La criminalización de WhatsApp, en una Venezuela marcada por desiertos informativos

WhatsApp, la popular aplicación de mensajería propiedad de la estadounidense Meta, ahora mal vista por el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que ha llamado a boicotearla, se ha convertido en el “principal medio de comunicación digital” en Venezuela, afirman ciberactivistas.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instó este lunes a sus simpatizantes a eliminar la aplicación, argumentando que está siendo usada para “amenazar” al país y su institucionalidad, tras algunas protestas violentas contra los resultados de las elecciones presidenciales en las que, sin mostrar actas, el organismo electoral lo dio como ganador, pero la oposición asegura que la victoria fue del candidato Edmundo González Urrutia.

“Poco a poco iré pasando mis contactos a Telegram, a WeChat (…) dile no a WhatsApp, fuera WhatsApp de Venezuela, porque ahí los criminales amenazan a la juventud, a los líderes populares”, dijo en un mitin antes de eliminar la aplicación de su teléfono, en vivo, durante su programa televisado de los lunes.

Valentina Aguana, miembro de Conexión Segura y Libre, sostiene que el 93 % de las personas que tienen internet en Venezuela utilizan WhatsApp. “Para los venezolanos ya WhatsApp no es ni siquiera un medio de comunicación, es el internet”, sostiene.

A través de grupos y canales de WhatsApp se comparten masivamente informaciones, vídeos y fotografías, especialmente ante la reducción del ecosistema de medios de comunicación, consecuencia de cierres, censura y autocensura.

Distintas organizaciones han denunciado desde hace varios que en el país se ha implementado una política pública orientada a “silenciar y perseguir las voces y contenidos críticos”. De acuerdo al Colegio Nacional de Periodistas (CNP) desde 2004 hasta 2024 son 405 medios (radio, periódicos y televisoras) los que han sido cerrados en Venezuela.

Según la organización Espacio Público al menos 297 emisoras de radio, uno de los medios más importantes en Venezuela por su nivel de alcance, han sido cerradas en el país desde el 2003.

Cotidianidad

Pero, además, la aplicación es utilizada por emprendedores como vía de comunicación con sus clientes y como una plataforma educativa en un contexto en el que en las escuelas públicas muchos docentes han optado por implementar el llamado “horario mosaico”, que consiste en impartir clases dos o tres veces por semanas por algunas horas, para dedicar su tiempo a buscar otras fuentes de ingresos, consecuencia de los bajos salarios que reciben.

Su criminalización afecta a los ciudadanos y diversos derechos que son transversales, entre ellos el de acceder a la información, sostiene el defensor de DDHH y derechos digitales, Luis Serrano, coordinador de la ONG Redes Ayuda.

“Criminalizar las redes criminalizaría los emprendimientos en Venezuela. Se ve afectado el derecho a la educación, porque muchas veces se agrupan a los estudiantes y a los padres en grupos de WhatsApp en donde se les comparten tareas, contenidos, información relevante por parte de la institución en donde ven clases. El derecho a la información se vería cercenado”, insiste.

Para Serrano, el gobierno ataca varias redes sociales, pero especialmente WhatsApp, porque muchos ciudadanos se coordinan para organizar partidos políticos o actividades de la sociedad civil.

“Estas conversaciones están cifradas de punto a punto, es decir, interceptar las conversaciones en el medio es técnicamente imposible, es muy complicado hacerlo. Pueden filtrar que hay un mensaje, pero no descifrarlo. Al no poder interceptarlo como sí lo pueden hacer con llamadas telefónicas o mensajes de texto, se vuelve muy complicado para el Estado ejercer la vigilancia gubernamental”, dice consultado por VOA.

El activista considera que, además, se busca “sembrar miedo” en la población y que se angustien por el hecho de tener la aplicación instalada en sus teléfonos y que eso, pueda llevarlos a enfrentar causas penales.

Sobre la recomendación del mandatario venezolano de utilizar Telegram o WeChat, Serrano considera que la vigilancia gubernamental es más sencilla en esas aplicaciones. Al respecto, Aguana considera interesante que no se haya hablado de bloqueo, sino de un cambio progresivo a otras aplicaciones.

“El gobierno también sabe que ellos usan WhatsApp, y sus bases también usan WhatsApp. No tendría sentido a nivel operativo, pero sí comenzar a mover a las personas que te interesa a otra aplicación. Es lo que pasa en China, todo el mundo usa WeChat que justamente no tienen los mismos niveles de seguridad que puede tener WhatsApp o Signal”, expone.

¿Se puede bloquear la aplicación de WhatsApp en Venezuela?

Un bloqueo de WhatsApp o de cualquier otra red social se traduciría en una “violación flagrante” de los derechos digitales de los venezolanos y cierra otra ventana más para acceder a la información, subraya Aguana.

Maduro no habló de bloquear la aplicación de mensajería, pero técnicamente es posible. Sin embargo, Serrano explica que implicaría grandes costos en cuanto a infraestructura para empresas proveedoras de internet.

“Se puede hacer bastante costoso y no necesariamente sea funcional dada la gran cantidad de personas que utilizan WhastApp en Venezuela. Las operadoras de servicio tendrían que invertir en cuanto a infraestructura para hacer filtros. Desde el punto de vista técnico, aunque es posible, yo creo que es muy costoso”, afirma.

con redaccion de  Voz de América

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