Por qué atacar a Lula fue el error más grave de Maduro

La Cancillería brasileña responde al Gobierno chavista que “los ataques personales y las escaladas retóricas” no deben sustituir a la diplomacia

A Brasil se le ha acabado definitivamente la paciencia con Nicolás Maduro, pero no por eso bajará al barro de las agresiones verbales. Prefiere mantener la apuesta por la diplomacia, el respeto y las buenas maneras, aunque la relación bilateral está tiritando.

El Ministerio de Exteriores de Brasil ha difundido este viernes por la tarde una nota en respuesta a la sarta de insultos y falsas acusaciones lanzadas en su contra por diversas autoridades venezolanas, incluido el mandatario chavista, después de que Brasilia cerrara a Caracas la puerta de los BRICS+.

“Optar por ataques personales y escaladas retóricas, reemplazando los canales políticos y diplomáticos, no se corresponde con la forma respetuosa con la que el Gobierno brasileño trata a Venezuela y a su pueblo”, dice el comunicado de Itamaraty. Un llamamiento a la calma en medio de la crisis más grave en las relaciones bilaterales. “Ningunear a Lula fue el error más grave” de Maduro, apunta una fuente gubernamental brasileña.

“Maduro calculó mal, llegó [a Kazán] cuando Venezuela ya estaba fuera de la lista [de nuevos países asociados] acordada entre los líderes de los BRICS y no se dio cuenta de un dato fundamental: Lula es un demócrata, y puso su capital político en favor del Acuerdo de Barbados [que propició las elecciones presidenciales venezolanas de julio] y de una normalización del diálogo político que no vino con las elecciones, todo lo contrario”, añade la fuente.

Durante meses, el mandatario venezolano ha ignorado los esfuerzos diplomáticos de Brasil, Colombia y otros países en busca de una salida dialogada a la crisis tras las elecciones presidenciales, que pocos fuera del chavismo dudan que fueron fraudulentas.

Maduro ha hecho caso omiso a cada petición de un gesto de buena voluntad para entablar una negociación. El chavista lleva meses jugando a ganar tiempo mientras endurece la persecución de los opositores y ataca verbalmente a diestro y siniestro. Y en eso estaba, confiado, pateando la bola hacia delante con la vista puesta en el 10 de enero —día de la toma de posesión presidencial—cuando decidió viajar a Rusia para la cumbre de los BRICS+.

El club creado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que acaba de crecer con cuatro nuevos socios y ha abierto la puerta a otros países asociados. Maduro pretendía que Venezuela fuera uno de ellos, confiaba en que el anfitrión, el presidente Vladímir Putin, le allanaría el camino.

Pero el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el mismo que año y medio atrás convocó en Brasilia a Maduro y el resto de los jefes de Estado sudamericanos para sacar a Venezuela del ostracismo, estaba ya harto de las maniobras del líder chavista y sus fieles para aferrarse al poder.

Lula decidió dar un golpe en la mesa y enviar un mensaje nítido a Maduro, que ha respondido con furia, aunque se ha cuidado mucho de no atacar directamente al presidente Lula.

La Cancillería brasileña se manifiesta “sorprendida por el tono ofensivo” utilizado por diversos dirigentes chavistas contra Brasil. La Cancillería venezolana llegó a decirle esta semana a Brasilia en una nota oficial con tono amenazante: “O nos respeta o haremos que nos respete”.

Pero a las autoridades brasileñas les ha molestado sobre todo un post publicado también el miércoles por la Policía Nacional Bolivariana que, sobre un fondo de la bandera de Brasil y una silueta de un hombre que recuerda a Lula, decía en tono siniestro: “Quien se mete con Venezuela acaba mal”. Este viernes por la noche, ese post ha sido eliminado.

con elpais / notiveraz

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