Tal como estaba previsto, los primeros días de Donald Trump frente al gobierno de Estados Unidos se han convertido en la peor pesadilla de los migrantes que escogieron ese país como el destino en el que procurar un mejor porvenir. La promesa de las deportaciones masivas es hoy una realidad palpable, que incluye acciones desproporcionadas, tratos crueles y vejaciones de todo tipo.
En el caso de los migrantes venezolanos en la tierra del tío Sam, no hay excepción que valga, aun cuando gocen del supuesto trato preferencial ofrecido por la anterior administración, pues el gobierno de Trump decidió poner en revisión cada uno de los casos de asilo político que otorgó Estados Unidos a algunos venezolanos que se dicen perseguidos. La revisión hará una retrospección hasta el año 2012.
En medio de la oleada de deportaciones, una decisión reciente se suma a las naturales reocupaciones de los venezolanos que migraron a suelo gringo: la apertura de la base de Guantánamo para albergar migrantes de países que no reciban a los deportados.

Pero ¿pueden los migrantes venezolanos ir a parar a una de las prisiones con el historial de violaciones a los derechos humanos más escandaloso de las últimas décadas? ¿Qué dicen las autoridades del nuevo gobierno de EEUU sobre el tema? ¿Cómo responderá el gobierno venezolano a esta medida? Busquemos la respuesta a estas interrogantes.
Migrantes expulsados, maltratados y próximamente presos
Donald Trump cumplió su promesa de dirigir deportaciones masivas de migrantes desde Estados Unidos hacia sus países de origen, y la cifra de expulsiones sigue creciendo cada día. En aviones militares, esposados de pies y manos y con injustificables humillaciones, miles de migrantes han sido retornados a países como México, Guatemala, Colombia, Brasil, Ecuador y Honduras.
De nada ha servido el reclamo de algunos de los gobernantes de esos países, que a cambio de su molestia han recibido amenazas de sanciones económicas. El atenuante es que con todos estos países Washington tiene relaciones diplomáticas estables, lo que no ocurre con naciones como Cuba o Venezuela.

En el caso venezolano, la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, dijo este 29 de enero que su gobierno está evaluando varias opciones para expulsar a quienes están en Estados Unidos de forma irregular, en especial a los nacionales de países que, según la Casa Blanca, no aceptan deportaciones, como Venezuela y Cuba.
“Estamos evaluándolo y debatiéndolo en este momento. Es una decisión del presidente, pero es un recurso y vamos a seguir explorando cómo podemos utilizar todos nuestros recursos para mantener a Estados Unidos seguro”, afirmó Noem sobre el uso de la base militar de Guantánamo como prisión para migrantes.
Poco después de estas declaraciones, Trump firmó un memorando en el que instruye a los Departamentos de Defensa y Seguridad Nacional para que preparen una instalación para 30.000 personas en la base de Guantánamo, aunque no está nada claro que actualmente sea adecuada para albergar a una cantidad como esa de detenidos mientras esperan a ser deportados.

Bajo este contexto, queda abierta la posibilidad de que no solo los venezolanos y cubanos, sino los migrantes de otras naciones que la administración Trump considera “invasores”, puedan ir a parar a la temida prisión ubicada en la base militar que EEUU controla e territorio cubano.
Según el analista político estadounidense Stephen Collinson, el anuncio de Trump sobre el uso de la base militar puede cumplir dos objetivos: ofrecer un espacio necesario para detener a los migrantes antes de una posible crisis de alojamiento y enviar un mensaje a los posibles migrantes para que se queden en casa.
Se acabó el TPS y revisarán los “asilos políticos” dudosos
Otra de las decisiones de Trump que afectan directamente a los migrantes venezolanos en EEUU es la revocatoria del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para ciudadanos venezolanos, que la administración de Joe Biden había aprobado antes de dejar el poder y extendió hasta octubre de 2026.
El actual TPS, que permite a más de 600.000 de venezolanos (cifra de EEUU) trabajar y residir legalmente en Estados Unidos, vence el próximo 10 de septiembre de 2025.

“Extendieron la protección (…) lo que significaba permitir que estas personas se quedaran y siguieran violando nuestras leyes por otros 18 meses”, dijo al anunciar la cancelación del beneficio a venezolanos la secretaria Noem.
En cuanto al otorgamiento de asilo político, Trump decidió someter a revisión cada uno de los casos otorgados desde el año 2012, ya que se presume que hubo algunas irregularidades en la mayoría de los casos.
“El 90 por ciento de los venezolanos que actualmente residen en los Estados Unidos han mentido a la nación sobre su riesgo de vida en Venezuela”, dijo el mandatario estadounidense, que culpó a la administración anterior de inflar esta cifra de manera irresponsable.
Visto de esta manera, los Estados Unidos han dado un giro importante a su política sobre la situación migratoria desde Venezuela, convirtiendo a la nación norteamericana en un destino altamente descartable para migrar.
La postura de Caracas
Aunque todavía no se ha anunciado la existencia de un canal de comunicación oficial entre los gobiernos de Trump y de Nicolás Maduro, es un hecho comunicacional que Washington ha tenido contacto con algunos funcionarios del gobierno de Caracas.
Las políticas del gobierno venezolano con respecto a sus migrantes son ampliamente conocidas por la procura de un retorno voluntario, lo cual propician con un programa social. La creación del Plan Vuelta a la Patria ha retornado a miles de venezolanos desde diferentes latitudes, incluyendo los Estados Unidos.

El presidente Nicolás Maduro declaró sobre la actual política de deportaciones de Estados Unidos, que está listo para recibir de vuelta a quienes migraron impulsados por el conflicto causado por la oposición interna y externa.
“Nosotros sí queremos que vuelvan. Si por allá no los quieren, nosotros sí los queremos, con amor, y abrimos nuestros brazos (…) Queremos que vuelvan para que sean felices aquí, para que vengan a emprender, a trabajar, a construir en su tierra”, dijo esta semana el presidente venezolano.
En enero de 2024, Venezuela anunció que finalizaría los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos desde EEUU, en respuesta a la decisión de Washington de reactivar algunas sanciones económicas contra el país.
Para retomar estos vuelos de repatriación, pagados por el gobierno de Venezuela, primer país latinoamericano que cuenta con un plan de repatriación en la reciente coyuntura, el gobierno estadounidense tendrá que negociar con Nicolás Maduro, que gobierna el país con mayor crecimiento en la región a pesar de las sanciones económicas.
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