Después de cada reunión mañera para repartir las tareas del día, el intendente de la comisaría siempre terminaba su charla con la misma petición a sus compañeros:
‘Tengan cuidado ahí afuera’. La frase se convirtió en santo y seña de ‘Canción triste de Hill Street’, aquella serie policíaca emitida en los años 80 que ha quedado en el imaginario colectivo de un par de generaciones, las mismas que han visto en primera línea cómo ese ‘ahí afuera’ estaba cada vez más cerca de la pantalla del ordenador, la tableta y el teléfono móvil.
Porque la seguridad en Internet se ha convertido en una premisa para usuarios, empresas y administraciones públicas, más si cabe en un escenario marcado por la invasión rusa en Ucrania.
Así lo ha recordado este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la inauguración en Málaga del Digital Enterprise Show (DES), donde ha destacado el papel protagonista de la provincia como escudo esencial en la estrategia de ciberseguridad nacional.
Sánchez ha reivindicado el ascenso de la provincia malagueña como «un ‘hub’ de relevancia europea y mundial de las tecnologías» y ha puesto el acento en el papel «muy relevante» que puede jugar Málaga en el ámbito de la ciberseguridad.
Ese protagonismo creciente se ha visto espoleado en los últimos años desde la iniciativa privada (desde el centro de excelencia promovido por Google hasta la instalación en Málaga de la división de Telefónica especializada en seguridad en Internet) y también desde el sector público (con el proyecto del centro de ciberseguridad promovido por la Agencia Digital de Andalucía). Y a esa colaboración público-privada se han encomendado el presidente del Gobierno; el de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla; el de la Diputación Provincial de Málaga, Francisco Salado y el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, en la inauguración institucional del evento que durante los próximos cinco años tendrá su sede en la capital malagueña.
Porque durante los próximos tres días, la ciudad acogerá una de las citas más relevantes del sur de Europa en el ámbito de la transformación digital. Hoteles llenos estos días como el Palacio de Ferias y Congresos de la capital para acoger a más de 14.000 participantes, 600 expertos repartidos en ocho escenarios simultáneos y 336 expositores que recalan en Málaga después de cinco ediciones celebradas en Madrid, como ha recordado Sandra Infante, maestra de ceremonias y representante de DES. De este modo, la capital suma con DES una nueva muesca de relumbrón en su estrategia de convertirse en polo de atracción y promoción de talento tecnológico.
Una decisión estratégica
A ese plan sostenido durante los últimos años se han referido los cuatro representantes institucionales que han pasado por el escenario después de la conferencia ofrecida por el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama. Mucha expectación y aforo completo en ambas citas para dar la bienvenida a un evento llamado a convertirse en referencia del sector dedicado a la transformación digital. Y justo ese proceso de adaptación tecnológica ha sido uno de los ejes del discurso de Salado. «Málaga quiere ser líder de la revolución digital como lo fue de la industrial allá por el siglo XXI», ha lanzado el presidente de la institución provincial.
Además, Salado ha puesto el foco en los pueblos y las empresas de menor tamaño para no dejar a nadie atrás. «La apuesta por la digitalización debe ser más intensa en los pueblos pequeños, en las empresas pequeñas y en el mundo rural», ha reiterado el presidente provincial antes de recordar que «el teletrabajo ha supuesto una gran oportunidad para la periferia». Y en esos márgenes, «Málaga es el sitio en el que hay que estar», en palabras de Salado.
El presidente de la Diputación ha coincidido con el de la Junta de Andalucía y con el alcalde de la capital en la combinación de ocio y negocio que ofrece la provincia malagueña. «Málaga simboliza esa gran capital tecnológica de España», ha apostillado Moreno durante su alto en el camino del tramo final de las elecciones en Andalucía de este domingo.
Un nuevo porvenir
«Málaga y Andalucía están decididas a liderar esa revolución tecnológica que está cambiando la faz de la tierra», ha añadido Moreno, para quien «el futuro es la materia prima del presente, el mineral que si sabemos trabajarlo nos impulsará a conseguir una mejor sociedad». Así, Moreno ha presentado a la provincia y la región como «una sociedad trabajadora y seria» antes de abrochar: «La tecnología nos ofrece un nuevo porvenir en el que debemos acompañar desde las instituciones públicas».
«Trabajamos para este territorio pero también para España», ha matizado De la Torre en una primera alusión al presidente del Gobierno. «Si Málaga avanza (…) será bueno para España», ha reiterado el regidor. «Málaga -ha seguido De la Torre- tiene un recorrido ambicioso y de éxito, pero a pesar de lo ya conseguido nos queda mucho por hace».
De la Torre pone deberes a Sánchez
Y en esos proyectos municipales de futuro, surge la ambición de acoger la Exposición Internacional en 2027, una tarea en la que De la Torre ha vuelto a poner deberes a Sánchez al recordarle «el trabajo de las embajadas españolas, presidente del Gobierno» en la labor de ‘lobby’ en favor de la candidatura malagueña.
Sánchez ha recogido el guante sin alterar el rictus presidencial. «Siempre me lo recuerda el alcalde», ha admitido el presidente sobre la aspiración malagueña a albergar la Expo de 2027.
Con un discurso donde ha alternado el español y el inglés, el presidente del Gobierno ha sacado pecho de las iniciativas gubernamentales vinculadas a la transformación digital, desde los 3.500 millones de euros para impulsar la conectividad hasta los 3.700 millones de euros para promover la inclusión social e impulsar competencias digitales entre la población.
Tampoco ha olvidado Sánchez una de sus medidas estrella: su plan estratégico para el desarrollo de semiconductores dotado con 12.000 millones de euros y en el que Málaga también aspira a tener un papel protagonista.
«El momento es ahora, nuestro país está preparado», ha cerrado Sánchez, de nuevo en inglés. Porque la transformación digital está esperando ahí afuera. Y conviene andar presto, pero también ir con cuidado.
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