Maduro y la brisa bolivariana que desestabiliza la región

El presidente chileno Sebastián Piñera señaló que no creía que el estallido social fuera espontáneo y no descartó la injerencia de gobiernos extranjeros.

Cuando el venezolano Diosdado Cabello celebró que «brisas bolivarianas” cruzan la región contra «criminales políticas neoliberales”, el ministro de relaciones exteriores chileno, Teodoro Ribera, rechazó «la intervención del dictador Maduro”.

También el secretario general de la OEA, Luis Almagro, acusó una «estrategia de las dictaduras bolivariana y cubana» para promover el conflicto político y social. En Ecuador, el presidente Lenin Moreno denunció la presencia de agentes venezolanos y cubanos con intenciones de desestabilizar el país.

En opinión de Lucía Dammert, «si presidentes han afirmado algo así, entonces las inteligencias de sus países deberían tener antecedentes y demostrarlo. Lo llamativo es que, al menos en Chile, no se ha confirmado una investigación ni detención que pueda ratificarlo”. La experta considera que hasta que la justicia demuestre lo contrario, es difícil creer que un gobierno u organización extranjera tenga la capacidad de generar este tipo de estallidos.

«Culpar a la migración o a la intervención de otros países que supuestamente estarían operando en Chile es irresponsable y peligroso. Es una excusa para no querer asumir las causas de la profunda crisis de desigualdad y violencia que vive Chile”, apunta Eduardo Vergara, director de la Fundación Chile 21, en diálogo con DW.

Sectores de derecha también apuntan a que el Foro de Sao Paulo, que reúne a partidos y movimientos de izquierda de la región, estaría promoviendo la desestabilización de los gobiernos. En opinión de Dammert, «hay mucha lógica conspirativa para tratar de explicar estos fenómenos. Nada más fácil que decir que detrás de la violencia y las manifestaciones hay un enemigo externo o una mente diabólica”.

La teoría también le sirve a Nicolás Maduro, quien ha dicho que «el plan va perfecto” y que se están cumpliendo las metas del foro. «Esto puede beneficiar a Venezuela, pues necesita mostrar una fuerza que ya no tiene. Pero algo muy distinto es decir que está detrás. Pensar así es no tomar en serio a quienes salen a la calle y reclaman un cambio”, estima Peters. 

El catedrático de la Universidad de Giessen agrega que «es un error creer que el gobierno venezolano o el cubano sean tan fuertes como para dirigir movimientos en otros países, cuando los dos están bastante debilitados. Pero el error principal es cerrar los ojos a las causas de los problemas sociales internos en países como Chile o Colombia, principalmente las desigualdades. Todo lo demás es desviar la discusión”.

NotiVeraz

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