Julio Borges aseguró que el estado venezolanos busca ofertar las acciones de sus empresas a personas cercanas a Nicolás Maduro. A la vez, destacó que existe una diferencia entre aquellos empresarios que han enfrentado la crisis y aquellos que son enchufados.
El dirigente político de Primero Justicia, Julio Borges, reveló en un artículo en el medio El Espectador el plan que orquesta Nicolás Maduro para entregar las empresas públicas a la nueva élite empresarial.
Borges aseguró que la mayoría de las empresas del Estado se encuentran en ruina y no poseen producción. Aclaró que una cosa es el sector privado venezolano que ha resistido la crisis y otra cosa son los enchufados que viven del estado y la sociedad para mantener la dictadura.
“¿Por qué Maduro, sabiendo esta realidad, decide ofertar acciones de estas empresas en la bolsa de valores de Caracas? Quizás para algunos es difícil ver la realidad, pero lo que está detrás de esta maniobra es lo que desde hace unos años viene ocurriendo con muchísima intensidad y es la compra de propiedades por parte de magnates o nuevos ricos conectados al poder dictatorial. Es lo mismo que hizo Putin décadas atrás”, sostuvo Borges.
Expresó que existe una diferencia en el sector privado, donde segura que hay nuevos ricos conectados al poder. “Una cosa es el sector privado, que hay impulsar y promover cada día más, y otra cosa son los enchufados que son parásitos que viven del Estado y la sociedad para mantener a la dictadura de Maduro”.
Recordó que el Estado venezolano pasó de poseer 74 empresas en el 2001, a ser dueño de 526 empresas para el año 2017. A su juicio la mayoría de estas compañías fueron adquiridas a base de expropiaciones y confiscaciones. Asimismo, subrayó que las empresas del Estado son descritas como “historias de escombros, chatarra, desidia y bancarrota”.
Destacó que las empresas que sean adquiridas por los nuevos ricos serán utilizadas como caja chica para financiar “el régimen de corrupción de Venezuela”. Finalizó diciendo que la economía venezolana cada vez se sostiene más sobre una lógica criminal.
“La realidad es que Venezuela pasó de ser una economía petrolera a una economía criminal, donde las rentas provienen cada vez más de actividades ilícitas, como el narcotráfico, la corrupción, el contrabando de minerales, entre otros aspectos”.
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