La carta abierta al gobierno de Estados Unidos, publicada por 25 economistas, intelectuales, dirigentes sociales y empresarios de Venezuela, es una terapia de “electroshock” para la política local, según uno de sus firmantes, mientras un grupo de analistas considera que sus objetivos son difíciles de cumplir.
Los proponentes venezolanos pidieron que la Casa Blanca, el Senado y el Congreso de Estados Unidos promuevan “negociaciones sustantivas” sobre Venezuela y advierten sobre cómo las sanciones económicas contra el gobierno de Nicolás Maduro “no lograron sus objetivos”.
La petición también sugiere al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se permita el retorno de las actividades a empresas petroleras occidentales, que han debido limitar sus operaciones a niveles mínimos en Venezuela desde las sanciones impuestas en 2019.
El documento ha causado revuelo entre la oposición venezolana. Políticos cercanos a Juan Guaidó, dirigente reconocido como presidente interino por Estados Unidos y otros 50 países del mundo, la repudiaron.
Freddy Guevara, diputado de Voluntad Popular y colaborador de Guaidó, opinó que la carta promueve una agenda “peligrosa” que buscaría que los venezolanos se resignen “a vivir en dictadura a cambio de una apertura económica”.Somos 25 venezolanos que queremos provocar un debate”Luis Vicente León, analista venezolano
Pero sus firmantes la defienden con vehemencia porque -opinan- ha permitido que el debate sobre cómo zanjar la crisis política “se levante otra vez” en Venezuela, explica a la Voz de América uno de sus promotores, el presidente de Datanálisis y analista de contextos políticos y económicos, Luis Vicente León.
Esa carta era para Biden, presidente de Estados Unidos, no era para Maduro. Somos 25 venezolanos que queremos provocar un debate. No somos una organización, ni tenemos un líder. Estamos expresando opiniones”, afirma.
León remarca que quienes firmaron “han trabajado durante años en contra de un gobierno que no cumple condiciones democráticas” y apunta que el documento ha generado “reacciones muy positivas” en Washington.
Explica que buscan dar a conocer en EEUU otra versión de los efectos de las sanciones sectoriales en Venezuela y recuerda que la misma Casa Blanca envió recientemente una delegación a Caracas para reunirse con Maduro para abordar temas energéticos, entre ellos la eventual reactivación petrolera.
Ante una pregunta de la VOA sobre el propósito de la carta, el analista coincidió con que aspira a aplicar una especie de “electroshock” sobre asuntos como las negociaciones de Ciudad de México, congeladas desde octubre de 2021.
“La carta no intenta ser (o generar) una organización nacional, ni un plebiscito. Es un planteamiento racional de actores de diferentes sectores. Se han sumado otros analistas, economistas, sociólogos, no estamos compitiendo por un número de personas. Estamos hablando de debate de ideas”, dice León.
«Una fantasía»
En la carta, los firmantes piden al gobierno Biden que “supere las presiones políticas en EEUU” asegurando que han obstaculizado el avance de las negociaciones.
Hacer esta petición a la administración demócrata, a menos de 10 meses de las elecciones legislativas de medio término es “una fantasía”, señala Shifter.
Venezuela se ha convertido en un tema de política doméstica importante, en especial en estados donde hay una gran presencia de latinos —en particular cubanos y venezolanos—, argumentó el politólogo.
“Cualquier movida en la dirección que proponen va a generar una reacción muy dura y creo que podría afectar más a los demócratas en las elecciones de medio término en noviembre”, dijo el analista estadounidense.
Los firmantes de la carta, aseguró a la VOA Benjamin Gedan, investigador del centro de pensamiento Wilson Center en Washington D.C., “tienen razón en señalar el rol de la política doméstica de EEUU en constreñir la política hacia Venezuela”.
Sin embargo, aseguró el analista, “es poco realista esperar que el gobierno soporte los costos políticos de volver a interactuar con el régimen antes de las elecciones de medio término”.
Rechazo del Capitolio al acercamiento
Algunos legisladores estadounidenses de distritos con alto porcentaje de latinos -como el senador demócrata Bob Menéndez (Nueva Jersey) y el senador republicano Marco Rubio (Florida)- criticaron duramente el acercamiento diplomático entre funcionarios estadounidenses y el gobierno de Maduro a principios de marzo.
Rubio y el también senador republicano por Florida, Rick Scott, rechazaron la idea de levantar sanciones presentada en la misiva.
“Las sanciones específicas contra miembros del narco-gobierno de Maduro solo deben ser levantadas cuando se programen elecciones libres y justas”, dijo Rubio a la Voz de América en una declaración escrita. Solo deben ser levantadas cuando se programen elecciones libres y justas”
El senador Scott, un fuerte crítico del gobierno de Nicolás Maduro y de las políticas demócratas, dijo a la VOA que “bajo ninguna circunstancia” el presidente Biden debe “levantar las sanciones o negociar con el régimen otra cosa que no sea las condiciones de la salida del poder de Maduro”.
“Maduro está desesperado por aferrarse al poder y nunca negociará de buena fe”, aseguró el legislador en una declaración escrita.
Ryan Berg, investigador del centro de pensamiento CSIS, en Washington DC, coincide con esta visión: “No entiendo cómo miembros de la oposición asumen que Maduro va a tener el incentivo para negociar de buena fe sin una estructura de sanciones proporcionando presión (…) para que se siente a la mesa”.
El politólogo señaló que, durante las negociaciones con la oposición en México, el oficialismo ha pedido el levantamiento de las sanciones económicas: “molestan al régimen y son una gran fuente de presión (…) para llegar a una transición negociada a través de las elecciones”.
Para el politólogo, si el gobierno de Biden decide algún cambio en su política hacia Venezuela que implique la revisión de sanciones antes de noviembre, “la administración estaría cometiendo un error bastante significativo”.
“Es arriesgar darle mucho a Maduro sin obtener mucho a cambio”, sentenció.
«Respuesta a la ineficiencia»
La carta es “una respuesta a la ineficiencia y la parálisis que ha generado el rol de la oposición en Venezuela”, escasa de cambios trascendentales recientes en la dinámica política y del poder, interpreta el politólogo Pietro Trepiccione.
Las críticas de varios dirigentes opositores a la carta reflejan que es necesario “dar pasos en la dirección correcta” y buscar “soluciones efectivas” al conflicto venezolano, asegura el coordinador en el estado Lara del Centro Gumilla. El simple hecho de haber generado un debate en torno a ella es una buena señal»
“El simple hecho de haber generado un debate en torno a ella es una buena señal. El liderazgo político venezolano requiere de un proceso de reingeniería y verificar nuevamente nuevas estrategias para poder reconectar con la opinión pública venezolana”, indica Trepiccione en entrevista con la Voz de América.
La urgencia de “logros concretos” mediante negociaciones es una aspiración de la sociedad venezolana que está reflejada en la carta abierta al presidente de EEUU, valora. Cree que el documento nace de una parte de la población que no se siente representada por el liderazgo político de oposición.
“Por ello surgen este tipo de iniciativas parciales, limitadas, con poca trascendencia en el mundo político, pero que pudieran generar reacciones y, en consecuencia, nuevas actitudes del liderazgo político en relación con la búsqueda de nuevas alternativas de soluciones”, asegura el analista venezolano.
Las propuestas de la misiva son el “único camino que tiene sentido para lograr un acuerdo político” para Venezuela, según la opinión de Michael Shifter, analista y profesor de la Universidad Georgetown en Washington DC.
“Creo que las otras opciones no han funcionado y no hay ninguna posibilidad de que funcionen”, agregó.
Guaidó permanece al frente del gobierno interino mientras Maduro sigue ejerciendo como presidente de facto de Venezuela. El líder opositor ha insistido en la necesidad de retomar las negociaciones de México, pero el oficialismo se niega a debatir con él, llamando, en cambio, a un “reformateo” del diálogo.
El presidente interino también defiende la figura de su gobierno interino como una manera efectiva de proteger los activos de los venezolanos en el extranjero.
Una nueva carta
El documento de la semana pasada generó la publicación de otra carta al gobierno de Estados Unidos, donde dirigentes políticos y sociales de Venezuela, como el exalcalde Antonio Ledezma, la activista política María Corina Machado y el periodista Miguel Henrique Otero, piden mantener las sanciones.
“Las desgracias que se viven en Venezuela son previas a las sanciones impuestas, por lo que relajar la presión sobre la tiranía lo único que garantiza es la perpetuación de la misma junto con quienes, durante años, han fingido oponerse”, se lee en el escrito, difundido días luego de la carta del jueves.
La mayoría de los firmantes de ese nuevo texto vive fuera de Venezuela, “paradójicamente”, recordó en su cuenta de Twitter Giovanna de Michele, experta en relaciones internacionales. “Desde el exterior se puede decir cosas que no pueden ser dichas en Venezuela. Todos sabemos el costo”, escribió.
León, por su parte, asegura a la VOA que los 25 firmantes tienen sus propias observaciones a la carta abierta al gobierno estadounidense publicada el jueves.
“Tengo cosas que me hubiese encantado agregar o quitar. Son 25 personas éticas, racionales. Esa carta sola ya es una negociación que exige que cedas y pongas, y que exige acuerdos máximos entre quienes la firman”, apunta.
El gobierno de Maduro no ha reaccionado a la carta de 25 de sus críticos. Semanas antes, el presidente venezolano hizo votos porque se normalizaran las relaciones con Estados Unidos y demandó que se suspendan las sanciones.
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