Periodista argentino denunció atropello de funcionarios de Maiquetía que impidieron su entrada a Venezuela

El periodista Jorge Pizarro, de Radio Rivadavia, denunció en diálogo con Marcelo Longobardi que el gobierno de Nicolás Maduro no lo dejó entrar a Venezuela para cubrir las elecciones presidenciales del próximo domingo. Según su relato, esta madrugada arribó a Caracas y fue apartado de la fila que hacía en Migraciones en el aeropuerto. Tras ello le hicieron un interrogatorio de ocho preguntas -que repitieron diez personas distintas- y luego le informaron que lo iban a deportar.

De acuerdo a lo que contó, voló hasta allá con la aerolínea Copa, que primero hizo escala en Panamá, y arribó a Caracas a las 2.30 de la mañana. “Tuvimos una dificultad que tiene que ver con las cosas que les pasan permanentemente a los venezolanos, por la paupérrima situación en la que viven todos los días. Tuvimos que estar una hora y media dentro del avión porque había un problema de energía eléctrica en el aeropuerto, que no podía conectar el puente entre el avión y la base. Así arrancó”, introdujo en el medio para el que trabaja, esta mañana.

Y después ahondó sobre su situación al momento de intentar entrar formalmente a Venezuela. “Hicimos la fila de Migraciones y había una persona que hacía la visualización del pasaporte, que te pedía tenerlo en mano. Cuando vieron mi pasaporte argentino, me llamaron. Pensé que era alguna cuestión de rutina hasta que una señorita que tenía un uniforme color azul marino con un ploteo verde flúo, todo bastante desagradable, con un escudo que decía ‘Ministerio Público Popular’, algo que me costó racionalmente entender cómo sería un ministerio público y popular al mismo tiempo, me interrogó, severamente, sin explicarme por qué”, sostuvo, en la previa de un proceso electoral que se dirimirá entre Maduro -a quien la comunidad internacional ya llamó la atención por hostigar opositores- y Edmundo González Urrutia, que encarna el cambio.

Tras eso, Pizarro indicó que pasó a un “interrogatorio” que le hizo una persona vestida de civil y que luego lo atendió un oficial superior que reiteró los mismos cuestionamientos. “Y cuando osé decirles por qué me preguntaban tantas veces lo mismo, si había contestado siempre igual, no había dejado margen de duda y no había ningún motivo para trastabillar porque las preguntas eran bien puntuales (a qué viene, por qué viene, qué hace, dónde trabaja en Buenos Aires), prácticamente por haberle preguntado eso casi me pone preso. Dijo que las preguntas las hacía él y que yo no podía responderle absolutamente nada, excepto lo que él me dijera. Ahí por primera vez entendí lo que estaba pasando”, narró.

Entonces, precisó Pizarro que lo interrogaron diez veces con ocho preguntas que se repetían cada vez, que le sacaron 14 fotos en “escenarios distintos”, que le retuvieron el pasaporte, que lo llevaron a una oficina de aislamiento y deportación y que lo filmaron en un video donde debió detallar quién era y a qué fue a Venezuela. “Grabé casi ocho minutos. Mostraba los pasajes, el voucher del hotel, el sistema de salud privada que la radio me contrató, absolutamente todo en regla”, aseguró.

Siempre en base a su relato, cuando todo esto empezó se comunicó con el director periodístico del grupo dueño de Radio Rivadavia, Jorge García. “Él confirmó que no hacía falta ningún permiso para venir, no había que hacer ningún trámite extraordinario o que resultase una condición sine qua non para poder ingresar y hacer el trabajo. Estoy acá esperando a ver qué hacen de mi vida”, dijo.

Mientras, se retrotrajo al momento en que decidieron hacer esta cobertura para la radio. Al respecto indicó que las acreditaciones para los periodistas que querían ir a las elecciones se entregaron hasta abril y que no había ninguna excepción para conseguirla por fuera de esa fecha. “La Embajada venezolana en Buenos Aires no te daba muchas más respuestas y te sugerían que cuando llegaras aquí, te presentaras ante la autoridad electoral para validar quién eras, de dónde venías, a qué empresa representabas y cuál es tu tareaY además para validarte profesionalmente, cosa que yo iba a hacer en las primeras horas de hoy. Bueno, no llegué a eso porque me tuvieron en esa sala, me separaron de mi mochila y me sacaron los celulares (yo tenía uno personal y uno laboral) y la ropa que tenía”, planteó.

Como otro “sinsentido” que se dio durante su arribo a Venezuela, expuso una confusa situación que aconteció cuando intentó explicar adónde residiría durante su estadía. “Me preguntan a qué hotel voy a ir. La empresa tiene un sector administrativo que tiene una agencia de viajes de confianza que te consigue los pasajes y el hotel. Tengo los vouchers del pasaje y el del hotel con un código QR. Es un hotel muy moderno, el centro de convenciones empresariales. Desde que mostré el voucher que dice ‘hotel cinco estrellas, una habitación, nueve noches’, todos los detalles, me dijeron: ‘Esto es falso, el hotel no existe’. Le digo: ‘Señorita, mire, esto es muy fácil de corroborar. Si usted me permite mi teléfono puedo buscar, si usted no lo quiere hacer, que este hotel existe. Es un centro de convenciones, la hotelería de Caracas está saturada por el evento electoral que ustedes van a vivir el próximo domingo’”, contó y dijo que estuvo una hora hasta que finalmente las autoridades aceptaron que ese paradero era real.

Enumeró además que durante seis horas no le dieron ni siquiera un vaso de agua, que no lo dejaron tomar una medicación ni “prácticamente” ir al baño, y que lo retuvieron en una sala y en un corralito solo. “Imaginate lo que es el aeropuerto, el sector de Migraciones… armaron un corralito y de pie me dejaron ahí tres horas. Después me llevaron a otra parte del aeropuerto y ahí me permitieron sentarme. Hasta que vino una persona y me dijo que, por no cumplir los requisitos para el ingreso al país, me van a deportarAsí que estoy esperando un vuelo de Copa. Pero no sé qué trámites hicieron porque ni siquiera me pidieron los pasajes, pero se supone que en ese vuelo me van a subir”, reveló.

En el momento en que daba la nota -pese a que no explicó con qué teléfono porque se supone que estaba incomunicado- lo hacía desde una cafetería “rodeado de tres agentes de Migraciones uniformados y con tonfa” que lo vigilaban desde otra mesa. “Si quiero ir al baño, tienen la orden de acompañarme”, comentó.

NotiVeraz

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