Recientemente, se pudo conocer la historia de Laura (nombre ficticio), una madre venezolana que, por la difícil situación que vivía el país, consideró dar a su hijo en adopción, a cambio de $2,500.
De acuerdo con lo dicho por la mujer a El Tiempo, con apenas siete meses de embarazo fue forzada a una cesárea, de manera que pudiera entregarle el bebé a un supuesto matrimonio europeo. Aparentemente, le habrían prometido que estaría «todo bien» y que el procedimiento de adopción sería «seguro».
La mujer habría sido contactada por los «encargados» de este tipo de “negocios”, entre los que asegura hay ciudadanos de nacionalidad colombiana.
Según comentó, le plantearon que primero iría a conocer a la familia en Trinidad para decidir si quería dar el niño. Así que se embarcó en un viaje en avión, desde el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Sin embargo, una vez se encontró en la isla, fue encerrada en una casa.
Hoy en día, Laura está intentando recuperar a su hijo del hogar temporal en el que se encuentra. Solo ha recibido apoyo de la organización Defiende Venezuela, la cual asumió el caso y emprendió una batalla que resultó en la decisión de la CIDH. Esto permitió que Laura pudiera visitar a su hijo en la casa de protección, pero sin apoyo de autoridades venezolanas ni de Trinidad.
«Trinidad es un puente para el tráfico humano, se pierde mucha gente diario. Le quitan los niños a las madres y si es venezolana mejor«, dijo Laura.
Aún ella está a la espera de que el menor pueda salir del hogar temporal y hacer una vida normal con su madre, quien tuvo que lidiar con todas las trabas y acusaciones además de amenazas de muerte.
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