Felipe Pirela coincide con otros ciudadanos en que los precios en Venezuela, especialmente los de la comida, están muy elevados. “Está costoso, demasiado”, dice al detener su andar por una calle del este de Caracas, donde la inequidad es cada vez más palpable.
Los testimonios del venezolano común difieren de la polémica expresión de “Venezuela se arregló”, usada casi genuinamente por un pequeño sector con posibilidades de sortear la crisis y con sarcasmo por la mayoría.
“Nos están ahorcando de una manera que da la impresión que es como si el gobierno quisiera ahorcarnos a la clase media y ponernos en clase baja”, agrega Pirela, de unos cincuenta años, al ser consultado por VOA sobre el cobro de un impuesto a las operaciones comerciales o financieras, por más pequeña que sea, que se lleven a cabo en moneda extranjera o criptomonedas en Venezuela.
La tasa de inflación en Venezuela pasó de 1,7% en febrero a 10,5% en el mes de marzo, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un salto “significativo”, consecuencia, entre otros factores, de la entrada en vigencia del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF).
“La aceleración de la tasa de inflación se debe principalmente al IGTF que incidió de manera significativa sobre el nivel de los precios”, explica el economista y miembro del OVF, José Guerra.
“De tal forma que hubo un sobre ajuste de la tasa de inflación ante un incremento de esa tasa impositiva sobre todo en bienes de origen importado y transacciones que se realizan en dólares”, dijo a VOA.
Según el OVF, entre los rubros que presentaron los mayores aumentos se encuentran los servicios (15,9%), comunicaciones (8,7%) y alimentos (3,1%).
Como consecuencia de la hiperinflación que durante 4 años enfrentaron los venezolanos, se vivió una dolarización transaccional de facto, al punto de que el 60% de las operaciones se llevan a cabo en moneda extranjera, de acuerdo a la firma de consultoría económica y financiera, Ecoanalítica.
Aunque el país salió de la hiperinflación, Guerra subraya que “la inflación sigue viva todavía”, y el aumento salarial “se sigue rezagando” con respecto al costo de la canasta alimentaria que “saltó” de 353$ en febrero a 370$ en marzo, según el reporte del OVF.
El nuevo salario mínimo decretado por el gobierno en marzo es el equivalente en bolívares a 28$ mensuales; mientras, según reportó el sector industrial semanas atrás, la remuneración de obreros en el sector privado asciende a 138 dólares mensuales.
Maduro dijo, a finales del mes pasado que, “como sindicalista y dirigente de la clase obrera”, se encuentra “feliz” por haber logrado “subir adecuadamente y de manera significativa” las tablas salariales de los maestros y aseguró que avanzan “hacia el salario digno”.
Al presentar su memoria y cuenta a principios de año, el mandatario aseguró que durante el tercer trimestre del año pasado Venezuela tuvo una recuperación de 7,6% y afirmó que se proyecta un crecimiento superior al 4% en 2022.
Según la más reciente Encuesta de Condiciones de Vida, el 94,5% de los venezolanos vive en condiciones de pobreza extrema.
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