Santamarías abajo y poca actividad en los centros comerciales son las consecuencias de una política tributaria asfixiante contra los emprendedores venezolanos que han optado por trabajar en mercados virtuales para evadir el pago de los impuestos.
A este problema se le suma la migración de los comerciantes y los precios de los alquileres, según detalló Claudia Itriago, directora de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, quien lamentó la desolación en la que se encuentran estas infraestructuras.
Aliados comerciales se han quejado por los cobros de Corpoelec que pueden oscilar entre 363 y 2.500 dólares.
«Parece que no les gusta ver al país prosperar. ¿Cómo hacemos para sacar adelante nuestros emprendimientos?, si el cobro de los servicios es tan elevado; deben ser más equitativos y, en lugar de espantar a las pocas personas que seguimos invirtiendo en el país, deberían darnos más razones para seguir sumando a la economía», comentó José López, aliado comercial de Barquisimeto.
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