En medio de las señales de recesión en la economía global, la aceleración de la inflación y el alza de las tasas de interés, los inversionistas huyen del riesgo provocando caídas en la valoración de acciones y bonos, pero en el caso de las criptomonedas el impacto es más profundo: un colapso relámpago que pone en evidencia la debilidad del sistema.
En noviembre del año pasado, la fe en el mundo cripto sumó nuevos adeptos. Bitcoin y ethereum, dos criptomonedas emblemáticas, alcanzaron alturas inéditas. Bitcoin se cotizó en 67.802 dólares y ethereum en 4.800 dólares. Meses después, el 3 de junio de este año, se negociaban 56% y 63% por debajo de estos niveles.
Los más fervientes seguidores de las criptomonedas las definen como un proyecto libertario, el tránsito a un mundo sin bancos centrales y gobiernos que pueden degradar las monedas emitiendo más dinero. En abril, tras el salto de la inflación en Estados Unidos y Europa, los extremistas cripto se tornaron desafiantes.
El cofundador de PayPal, Peter Thiel, afirmó que “los bancos centrales están en quiebra, estamos al final del régimen del dinero fiduciario”; pero la euforia duró poco y dio paso al desconcierto.
Para enfrentar la inflación, los bancos centrales comenzaron a elevar las tasas de interés generando el temor de que el encarecimiento del crédito frenará el consumo y el crecimiento en la economía global.
En este entorno, los inversionistas se desprendieron de activos que consideran riesgosos, incluyendo las criptomonedas, dejando en el aire a devotos como Peter Thiel que esperaban que se convirtieran en el escudo contra la inflación y la incertidumbre.
El descenso se amplificó porque inversores institucionales liquidaron posiciones y el valor de mercado de todas las criptomonedas, que en noviembre del año pasado alcanzó 3 billones de dólares, se redujo a 1,3 billones al cierre de mayo.
Las “stablecoins”
En el colapso tiene un lugar especial el temblor de las stablecoins o monedas estables. A diferencia de criptomonedas como bitcoin, ethereum o dogecoin, donde la volatilidad es la norma, las cripto estables ofrecen que no habrá fluctuaciones y las más importantes están relacionadas al dólar.
Estas cripto estables, en teoría, garantizan que la valoración siempre será igual a un dólar pase lo que pase en el mercado y hay varias fórmulas para cumplir la promesa. Una de ellas es que por cada unidad hay un dólar de respaldo o activos muy seguros como los bonos del tesoro de Estados Unidos. Tether y USD Coin, dos de las más importantes, usan este método.
Otra como terra está ligada a una criptomoneda llamada luna emitida por Terra Lab, la compañía que también posee a terra y funciona con un algoritmo. La promesa es que quienes tienen una terra siempre pueden cambiarla por una nueva fracción de luna equivalente a un dólar.
Si el precio de terra cae por debajo de un dólar, los inversionistas pueden eliminar su terra cambiándola por una nueva fracción de luna equivalente a un dólar. Por ejemplo el 5 de mayo, cuando una luna se cotizaba en 85 dólares, quien tenía una terra podía cambiarla por 0.011 lunas.
La idea es que así se reduce la cantidad de terras en circulación y se recupera su valoración. Al contrario, si el precio de terra supera un dólar, los inversionistas pueden eliminar fracciones de luna y cambiarlas por una nueva terra. Esto aumenta la cantidad de terras en circulación y reduce su precio hasta que equivalga a un dólar.
Terraform Labs, creada en 2018 por el surcoreano Do Kwon, graduado en informática en Stanford y Daniel Shin, quien ideó la plataforma de comercio electrónico Ticket Monster, fue alabada como una muestra de genialidad capaz de desvincular por completo al ecosistema cripto del sistema financiero tradicional.
Cuando luna pasó de valer cuatro dólares en febrero de 2021 a 60 en el mismo mes de 2022 la euforia se desató, pero el algoritmo tenía una falla intrínseca: quienes operan en el mercado no son robots, son humanos susceptibles al pánico y a las dudas sobre qué respaldo hay en momentos de incertidumbre.
El 9 de mayo, el precio de luna comenzó a caer y arrastró a terra, en los que los analistas llaman un espiral de muerte que las condujo a perder todo su valor.
El temor
El desmoronamiento de terra ha generado temores sobre tehter, la más importante de las cripto estables, porque funciona como puente entre el mundo cripto y el dinero convencional.
Durante la caída de terra la valoración de tehter descendió momentáneamente por debajo de un dólar. Quienes liquidaron sus posiciones tal vez sucumbieron ante las dudas. En teoría, tehter está respaldada por una combinación de dólares, bonos del tesoro y títulos de empresas, pero la compañía se niega a revelar la composición argumentando que es su “salsa secreta”.
Los tehter en circulación equivalen a 80 mil millones de dólares, es decir, en teoría las reservas que los respaldan equivalen a esta cantidad, una suma equiparable a la que administran los grandes fondos de inversión, pero no hay auditorías ni detalles precisos.
Operadores no dudan en advertir que un colapso de theter tendría repercusiones serias en todo el sistema y generaría una crisis de confianza que pondría en entredicho la supervivencia de buena parte del sistema cripto.
La mayoría de quienes invierten en criptomonedas utilizan tehter para comprar y vender el resto de los criptoactivos porque convertir el dinero desde criptos a dólares es costoso. Por lo tanto, una eventual caída de tehter desataría una crisis de liquidez en el ecosistema.
Paolo Ardoino, director de tecnología de Tether, en un intento por disminuir la desconfianza, prometió que una actualización trimestral de las reservas estaría disponible próximamente.
Aáron Olmos, profesor del IESA, explica que “estamos viendo un darwinismo digital, debe venir una limpieza de proyectos cripto. Hay más de 19.800 criptomonedas y de esas el 95% no sirven para nada, es un pequeño grupo el que realmente cubre algunas necesidades”.
“Lo que ocurre ha dejado en evidencia la gran conexión y dependencia que existe entre el mercado financiero global, el dinero fiat (convencional) y el mundo de las criptomonedas”, agrega.
Alarmas encendidas
Las autoridades financieras comienzan a mostrarse preocupadas. En enero, un estudio del Fondo Monetario Internacional concluyó que las dimensiones del mercado cripto se traduce en que sus fluctuaciones pueden trastocar los mercados tradicionales.
En su informe de “riesgos sobre la estabilidad financiera de los activos criptográficos”, publicado en febrero de este año, el Consejo de Estabilidad Financiera, que reúne entre otros al Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, señaló que las cripto estables pueden generar vulnerabilidades por su “creciente interconexión con el sistema financiero tradicional”.
“Si las instituciones financieras siguen participando más en los mercados de criptoactivos, esto podría afectar a sus balances y a su liquidez de forma inesperada”, agrega el informe y recuerda que al igual que en la crisis de las hipotecas subprime “una pequeña cantidad de exposición conocida no significa necesariamente una pequeña cantidad de riesgo, sobre todo si existe una falta de transparencia y una cobertura regulatoria insuficiente”.
El 24 de mayo, el Banco Central Europeo emitió un informe donde alertó que “si la actual trayectoria de crecimiento del tamaño y la complejidad del ecosistema de criptoactivos continúa, y si las instituciones financieras se involucran cada vez más, entonces los criptoactivos supondrán un riesgo para la estabilidad”.
La presión crece. La semana pasada un grupo de académicos y gerentes entre los que se encuentran el profesor de Harvard Bruce Schneier y la ingeniera principal de Google Cloud, Kelsey Hightower, entregó una carta a legisladores de Estados Unidos exigiendo regulación sobre el ecosistema cripto.
“Les instamos a resistir la presión de los financieros, los grupos de presión y los promotores de la industria de los activos digitales para crear un refugio regulatorio para estos instrumentos financieros digitales arriesgados, defectuosos y no probados”, dice el texto.
Aáron Olmos señala que “principales empresas del mundo cripto como Binance están buscando permisos y autorizaciones para operar. Si quieres jugar en el mismo terreno de la banca tradicional, los gobiernos del mundo te van a exigir regulación”.
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