El líder opositor Juan Guaidó prepara para este domingo su nuevo reto: una votación de la Asamblea Nacional -AN- en la que debe ser reelegido como su presidente, paso necesario para mantener el pulso con el gobierno de Nicolás Maduro.
1.- EL DESAFÍO DE LOS VOTOS
La última pugna desatada entre Gobierno y AN, de contundente mayoría opositora, gira en torno a los votos de los diputados.
Mientras la oposición denuncia una persecución contra sus diputados, tanto judicial como de compra de voluntades, que ponía en riesgo alcanzar un quórum para poder reelegir a Guaidó, el oficialismo pugnaba por desacreditar las alternativas.
Finalmente, la AN aprobó una reforma del reglamento parlamentario que permite a los diputados que estén en el exterior votar de forma remota, lo que abrió la última pelea jurídica con el Gobierno.
El Parlamento necesita la presencia de la mitad más uno del total de los 167 diputados para que se lleven a cabo las sesiones: 84 parlamentarios imprescindibles para que se llegue al quórum que se requiere para seguir funcionando.
2.- LA PELEA POR LA LEGIMITIDAD
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró «la nulidad absoluta y carencia de efectos jurídicos» de la norma que iba a permitir votar a esos diputados en el exterior. Inmediatamente después, la AN rechazó la decisión de la alta corte y abrió la -por ahora- última pelea por la legitimidad entre chavismo y oposición.
5.- LA OPOSICIÓN MUESTRA SUS COSTURAS
Mantener la cohesión en un grupo político como el de la oposición venezolana, que cuenta con tantos recovecos ideológicos como ambiciones personales, ha sido uno de los grandes retos desde las elecciones legislativas.
En los últimos meses, y tras el bálsamo que supuso la llegada de Guaidó al liderazgo opositor, se han vuelto a ver las grietas en la cohesión de los grandes nombres que están en contra del chavismo.
Por si fuera poco, un supuesto caso de corrupción, cuya investigación parlamentaria no arrojará resultados hasta después de la elección del presidente de la AN, ha terminado de abrir auténticas grietas entre los diferentes partidos e intereses.
Con esos mimbres, deberá Guaidó hilar de nuevo una mayoría que se muestre sólida no solo frente al mundo, sino también y especialmente en el interior del país.
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