Es la nueva normalidad para la mayoría de las personas. Es por eso que muchos se han encontrado accidentalmente con los hijos y socios de sus colegas en el contexto de las reuniones de video en las últimas semanas.
Trabajar desde casa durante esta pandemia de salud pública ha requerido un ajuste. Conocer las innumerables aplicaciones y tecnologías que facilitan el trabajo remoto ha sido, para algunos, un desafío en sí mismo.
En su mayor parte, estas tecnologías son una fuente de bien: permiten reuniones entre varias personas en una empresa y, de hecho, en todo el mundo, desde la comodidad de los hogares de los empleados; permiten que los negocios, hasta cierto punto, continúen como de costumbre.
Pero algunas de estas aplicaciones son nuevas en el mercado y no todas las compañías se aseguran de que sean seguras de usar.
No son solo las aplicaciones de comunicación las que los empleados usan con más frecuencia ahora: a medida que muchos países de la región continúan sus bloqueos impuestos por la ley, los empleados aumentan su actividad general en línea, a menudo en los mismos dispositivos que usan para fines laborales.
Esta es una verdadera preocupación de seguridad. «En este entorno actual, ha habido un gran aumento en los ataques cibernéticos a los clientes: los piratas informáticos son delincuentes y ven esta crisis como una nueva oportunidad de negocio», dice Peter Marta, socio de Hogan Lovells, y agrega que los empleados corren un mayor riesgo ahora más que nunca antes de.
«Es mucho más probable que un empleado abra accidentalmente una estafa de suplantación de identidad (phishing) mientras trabaja desde casa en pijama de lo que lo haría en la oficina con un traje; es inevitable que la gente tenga más guardia en este clima».
Cuanta más exposición en línea tengan los empleados, más expuesta estará la empresa a amenazas, virus y filtraciones de datos.
«Los empleadores carecen de control directo sobre sus empleados y terceros que, por ahora, solo están vinculados a través de estas plataformas tecnológicas», dice Ginny Castillo, asesora general de la sucursal centroamericana de la compañía de valores Prosegur.
«Pero sin tecnología, no podríamos innovar como empresas durante estos 19 años, así que se trata de adaptarnos, aprovechar nuestras fortalezas y mitigar nuestras amenazas, incluidas las de las nuevas tecnologías para las empresas».
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