“Maduro ni Chávez han estado en contra de la empresa privada”, así lo expresó el diputado de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2020, Nicolás Maduro Guerra, mejor conocido como Nicolasito.
«Al contrario, Venezuela es un estado cimentado principalmente en el petróleo y en las empresas privadas que creen en este país», sostuvo el “parlamentario”.
«Nosotros necesitamos de la empresa privada y las empresas privadas necesitan de un Estado fuerte, sólido, capaz de tenderle la mano a esa empresa», sostuvo en su exposición el hijo de Nicolás Maduro, quien desde que llegó al poder ha continuado las políticas de expropiaciones de su sucesor socialista Hugo Chávez.
Vale recordar, que fue desde el 2005, cuando el gobierno de Chávez comenzó una serie de expropiaciones de empresas aludiendo que se trataban de activos esenciales para el desarrollo endógeno de las regiones.
Las empresas expropiadas en estos primeros años eran empresas medianas con actividades que no necesariamente eran estratégicas para el Estado.
Más tarde se inició una nueva etapa de nacionalización de sectores de la economía que el Estado consideraba como estratégicos, concretamente los sectores de telecomunicaciones, electricidad, cemento, acero, energía y servicios asociados a la industria petrolera. Todos estos sectores actualmente en crisis y sin el personal calificado para administrarlos eficientemente.
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