En la víspera de cumplirse un año de los apagones la corrupción, la politización y la desprofesionalización del sistema eléctrico aunada a las estadísticas de los últimos 30 años sobre la estacionalidad auguran que el temido blackout nacional se encuentra latente.
Las estadísticas de los últimos 30 años indican que en los meses de marzo y abril, cuando es más fuerte la sequía, es más factible que hayan apagones en el país. Esto debido a la tendencia a que se produzcan incendios forestales de manera natural que afecten el sistema.
Así lo explicó Arturo Ramos, sindicalista perteneciente a la Federación de Trabajadores Eléctricos.
Los apagones siguen latentes
Este sábado 7 de marzo se cumple un año de los megaapagones que aquejaron por varios días a Venezuela. Mucho se ha comentado de que este evento se puede repetir debido a los cada vez más constantes bajones y cada vez más prolongados racionamientos.
Ramos advirtió que dada la temporada y la fragilidad del sistema eléctrico nacional un nuevo megaapagón resulta inminente.
«El apagón del año pasado ocurrió por estas fechas debido a que no se le había hecho mantenimiento a los corredores de la línea oportunamente. Ahora, el régimen puso a los milicianos a hacerle mantenimiento a algunos. Sin embargo, eso no garantiza, por haber comenzado tarde, que todos los corredores estén limpios», dijo.
Ramos afirmó que la situación desde el punto de vista técnico el sector eléctrico ha empeorado. Lamentó que cada máquina generadora de la central hidroeléctrica que se daña no tiene más remedio que quedar como donante de órganos para las otras máquinas.
El experto eléctrico José Aguilar calificó de inevitable que ocurran nuevos apagones en el país.
«Ya es inevitable cuando ocurran los apagones de no ser nacionales en Venezuela. Los mismos serán de amplio espectro y apagaran más de medio país. Un apagón es una posibilidad que no se puede descartar y depende del accionar de Corpoelec»
Asimismo rechazó la interferencia por parte de cuerpos de seguridad e inteligencia del Estado, tales como el Sebin, la Dgcim y la Faes.
La deplorable situación de las centrales hidroeléctricas
Ramos describió la situación en la que actualmente se encuentran las termoeléctricas.
«En la represa de Caruachi hay dos máquinas paradas desde hace más de seis meses sin remedio aparente.
En Macagua hay siete máquinas paradas, una porque el contratista que prestaba los servicios no terminó su contrato y la otra porque estamos bloqueados y el fabricante no puede venir a repararlo», detalló.
Añadió que en el Guri hay 20 máquinas, 13 de ellas están funcionando y 7 están paradas. Pero todas las que están funcionando están contando las horas para pararse por falta de mantenimiento: «En las centrales hidroeléctricas los aires acondicionados no funcionan, no funcionan las salas de baterías ni los generadores auxiliares, no funcionan las grúas con las que se hace mantenimiento».
Los factores comunes de la decadencia
Por su parte, la diputada y presidenta de la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional, Nora Bracho, señaló que la crisis del servicio eléctrico tiene como denominador común tres factores: la corrupción, la politización y la desprofesionalización.
«Se robaron los recursos que no invirtieron y padecemos esta crisis humanitaria que se profundiza aún más por los malos servicios públicos en Venezuela, no solamente el eléctrico», aseguró Bracho.
Recordó que en 2009 el fallecido presidente Hugo Chávez declaró «emergencia eléctrica» y asignó una cantidad de dinero que no se invirtió en lo que suponía sería su fin. «Desde 2009 han robado 100 mil millones de dólares del sector. Se entregaron contratos a dedo a empresas que no estaban capacitadas ni tenían la experticia para solventar la problemática eléctrica. Como tampoco para hacer las compras debidas», denunció.
«Con ese dinero compraron chatarra, máquinas obsoletas. No hicieron los mantenimientos correctivos ni preventivos. Así tampoco han hecho las inversiones correspondientes para actualizar el sistema eléctrico nacional a las necesidades de nuestro país ni el crecimiento de la población», agregó la parlamentaria.
Respecto a la teoría de los ataques a las centrales hidroeléctricas, Bracho destacó que las mismas se encuentran militarizadas y comentó que incluso su labor dentro de la comisión de servicios se ha visto entorpecida por no poder acudir a evaluar las instalaciones.
«No queremos ser profetas del desastre anunciando tragedias que llegarán al país. Pero llegarán por la única responsabilidad, incapacidad y corrupción del régimen. En cualquier momento puede suceder un nuevo apagón nacional porque no hay capacidad, inversión, profesionalización ni institucionalización», alertó
Cada vez peor: más de 10.000 fallas en lo que va de año
La presidenta del Comité de los Afectados por los apagones, Aixa López, dijo en declaraciones vía telefónica que los primeros dos meses de este año fueron peores que los mismos meses de 2019.
«El sistema sigue endeble, no se han hecho las mejoras necesarias. Todo el entramado está colapsado en cuanto a generación, transmisión y distribución. Cuando no falla una cosa es la otra», indicó.
Precisó que en lo que va de año ha habido 10.033 fallas reportadas, siendo Zulia y Táchira los estados más afectados. «Ahora, además se suma la capital a los bajones. Diariamente en Caracas puede haber de 3 a 5, resultado de administración de cargas. Aunque siempre privilegian a la capital».
Dijo que se han reportado daños en bombas de agua y tarjetas madre de los ascensores.
Puntualizó que durante 2019 hubo pérdidas de 41 millones de dólares en sectores residenciales de todo el país por daños de aparatos electrodomésticos, principalmente neveras y aires acondicionados.
Los entrevistados coincidieron en que no puede haber algún tipo de mejora del servicio eléctrico mientras el régimen de Nicolás Maduro continúe en el poder.
Además, aseveraron que este es el único responsable de la situación del sector y del o los eventuales apagones que azoten al país.
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