Los extravagantes hijastros de Nicolás Maduro Moros

Walter, Yosser y Yoswald, hijos del primer matrimonio de Cilia Flores e hijastros de Nicolás Maduro Moros, se han enriquecido a la sombra del poder, y EE. UU. les tiene tantas ganas como a Álex Saab.

n el lenguaje coloquial de Venezuela chamo es un adolescente, pero de un tiempo acá “Los Chamos” son tres. No son adolescentes, están rodeados de lujo y derroche, son hijos de Cilia Flores, “la primera comandante”, esposa de Nicolás Maduro, a quienes el presidente llama los hijos del corazón.

Walter, Yosser y Yoswald Gavidia Flores, se han encargado de poner a la familia en los titulares, no solo por los detalles de su buena vida sino por estar en la lista negra del Tesoro de Estados Unidos desde hace un año, a la que se unieron después de Nicolasito, el hijo del mandatario con su exmujer Adriana Guerra Angulo.

La primera vez que estos “boliburgueses” saltaron a las páginas internacionales fue hace tres años, en plena ola de violencia – la Primavera Venezolana-, cuando el español diario La Razón reveló que dos de ellos, Walter y Yoswal estuvieron 18 días en el Hotel Ritz de Madrid y en solo hospedaje gastaron 44.000 euros ($196 millones, al cambio de hoy), a lo que se sumarían las compras en Serrano, la cena en los postineros restaurantes madrileños y otros gastos del viaje que realizaron en avión privado.

Walter Jacobo tiene 41 años, y como sus otros dos hermanos es hijo de Walter Ramón Gavidia Rodríguez, un exrepresentante del Partido Socialista Unido de Venezuela en el Parlamento Latinoamericano. Walter Jacobo es un abogado que fue juez 9 de Área Metropolitana cuando tenía 27 años y le tocó asumir varios casos clave para el régimen de Maduro. Con su padre, hizo parte de una lista de 37 que ingresó al Poder Legislativo cuando Cilia era presidenta de la Asamblea Nacional.

Desde mayo del 2014 fue presidente de la Fundación Propatria 2000, adscrita al Ministerio del Despacho Presidencial, encargado de administrar y ejecutar las obras de infraestructura del Plan de la Nación. Allí participó en un proyecto de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que fue ejecutado en los terrenos expropiados a la empresa Polar en La Yaguara.  Entre las obras más vistosas contratadas por Gavidia fue un monumento en el sarcófago de Hugo Chávez en el mausoleo del Cuartel de la Montaña que se llama “Los cuatro elementos”.

En el 2015 salió del cargo cuando, explica El Nacional, “su hermano de crianza, Efraín Antonio Campo Flores, y su primo Franqui Francisco Flores de Freites” fueron arrestados en Haití el 15 de noviembre con un avión cargado de 800 kilos de cocaína que pretendían ingresar a Estados Unidos. El escándalo fue mundial y conocido como “los narcosobrinos”.

Yosser, 32 años, es del que menos se sabe, el que menos se ve. Excepto cuando su nombre aparece en las maniobras de corrupción. Está casado con Mariana Staudinger, quien también está en la lista de sancionados del Departamento del Tesoro de EE. UU. Yosser entró a trabajar a la Asamblea Nacional en octubre del 2010 cuando su madre era la presidenta de esa corporación. Adora el lujo y el paracaidismo y hasta tiene su propio centro en Higuerote -una región turística con hermosas playas muy cerca de Caracas- para practicarlo.

Yoswald Gavidia Flores, el menor de Los Chamos, un apasionado del motociclismo

Yoswal, acaba de cumplir 30 años y es un apasionado del motociclismo. Motos de agua, de alto cilindraje, carreras en las autopistas, autos de lujo. La periodista de investigación venezolana Maibort Petit, dice que también es conocido por viajes en aviones privados por el mundo: Estados Unidos, Francia, Aruba, Curazao y las Bahamas, Argentina, Alemania y Colombia. Un informe sobre movimientos internacionales del menor de los Gavidia da cuenta de más de 15 vuelos privados (chárter) desde que Maduro llegó a la presidencia en el 2013. Y destaca que gusta -o gustaba- de pasar temporadas en la Florida

Estados Unidos considera que Walter, Yosser y Yoswal fueron clave para que el empresario colombiano Alex Nain Saab Morán, tuviera acceso a funcionarios venezolanos «permitiéndoles pagar los sobornos exigidos para obtener contratos gubernamentales». «Saab se ha beneficiado personalmente de contratos sobrevalorados, incluyendo el programa de alimentos subsidiado del gobierno llamado Comités Locales de Abastecimiento y Producción, conocidos comúnmente como Clap», señala un comunicado del Tesoro estadounidense. Y lo acusa de haber armado una vasta red de corrupción que ha permitido a Maduro y a su gobierno «enriquecerse de forma significativa con la importación y distribución de alimentos en Venezuela».

En esa trama, o la red, según el Departamento del Tesoro, están los tres hijastros por su acceso directo a Maduro y a Tareck El Aissami (exvicepresidente y actual ministro de Petróleo), los centros del poder. Desde el 2009 Saab empezó a hacer negocios con Hugo Chávez, con Maduro y Cilia ha llegado más lejos. El portal Al Navío -de periodistas latinoamericanos basado en Madrid- señala que en las conversaciones filtradas a raíz de la fallida conspiración del 30 de abril en la que aparece el general Cristopher Figuera, exjefe de Inteligencia designado por Maduro, se lee que Alex Saab es el que “le guarda la plata a ella (Delcy Rodríguez, vicepresidenta) y a Cilia” Flores.

Nicolás Maduro con Cilia Flores «la primera comandante» y Nicolás Maduro Guerra

Cilia es el poder tras bastidores. La fortaleza de Maduro y su oído, la que distingue entre amigos y enemigos, la que analiza, la discreta. La que quita y pone funcionarios y acapara una buena tajada de poder. Ferviente militante, llegó a defender a Hugo Chávez tras el fallido golpe de 1992. A sus 63 años, 6 más que Maduro, ha hecho carrera en el régimen desde su humilde “rancho con piso de tierra en Tinajillo”, en el estado Cojeses, según el presidente con quien lleva más de 20 años, y quien siempre dice la última palabra: “Así es, mi amor”. Cilia es constituyente de la Asamblea Nacional Constituyente que Maduro instauró por su cuenta, para acorralar la oposición. La Fiscalía de Estados Unidos ha dicho que presentará cargos contra ella.

El círculo del poder familiar se cierra con Nicolás, el hijo biológico del presidente. Nicolasito acaba de cumplir 30 años, y seguramente será elegido diputado en las elecciones legislativas del 6 de diciembre para la cuales está haciendo propaganda del régimen en Maduro Guerra Live, en Instagram, que difunde la televisión estatal. Lo llaman el Kim Jong-un tropical, es tan juerguista como su padre; en Corea del Norte bailó merengue al son de los Melódicos. En 2017 fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente. En agosto ese año dijo su frase más célebre. Respondió a Trump, que había amenazado con recurrir a la opción militar en Venezuela: “Si se diera el supuesto negado de mancillar el suelo patrio los fusiles llegarían a Nueva York, señor Trump, y tomaríamos la Casa Blanca”.

La expectativa por la extradición de Álex Saab desde Cabo Verde la viven Los Chamos en la urbanización Cumbres, muy cerca del Fuerte Tiuna donde residen Maduro, Cilia y la cúpula del chavismo, y donde los hijastros compraron hace seis meses las 14 casas de toda la calle Laguna de Tacarigua, según investigación de Armando.info.

 Allí la tensión es clara. Saab, el «boliburgués» favorito de la familia, sabe todo y más sobre los negocios de los Maduro Flores.

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