El primer teniente del Ejército Jairo Rafael Bethermytt Carrillo fue uno de los detenidos el pasado domingo 10 de mayo por funcionarios militares del régimen de Nicolás Maduro en la Colonia Tovar.
Bethermytt Carrillo, junto a otros dos apresados más, el sargento segundo del Ejército Franco Jonathan y el sargento primero de la Guardia Nacional Bolivariana Evan Rincón, fueron señalado por su presunta participación en la Operación Gedeón.
Este oficial había participado en la sublevación del 30 de abril de 2019 y aseguró que lo llevaron bajo engaño al distribuidor Altamira de Caracas, donde ocurrió el levantamiento liderado por Juan Guaidó, presidente interino de la República.
«Este es otro sabotaje de la derecha golpista. Lo que quiere es que entre nosotros mismos nos enfrentemos. Ya le demostramos que no van a poder», dijo en ese momento en declaraciones concedidas al canal chavista Telesur.
Un trabajo publicado en Infobae por la periodista Sebastiana Barráez señala que el uniformado vivía alardeando ante sus compañeros de la supuesta amistad con Vladimir Padrino López, ministro de Defensa del régimen de Nicolás Maduro.
«Era un oficial activo hasta su participación el 30 de abril. Allí (en el distribuidor Altamira) estuvo usando pasamontañas, incluso durante la grabación del video en el que Guaidó hace un llamado a la fase final de la Operación Libertad», indicó Barráez.
La periodista también señaló que esa supuesta relación con Padrino López le permitía al militar gozar de ciertos privilegios y, además, tenía exquisitos gustos debido a la cómoda posición económica de su suegro, como viajes en vuelos chárter.
Por los eventos del 30 de abril estuvo mes y medio detenido. Luego lo reincorporaron a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y lo enviaron al Batallón O’Leary en el complejo militar de Fuerte Tiuna.
«Muchos lo veían con recelo porque fue un oficial indisciplinado, tomador de aguardiente y siempre andaba pregonando que era muy amigo del general Padrino López», agregó Barráez.
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