La sofisticación en la comprensión del lenguaje plantea implicaciones directas en el ámbito de la ciberseguridad
El paisaje de la ciberseguridad está en constante evolución, y al proyectar nuestra mirada hacia el horizonte de 2024, se siguen vislumbrando los retos y tendencias actuales y que definirán la narrativa digital del futuro inmediato.
Este campo dinámico y crucial enfrentará una serie de desafíos, así como se verá moldeado por tendencias emergentes que transformarán la forma en que abordamos la seguridad de nuestros activos más preciados. La función TI y de Ciberseguridad debe estar más enfocada ya en construir nuevos futuros (en plural) que en tratar de predecir un futuro (en singular) y de cierta certidumbre. El paradigma, claramente, ya es otro.
Según análisis recientes de Penteo sobre la inversión TI para el próximo año, la ciberseguridad continúa destacándose como una prioridad clave tanto a nivel de negocio como en el ámbito de TI. Para el año 2024, se proyecta que la ciberseguridad ocupará la segunda posición entre los objetivos estratégicos de las organizaciones. Además, destaca como la categoría en la cual un mayor número de empresas planea aumentar su inversión durante ese periodo.
Es también notorio que, en aquellas compañías que indican que incrementarán su inversión en ciberseguridad, lo harán, aproximadamente en un +23% respecto al año 2023.
La ciberseguridad se presenta como un terreno propicio para la implementación de la IAG, particularmente de los LLM. La sofisticación en la comprensión del lenguaje plantea implicaciones directas en el ámbito de la ciberseguridad
Por lo tanto, sigue siendo una partida de inversión y de foco en proyectos totalmente significativa para 2024 y para próximos años. Esta inversión en ciberseguridad irá destinada a los siguientes ámbitos:
Y, ya que el principal foco de esta inversión irá destinado a abordar amenazas y vulnerabilidades existentes (ya sean actuales o nuevas) y que sucumbimos también a la tendencia de hablar de IA en este artículo, esta será, a su vez, la gran protagonista en 2024 y con una íntima relación aplicada a la ciberseguridad.
Ya son tendencia ataques dirigidos a sistemas de inteligencia artificial en vez de a las organizaciones. A medida que la IA se convierte en un pilar esencial de las operaciones digitales, la posibilidad de ataques dirigidos a sistemas de IA se está incrementando. Por ello, la manipulación de modelos de aprendizaje automático y la explotación de vulnerabilidades en algoritmos se perfilan como amenazas significativas.
La IA generativa entra en escena
Por otro lado, la gran protagonista está siendo la inteligencia artificial generativa (IAG) que, aunque este mercado se ubica en una posición relativamente modesta en comparación con la inteligencia artificial en su conjunto, se proyecta un crecimiento anual de más del 20%, consolidándola como la categoría de mayor desarrollo dentro de la IA.
La excesiva atención dirigida hacia los LLM en el ámbito de la IAG, a pesar de representar menos del 10% del valor total del mercado, plantea cuestionamientos acerca de la proporcionalidad de esta perspectiva. En este contexto, es esencial explorar la conexión entre este fenómeno y la integración de la IAG en el sector crítico de la ciberseguridad.
La ciberseguridad se presenta como un terreno propicio para la implementación de la IAG, particularmente de los LLM. La sofisticación en la comprensión del lenguaje plantea implicaciones directas en el ámbito de la ciberseguridad.
La capacidad de estos modelos para analizar patrones de conversación, identificar amenazas potenciales en tiempo real y generar respuestas contextualmente pertinentes representa un fortalecimiento sustancial de las defensas cibernéticas. La simulación de ataques cibernéticos llevada a cabo por los LLM, con el propósito de evaluar la resiliencia de las infraestructuras de seguridad, constituye un escenario prometedor para anticipar y mitigar amenazas.
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