de oxígeno medicinal a escala industrial, de las cuales tres están operando a plena capacidad y una está en mantenimiento programado.

El presidente de la Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica (Asoquim), Álvaro Silva, asegura que las plantas activas tienen capacidad para suministrar el oxígeno que se requiere en el país, aun en el momento actual en el que se registra un importante incremento de casos de COVID-19.

Igualmente explicó que una vez que el oxígeno se produce, este va a la cadena de distribución que consta de dos etapas: una dirigida hacia los hospitales y clínicas, que cuentan con tanques de recepción, desde los cuales suministran el gas hacia todo el centro de salud y otra etapa que va hacia los centros de llenado de bombonas más pequeñas, que son las solicitadas para el uso particular.

Silva estima que la capacidad excedentaria que había en la producción de oxígeno en el país ha podido atender la alta demanda, el problema está en el tema de equipos médicos para aplicar el oxígeno, que ante el incremento en la demanda, presiona más al rubro de equipamiento médico requerido para su suministro como las bombonas, reguladores, concentradores o mascarillas, que a la producción del gas medicinal.

A esto se suma la crisis de combustible y transporte, que impiden la adecuada distribución, así como los altos precios que se observan en las ofertas por internet, donde el alquiler de una bombona puede costar entre 150 y 200 dólares, mientras que el servicio de llenado/recarga puede variar entre 20 y 30 dólares.

Asimismo, comprar la bombona puede requerir un desembolso de entre 280 y 800 dólares, mientras que adquirir el concentrador de oxígeno puede costar desde 1.500 hasta 4.000 dólares.

Los estafadores muestran ofertas engañosas con mejores precios, muy por debajo del mercado frecuente, para obtener la atención de posibles víctimas.

Ante el alto número de denuncias por irregularidades y estafas al adquirir insumos médicos de forma particular y a través de canales electrónicos, los especialistas recomiendan realizar las adquisiciones de equipos, materiales, insumos y repuestos a las empresas legalmente establecidas y registradas en el país, pues estas compañías están debidamente autorizadas por los fabricantes internacionales, con garantía de calidad y servicio técnico.

En ese orden, sugieren estar atentos y verificar que la empresa y sus productos estén registrados ante el SACS (MPPS), que disponga de un departamento de servicio técnico debidamente adecuado y certificado según normativas de buenas prácticas.

Las encuestas

Otra modalidad para robar el dinero e información personal es una encuesta falsa sobre la vacuna contra el COVID.

Más allá de nuestras fronteras, reportes indican que se están recibiendo emails y mensajes de texto inesperados en los que les piden que completen una encuesta por tiempo limitado sobre la vacuna de Pfizer, Moderna, o AstraZeneca (y sin duda que también puede haber una sobre la vacuna de Johnson & Johnson). A cambio, a las personas se les ofrece una recompensa gratis, pero se les pide que paguen los cargos de envío.

Organismos como Interpol advertían sobre posibles engaños en torno a la vacuna tanto a través de Internet como de manera física. En Estados Unidos también alertaban a comienzos de este año acerca de los engaños que estaban circulando en torno al tema de la vacuna, mientras que en diciembre, en países como Canadá el Gobierno ya recibía denuncias de casos relacionados con la venta de vacunas.

América Latina

Por su parte, en América Latina las autorides de países como México buscan detener las campañas a través de redes sociales y falsos sitios que intentan engañar a los usuarios con la venta de vacunas de Pfizer, Moderna o AstraZeneca.

En Colombia circulan estafas a través de mensajes SMS en ofreciendo turnos prioritarios a cambio de dinero y en Honduras circulan mensajes a través de WhatsApp en los que se anuncia la venta de la Sputnik V. Por su parte, en Argentina se reportaron recientemente casos de estafas telefónicas dirigidas a adultos mayores para acceder a la vacuna.

Distintas compañías y organziaciones se han sumado a estas advertencias, como la cuenta de Twitter de Pfizer México, por ejemplo, que advierte que la vacuna de Pfizer/BioNTech no se comercializa de forma privada y solo se suministra según el plan de vacunación que realizan las autoridades. El comunicado de la biofarmacéutica surgió a raíz de que se conoció sobre un sitio web que suplantaba la identidad de Pfizer en el cual se ofrecía una vacuna falsa a la venta.

Lamentablemente, en algunos países se han conocido casos de víctimas que han comprado una vacuna de forma particular a supuestos vendedores, como el caso reportado por la BBC en Reino Unido, por ejemplo, donde un estafador al parecer suministró una inyección de una falsa vacuna a una mujer de 92 años.

Problema mundial

Desde finales del año pasado, la mayor organización de policía internacional les ha seguido el rastro a las redes de falsificación de vacunas COVID en México y otras partes del mundo. En Sudáfrica se decomisaron unas 2.400 dosis falsas en la provincia de Gauteng y un cargamento de falsas mascarillas FPP2 de la marca estadounidense 3M. En China, las autoridades nacionales desarticularon una red de venta de vacunas falsificadas a mediados de febrero de este año. Detuvieron a 80 personas y se encontraron más de 3.000 vacunas falsas en una fábrica clandestina. Estos operativos fueron apoyados por Interpol.

Al principio de la pandemia, los grupos delictivos se centraron en el comercio de mascarillas, desinfectantes y falsificar pruebas PCR. Pero ahora están dirigiendo su atención al mercado negro de vacunas.

Las estafas relacionadas con las vacunas COVID comenzaron incluso antes de que los laboratorios desarrollaran las verdaderas. Desde el comienzo de la pandemiala Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) ha estado recopilando y analizando información sobre la llegada de equipos médicos y productos sanitarios a la Unión Europea, como mascarillas y pruebas PCR. Es por ello que en marzo del año pasado, este organismo abrió oficialmente una investigación centrada en el material falsificado o defectuoso relacionado con la pandemia que ha llevado a la identificación de más de 1.000 operarios sospechosos y a la incautación o detención de más de 40 millones de artículos.

Hasta la fecha, según cifras de la entidad europea compartidas a Euronews, las diferentes estafas u ofertas falsas representan en conjunto 1.000 millones de dosis de vacunas por un precio total de casi 14.000 millones de euros. No obstante, la identificación y rastreo de estas denuncias es complicado ya que la mayoría proceden de empresas registradas en países fuera de la UE.

Los Gobiernos de República Checa e Italia han hecho eco de varios intentos de estafa. Praga ha denunciado en repetida ocasiones haber recibido ofertas para adquirir vacunas de AstraZeneca a través de presuntos vendedores de Dubai y Emiratos Árabes. La región de Veneto, en Italia, recibió ofertas para hacerse con 27 millones de dosis por parte de intermediarios anónimos, lo que activó las alarmas del Gobierno central.

Según la OMS, el comercio de fármacos falsificados -que incluye medicamentos que pueden estar contaminados, caducados, o contener el ingrediente activo incorrecto o inexistente- asciende a más deUS$30.000 millones en países de ingresos bajos y medianos.

A esto se suman casos de desabasto de medicamentos usados para otras enfermedades que algunas autoridades han señalado como posibles fármacos para tratar a pacientes con el virus. Un par de ellos son la cloroquina y la hidroxicloroquina.

La Operación Pangea XIII en Costa Rica, por ejemplo, logró el decomiso de más de 11.000 unidades de productos ilegales, entre ellos medicamentos y supuestos productos medicinales por valor de casi US$125.000, informó el Ministerio de Salud a BBC Mundo.

La Dark Web

Los mercados clandestinos dentro de la “dark web” ofrecen una variedad de artículos y servicios ilegales o escasos en los sitios de compraventa disponibles en la Internet superficial, incluyendo insumos de salud. Es por esto que la aparición de objetos tan codiciados como certificados falsos de tests PCR, documentación apócrifa que permita cobrar algún tipo de bono o ayuda económica al portador, o hasta una vacuna contra el coronavirus, no se hicieron esperar.

Dentro de los mercados más concurridos en la dark web se identifica una numerosa cantidad de ofertas de vacunas falsas valoradas entre 300 a 500 dólares, cotizadas en criptomonedas para evitar dejar rastro del dinero transferido y contar con una cotización adaptada a distintas monedas del mundo, ya que si bien la mayoría de estos artículos están apuntados al mercado de Europa y Norteamérica, estos objetos pueden tener demanda alrededor del mundo. Además, con una supuesta oferta variada en cuanto al laboratorio que las produce, lo cual posibilita contar con una mayor cantidad de víctimas que ofreciendo una supuesta vacuna genérica

Estas ofertas se publicitan en su mayoría como de uso personal, apelando a personas desesperadas por los tiempos de distribución de la vacuna, aunque también se pueden encontrar estos productos en venta “mayorista”, llegando a existir anuncios para un lote de diez vacunas contra el COVID-19 para su reventa, ya sea en otros mercados en Internet o de manera clandestina fuera de la web.

Si bien las estafas en este submundo de Internet no son poco comunes y los sitios de compraventa más populares cuentan con reglas estrictas para evitar este tipo de engaños, los cibercriminales ocultan las transacciones, y consecuentemente posibles reclamos de las víctimas, redirigiendo a los posibles compradores a distintas aplicaciones de mensajería anónima, como Wickr, con la intención de realizar la “venta” a través de medios de comunicación alternativos y más seguros.

Los cibercriminales, además, agregan credibilidad a estos anuncios utilizando métodos de ingeniería social tradicionales: realizan la publicación desde el perfil de un vendedor que cuenta con reputación positiva y sólida en la plataforma, copian fragmentos de textos de sitios legítimos o utilizan imágenes creadas por medios oficiales relacionadas con la producción real de las vacunas, apelan a las emociones y el miedo que genera una posible escasez en medios oficiales, e incluso incluyen reseñas de falsos compradores que alegan haber recibido el producto realmente.

Algunas recomendaciones

  • Si se trata de una oferta demasiado buena para ser verdad, ya sea por el precio o el tipo de artículo: ¿Es posible que una persona adquiera este articulo y lo venda de manera privada? ¿Podemos verificar que el producto es real?
  • Realizar una simple búsqueda en reversa de las imágenes que dicen ser del artículo del vendedor podrá ayudarnos a descubrir si se trata de imágenes propias del anunciante o si están utilizando información genérica tomada de algún sitio de Internet.
  • Ante un artículo o la descripción de la supuesta venta que nos llega, debemos tomar distancia y analizar fríamente si el vendedor nos provee de información objetiva o si apela a nuestras emociones.

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