Ante el silencio oficial inicial fue la asociación civil Gente del Petróleo quien hizo público el último derrame en El Palito, provocado por el desbordamiento de una laguna de oxidación por las fuertes lluvias producidas en la zona. Trabajadores de la refinería han denunciado en ocasiones previas la falta de mantenimiento de esta laguna de oxidación.
Funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) han prohibido la cobertura informativa a los periodistas que cubren el derrame en la Refinería del Palito, según la denuncia hecha pública hoy miércoles por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP). Los militares obligaron incluso a un grupo de periodistas a que borraran los vídeos y las fotografías que habían tomado en las zonas afectadas.
El vertido de combustible en una de las mayores refinerías de Venezuela, situada en el estado central de Carabobo, ya ha afectado a las comunidades colindantes y a varias playas en Puerto Cabello, cerca del parque nacional de San Esteban y a 200 kilómetros de Caracas. Ante el silencio oficial inicial fue la asociación civil Gente del Petróleo quien hizo público el último derrame en El Palito, provocado por el desbordamiento de una laguna de oxidación por las fuertes lluvias producidas en la zona. Trabajadores de la refinería han denunciado en ocasiones previas la falta de mantenimiento de esta laguna de oxidación.
Las imágenes en las que grupos de operarios intentaban recoger el petróleo con cubos provocó las críticas ciudadanas y la molestia gubernamental. «Lo ocurrido en El Palito, usando un procedimiento a punta de tobos (cubos) en donde no hay ni una mínima medida de seguridad y ambiente. Es una prueba de la destrucción y el atraso a la que la revolución somete a nuestro país y a Petróleos de Venezuela (Pdvsa). ¡El vídeo lo dice todo!», reaccionó el ex dirigente petrolero Juan Fernández en sus redes sociales.
La militarización de Pdvsa condujo a la que fuera una de las mayores empresas de la región a una caída en su producción que sólo el tiempo detuvo años después. En la actualidad, la petrolera estatal produce entre 700.000 y 800.000 barriles de oro negro al día, muy lejos de los tres millones tantas veces prometido.
Pese al silencio impuesto por el régimen, son ciudadanos y periodistas quienes recogen las consecuencias del vertido en las costas venezolanas. Los residuos de oro negro alcanzan varias millas y son cientos de peces los afectados.
Con el vertido producido tras Nochebuena, llueve petróleo sobre mojado: Gente del Petróleo ha denunciado 20 derrames en sólo cuatro años, que también han afectado a los lechos marinos y a la biodiversidad.
El deterioro es de tal calibre que a mediados de año la agencia Reuters desveló que en el seno de Pdvsa son sabedores de sus muchas limitaciones para controlar estos vertidos y también la quema continua de gas, el mismo gas con el que sueña Europa para sustituir al que suministra Rusia.
«Desastre ecológico en Navidad, en eso degeneró Pdvsa», criticó el dirigente opositor Américo de Grazia.
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