El Hospital José Gregorio Hernández, popularmente conocido como Los Magallanes de Catia, presenció una jornada de caos con largas filas, horas de espera y fuertes quejas por parte de decenas de venezolanos, principalmente caraqueños, que arribaron desde las 2:00 am con la esperanza de obtener una vacuna contra la covid-19.
Sin anuncio oficial ni difusión de la información, las autoridades del hospital han llevado a cabo jornadas de vacunación en las últimas semanas. Reparten 100 tickets entre los primeros ciudadanos que llegan a la infraestructura y les aplican la primera dosis anticovid en el transcurso del día.
De acuerdo con la información publicada en Efecto Cocuyo, fuentes internas del hospital aclaran que desde hace un mes se han organizado estas jornadas de vacunación, pero procuraban circular la información solo en pasillos y zonas aledañas a la institución, pero empezó a tener un mayor alcance cuando el rumor llegó a redes sociales.
La información empezó a difundirse, más a modo de rumor que de hecho confirmado, y este lunes 17 de marzo decenas de personas empezaron a formarse en la entrada del hospital desde las 2:00 am, a la espera de conseguir la inmunización.
A la institución se acercaron tanto personas de la tercera edad como adultos jóvenes, sin convocatoria por parte del sistema patria, sino dependiendo de una lista improvisada que registraba los 100 primeros números.
El estacionamiento del centro de salud colapsó por los vehículos particulares de los ciudadanos que escucharon los rumores de la vacunación y ni siquiera los médicos encontraban lugares para aparcar sus carros.
Pese a que las primeras horas de la jornada en Los Magallanes de Catia transcurrieron con cierta tranquilidad, la impaciencia se apoderó de los presentes mientras se acercaba el mediodía. Para las 11:00 am, muchos de los presentes se agruparon en la reja principal para reclamar por sus vacunas.
«Quien no tenga ticket no se vacuna», advertían algunos en la entrada del hospital, donde se presenciaba el caos y el desorden que impedían cualquier parámetro de distanciamiento o bioseguridad para evitar el contagio de la covid-19.
De acuerdo con el periodista Rayber Alvarado, el proceso fue custodiado por personas que se identificaban como miembros de las Cuadrillas de Paz (Cupaz), un colectivo adepto al oficialismo denunciada por la defensora de los derechos humanos, Tamara Sujú, como «la nueva policía de Diosdado Cabello».
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