Richard Grenell, enviado especial de la administración de Donald Trump para Venezuela, informó que las autoridades del oficialismo acordaron con su país reanudar los vuelos de repatriación de sus ciudadanos. Precisó que estos se retomarán a partir del viernes 14 de marzo.
«Me complace anunciar que Venezuela ha acordado reanudar los vuelos para recoger a sus ciudadanos que violaron las leyes de inmigración de Estados Unidos y entraron ilegalmente al país», escribió el funcionario estadounidense en la mañana de este 13 de marzo en sus redes sociales.
El pasado 10 de marzo, Venezuela anunció que dejaría de recibir deportados de Estados Unidos en respuesta a la decisión del presidente Donald Trump de revocar la licencia de Chevron para operar en el país.
El secretario del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, confirmó el lunes que Nicolás Maduro ordenó detener los vuelos de repatriación directa desde Estados Unidos. El país seguirá recibiendo migrantes de otros países, empezando por un grupo de Bolivia, dijo el oficialista en la rueda de prensa semanal del partido.
El sábado 8 de febrero Nicolás Maduro se refirió al tema. «Con lo que hicieron dañaron las comunicaciones que habíamos abierto», dijo.
Según él, «quería traer de vuelta a todos los venezolanos que están presos y perseguidos injustamente solo por ser migrantes, y eso afectó los vuelos que ya teníamos programados».
No es primera vez que la administración de Nicolás Maduro suspende vuelos para regresar al país a sus connacionales. A inicios del 2024, suspendió los vuelos de deportación directa después de que el expresidente Joe Biden amenazara con volver a imponer sanciones petroleras, en respuesta al incumplimiento de los compromisos democráticos.
Los vuelos se reanudaron en febrero de este año después de que el enviado especial de Trump, Ric Grenell, visitara Caracas y lograra la liberación de seis ciudadanos estadounidenses de cárceles venezolanas.
En total, ese mes llegaron a Venezuela tres vuelos, con unos 370 pasajeros, procedentes directamente de Estados Unidos o de su base naval en la bahía de Guantánamo, Cuba. El gobierno de Maduro dijo que la administración estadounidense les había informado de que unos 5.000 migrantes podrían ser deportados.
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