Más fue el protocolo, la parafernalia y la publicidad en torno al diálogo en México, que lo que duró el proceso y los beneficios para el país. Para un grupo de analistas, la posibilidad de que estas conversaciones se reanuden en el 2022 siguen vigentes.
Pero ¿Es posible que realmente sirvan de algo? La respuesta aún no se puede adelantar, pues todo depende de las circunstancias.
Lo que se logró
En agosto de este año, en Ciudad de México, bajo el acompañamiento de un facilitador noruego y el canciller mexicano, los jefes de las delegaciones de Nicolás Maduro y de la oposición firmaron un memorando de entendimiento. El mismo daba pie para iniciar un nuevo proceso de negociación, según los entendidos, muy diferente a los ocurridos en ocasiones anteriores.
Luego de la firma, en la primera ronda de conversaciones, el oficialismo y la oposición anunciaron acuerdos para la “ratificación y defensa de la soberanía de Venezuela sobre la Guayana Esequiba”. Y a esto se agregó “la protección social del pueblo venezolano”, que incluía la creación de una mesa de atención social.
En el segundo encuentro, las partes aseguraron haber “acercado sus posiciones» en la búsqueda de soluciones a la crisis del país. Además, se comprometieron a seguir con la identificación de “mecanismos de consulta” con actores políticos y sociales.
No obstante, el ritmo que llevaban las negociaciones se cortó a mediados de octubre. Poco antes de que iniciara la tercera ronda, extraditaron al empresario colombiano Alex Saab de Cabo Verde a Estados Unidos.
En protesta, Venezuela decidió no asistir y desde entonces no se han dado más encuentros.
Un avance
En entrevistas para la Voz de América, los analistas aseguran que la reanudación de las negociaciones es probable,»a pesar de las asimetrías entre ambas coaliciones».
«Ya el simple hecho de sentarse en México, para los actores principales, era un avance». Esto, dado «el nivel de deterioro que tenía la posibilidad de diálogo con los actores políticos en Venezuela”, dijo Carmen Beatriz Fernández, consultora política y profesora de la Universidad de Navarra.
Fernández dijo que a pesar de la percepción de que el diálogo no ha sido lo “deseable”, en cuanto a avances concretos, es “lo realista” en este tipo de conversaciones.
“Este proceso ha sido mucho más discreto que los otros procesos anteriores, que han sido abortados y que han sido fallidos. Eso en sí mismo podría ser un buen augurio”, agregó.
Por su parte, Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), dijo que no tenía expectativas.
Cree que se trata de una negociación “totalmente asimétrica” donde las delegaciones se presentaban con agendas “incompatibles”.
“El gobierno iba buscando reducción de sanciones y la oposición condiciones electorales y una elección presidencial”, explicó.
Entre tanto, el politólogo y analista del proceso de paz Francisco Alfaro Pareja concuerda en que hubo trabas por las marcadas diferencias de ambas coaliciones.
Sin embargo, considera un «acierto» que el proceso se vea como «incremental» y deje la puerta abierta para acuerdos parciales. Considera que hay temas en los que se puede llegar a acuerdos mientras se trabaja en los más complejos.
Alex Saab … el obstáculo
Luego de que se suspendieran las conversaciones, no se volvió a escuchar del tema, hasta las elecciones regionales del 21 de noviembre.
Durante esa jornada, Nicolás Maduro dijo que todavía no había condiciones para regresar al diálogo. Y puso una condición para que eso ocurriera: una respuesta por, por parte de EE.UU. sobre «el secuestro” de Alex Saab.
En diciembre, Gerardo Blyde, jefe de la delegación opositora, dijo que “un hombre y su extradición fue más importante para Maduro que millones de venezolanos».
No obstante, se mostró optimista de que el diálogo “va a volver”.
«Creo que están repensando, que hay que volver a una mesa de negociación que nos produzca los pasos que tenemos que tener para lograr la reinstitucionalización del país”, indicó.
¿Les conviene?
El politólogo Alfaro Pareja considera que a ambas delegaciones aún les conviene el diálogo.
En el caso del gobierno, para alivianar las sanciones y un obtener mayor reconocimiento internacional.
Para la oposición, el diálogo es una de las opciones que cuenta con la participación de la comunidad internacional.
Considera necesario que se lleven adelante acuerdos como el de la mesa de atención social. Cree que sería “un primer paso fundamental” y serviría de “señal” de progreso.
En contraste, indicó que el tema de la justicia podría ser uno de los más difíciles de abordar.
Mientras, la oposición afirma que en Venezuela el poder judicial responde a los intereses del Ejecutivo. En este sentido, el experto cree necesaria una reforma del sistema judicial.
Pero, al suspenderse el diálogo antes de la tercera ronda, las partes no llegaron a acuerdos sobre una posible reforma del sistema de justicia. Y este es un punto que los expertos consideran fundamental para el avance.
Para la consultora de la Universidad de Navarra, estas negociaciones son una “necesidad perentoria” para el país. Apunta que el diálogo “debe servir” para avanzar en “la reinstitucionalización democrática” del país.
Por su parte, Benigno Alarcón sostiene que las agendas de ambas delegaciones “siguen sin encontrarse”.
Aunque Maduro pareciera estar dispuesto a hacer algunas “concesiones” a cambio del levantamiento de sanciones, “una negociación que no nos lleve hacia un cambio político, sirve de poco”, aseguró.
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