Leopoldo López, recluido en la Embajada de España en Caracas en calidad de «huésped» desde hace casi un año, ha acusado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de utilizar el coronavirus como «escudo humano» para mantenerse en el poder y ha instado a aplicar el plan de Estados Unidos para impedirlo, según ha manifestado en un artículo de opinión publicado a última hora del lunes en ‘El País’.
López ha denunciado que «la narcodictadura ha convertido el coronavirus en su escudo humano, en su herramienta, en la excusa que necesitaba para prolongar la usurpación, aumentando el control social y la represión». «Maduro se ha fundido con el virus. Son una misma entidad, a la que no es posible conceder una tregua», ha dicho.
El destacado disidente ha justificado la urgencia de tomar medidas por la «hecatombe» que sufre Venezuela en plena pandemia del coronavirus, porque «tanto los sistemas de salud como los servicios públicos y la industria petrolera han sido destruidos y saqueados por el régimen».
En concreto, ha llamado la atención sobre la situación de los hospitales. Según dice, «el único recurso con el que cuentan es la voluntad de los trabajadores de la salud» porque no hay suministros –agua y electricidad– ni insumos médicos como medicamentos, mascarillas o guantes.
Por ello, ha urgido a combatir «en todos los terrenos» al Ejecutivo de Maduro. «Tenemos la responsabilidad de actuar sin demoras para evitar que la pandemia arrase a Venezuela», ha subrayado.
López ha apostado para ello por la vía planteada la semana pasada por Estados Unidos, que consiste en que Maduro y el autoproclamado «presidente encargado», Juan Guaidó, se hagan a un lado para crear un gobierno de transición que guíe al país hacia unas elecciones «libres» –presidenciales y parlamentarias– en el plazo de seis a doce meses.
«HUÉSPED» EN LA EMBAJADA ESPAÑOLA
El jefe de Voluntad Popular ha publicado este artículo de opinión desde la Embajada de España en Caracas, a donde llegó tras la ‘Operación Libertad’ del 30 de abril de 2019, un conato de golpe militar contra Maduro en el que López fue liberado de su arresto domiciliario por sus propios captores.
López no puede pedir asilo porque la ley española solo permite hacerlo en territorio nacional, por lo que permanece como «huésped» del embajador, Jesús Silva, y con una limitación de su actividad política.
El entonces ministro de Exteriores, Josep Borrell, dijo que no permitiría que la Embajada se convirtiera en «un centro de activismo político», después de que López hiciera una rueda de prensa a la entrada de la misión diplomática.
López fue condenado a casi catorce años de cárcel en 2015 por, según sostiene la Justicia venezolana, incitar a la violencia en las revueltas opositoras de 2014 contra el Gobierno de Maduro. Tras pasar por la cárcel militar de Ramo Verde, en Caracas, fue puesto en arresto domiciliario.
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