Comienza un año electoral, de promesas y aspiraciones, por eso nos adelantamos y presentamos un escenario de los posibles precandidatos a la silla de Miraflores, algunos por supuesto se quedarán en el camino y otros ¿llegarán?… Veámoslo en el starting game y los primeros metros de cambio. ¡Partida!.
Este 2023 es año electoral, y quizás no solo de primarias si al Consejo Nacional Electoral (CNE) le da por escuchar y aceptar ciertas propuestas del chavismo que quiere adelantar comicios. Si no, también lo será el 2024.
Con este motivo, damos un vistazo en los primeros metros de cambio y presentamos los ya lanzados y otros que han insinuado su intención de ocupar la silla de Miraflores. Con diferentes métodos, contiendas o formas, el propósito es el mismo, algunos con convicción de que pueden ganar y otros solo con el ansia de hacerse de unos dolaritos de financistas de campaña.
Estos últimos lo tendrán más duro ya que las nuevas leyes de financiamiento de partidos políticos, fundaciones u organizaciones no gubernamentales se lo impedirán. Sin embargo, se lanzan, porque «todo el que respira aspira».
Ya sea en primarias opositoras, consenso o designación a dedo, son al menos 30 los precandidatos presidenciales, después del retiro de otros tantos. Porque «si no estás en el tarjetón no existes».
Aunque empiezan con peso en el ala por el desencanto que hay hacia los políticos. Las más recientes encuestas revelan que ningún precandidato supera el 20 por ciento de preferencia y la mayoría tiene hasta un 60 por ciento de rechazo.
Antes de presentarlos uno a uno, lo agruparemos según afinidad, para introducirlos en el tema.
Los de siempre y políticos de oficio
Aquí están los “líderes” de los partidos tradiciones, caudillos y dirigentes vitalicios, que quieren aspirar a un cargo público pero son incapaces de incluso insinuar elecciones en sus mismas toldas.
Estos son los dirigentes del extinto G4: Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT), Primero Justicia (PJ) y Voluntad (VP); de partidos como Copei y La Causa R; o de organizaciones política incipientes como Vente Venezuela y Fuerza Vecinal.
Con el riesgo de parecer osado, también en este lote pueden incorporarse las escisiones de los partidos tradicionales advenidos en lo que denominaron “La Mesita” y “Los Amiguis” del gobierno de turno.
Todos ellos se prevén que participarían en las primarias opositoras para elegir un «candidato de unidad», cuestión que hoy en día está bastante lejos porque sus egos y ansias de protagonismos los hacen atacarse a dentelladas entre sí.
Hasta difieren si las primarias deberían hacerse con la “colaboración” o no del CNE y en la participación los votantes en el exterior. Incluso otros apuestan por la “selección por consenso”, por lo cual desde ya boicotean las primarias.
Mientras que en Primero Justicia proponen hacer una elección previa a las primarias para que salga de allí su candidatos, en lo cual por supuesto no todos están de acuerdo.
Si hay algo que reina en la oposición es el desacuerdo.
Los “independientes” y outsiders
En este lote corren figuras públicas que en algún momento han llegado a coquetear con la política pero que por su guabineo no se definen y quedan en su zona de confort para no comprometerse, pero que a la larga se manifestarán.
Es el grupo donde podemos apreciar a empresarios, comediantes, artistas y hasta pastores religiosos.
Oficialistas, ex chavistas y “chavistas originarios”
Es el sector donde se ubica el candidato de gobierno y a la reelección Nicolás Maduro, quien «por ahora» no hay duda que será el abanderado del oficialismo. Atrás quedaron las aspiraciones para elecciones postreras de Diosdado Cabello, Rafael Lacava, Tareck El Aissami, Héctor Rodríguez y Jorge Rodríguez, entre otros.
Pero también están los desertores y los que se autodenominan “chavistas originarios”, que se venden hasta más chavistas que el expresidente Hugo Chávez y se hacen pasar como independientes. Aquí están exministros, exgobernadores, acusados de corrupción, traidores de la revolución y hasta presos.
Apuestan por rescatar el grueso del electorado oficialista de otrora y rescatar a Chávez de los altares.
Los inhabilitados o en el exilio
Algunos están inhabilitados políticamente y otros huyendo. Sea por una causa u otra, dicen siempre ser perseguidos, pero que si no se apersonan en el país mucho menos tienen autoridad para pedir el voto al venezolano.
Despachar desde afuera, aunque sientan nostalgia, no es lo más ético. Un político debe curtirse la piel con calle, lucha y hasta cárcel, no lanzando tuits desde La Romana o el exclusivo barrio madrileño de Salamanca.
Los que faltan y los que se quedaron en el camino
Por supuesto, están los que reflexionaron y se retiraron a tiempo sabiendo que no cuentan con los votos ni de sus familias. Prefirieron apoyar a otros, con la esperanza de que si llegan los «pongan donde haiga», como decían los pretéritos adecos.
Entre estos están William Dávila, Henry Ramos Allup y Tomás Guanipa, por ejemplo.
Pero como nunca falta algún trasnochado de turno. De aquí hasta la fecha de elección presidencial (cuando la pauten) aparecerán muchos otros aspirantes.
Primarias con o sin el CNE
Un debate latente es cómo se implementarían las elecciones primarias para la elección del «candidato único» de la oposición. Existen los que están a favor de hacerlas con la «colaboración» del Consejo Nacional Electoral, que a la postre es el organismo que estaría también a cargo de las presidenciales, y los que consideran como condición hacerlas sin ninguna involucración del ente electoral oficial.
Realizarlas de la mano del CNE traería una considerable baja en los costos, lo que garantizaría una mayor participación de precandidatos, y a la vez la familiarización con la automatización y el aval de una institución reconocida.
Stalin González, integrante de la delegación de la Plataforma Unitaria en las conversaciones con el gobierno en México, reaccionó asegurando que el actual CNE «sentó un precedente en lo que parecía un estancamiento» y logró la visita de una misión de observadores internacionales, «creando confianza para el ejercicio del voto y preparando el terreno para los procesos que están por venir», recogió la Voz de América (VOA).
Entre las objeciones plantean que el CNE no es confiable, porque está a la orden de Maduro y pudiera intervenir en los resultados, además de los que van a más y dicen que darle la data de votantes de la oposición en las primarias sería ponerse en manos del enemigo y se correría el riesgo hasta de que se creara otra «lista de Tascón» como forma de discriminación política hacia los ciudadanos.
La Comisión Nacional de Primarias, ente rector encargado de organizar las primarias en 2023, solicitó al CNE utilizar los centros de votación para el proceso, actualizar el registro electoral y crear una comisión técnica.
Los promotores del «consenso»
Existe otro sector que considera que realizar primarias y formar un «todos contra todos» solo minaría más a la oposición y el único triunfante sería el chavismo, que agazapado miraría los toros desde la barrera y cómo los precandidatos se destrozan entre sí y aportan más detalles acerca de sus «defectos», que aprovecharían finalmente para la campaña presidencial.
Estos favorecen la selección del candidato opositor único «por consenso». Por eso, el escenario más probable es que no haya primarias, como lo señala el denominado G3, integrado por los partidos PJ, UNT y AD, que estarían presionando para intentar «imponer» al suyo.
La fragmentación de la oposición quedó en evidencia cuando el G3 decidió eliminar el gobierno interino que presidía Juan Guaidó y dejar en el ejercicio de funciones a un Consejo de Administración y Protección de Activos integrado por cinco miembros designados por la AN, observa la VOA.
Candidatos y precandidatos
Lanzados de frente o alguna vez han mencionado su intención de ser candidatos, la lista es larga. Aquí le presentamos (alfabéticamente) los más conocidos.
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