Durante la tarde del miércoles 6 de enero un recluso falleció y otros 10 resultaron heridos en medio de un motín que se generó en el Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como cárcel de Uribana, dejando en evidencia la corrupción que se vive dentro del penal, donde los presos tienen acceso a armas de fuego, celulares, e incluso tienen ventas de alimento en las instalaciones.
El motín se generó debido al descontento de los reclusos por el pago de la “causa”, una especie de vacuna que cobran los pranes de cada modulo para que los internos puedan gozar de ciertos beneficios.
De no cancelar los montos exigidos, los internos son acosados, golpeados, y aislados, según contaron familiares al diario La Prensa de Lara.
Todo tiene un precio
Los reclusos deben cancelar a los pranes de cada módulo un dólar o 1.000.0000 de bolívares por semana por concepto de la “causa”. Mientras que los custodios exigen a los familiares de los internos un dólar por cada producto de comida que ingresen al penal.
Un familiar reveló que dentro del penal venden comida, un negocio manejado por pranes y custodios. Estos alimentos pueden ser cancelados por pago móvil, transferencias o puntos de ventas.
El Observatorio Venezolano de las Prisiones denunció que algunos internos cancelan 100 dólares para poder tener acceso a un arma, y por un celular el costo varía entre 20 y 60 dólares. Por una visita “especial” pagan hasta 50 dólares.
La ONG confirmó que toda esta situación dentro de la cárcel de Uribana se lleva a cabo con pleno conocimiento de los custodios y personal administrativo, quienes presuntamente son beneficiarios del dinero recabado.
Familiares señalaron que desde que llegó el nuevo director, presuntamente están permitiendo esos “beneficios”.
El motín
El miércoles 6 de enero los reclusos de los módulos 5 y 7 se alzaron para quejarse por el pago de la “causa”. En medio del conflicto, Roger José Amaro, de 25 años de edad, inició una discusión con un compañero y este sacó un arma de fuego. Otro recluso identificado como Roibert Alejandro Pereira Mendoza, de 24 años, se involucró en la discusión para tratar de mediar, pero recibió un disparo por parte de otro interno y falleció.
“No disparen, no nos vamos a matar aquí, al final todos somos causas”, fueron las palabras de Pereira, antes de recibir un disparo en el lado derecho del pecho. A su compañero Amaro lo hirieron en el cuello y se encuentra estable.
En medio de la trifulca, resultaron heridos de balas y cortados alrededor de 10 detenidos, pero al Hospital Central solo trasladaron a tres: Pereira que fue ingresado sin signos vitales, Amaro que fue intervenido quirúrgicamente y Edwin García, de 49 años de edad.
Tras escuchar los disparos, los reclusos del modulo 7 secuestraron al director del penal Rafael Ramírez, quien fue liberado seis horas después.
La mañana del jueves 7 de enero, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia ingresaron a los módulos de la cárcel de Uribana para hacer una requisa.
Mirelys Contreras, ministra de Asuntos Penitenciario, aseguró que la situación dentro del penal se encuentra bajo control.
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