El excanciller venezolano Jorge Arreaza dijo que «parece» necesario recordar a Brasil los «principios más elementales» de su Constitución sobre las relaciones internacionales, luego de que el gigante suramericano reiterara que no reconoce la supuesta reelección de Nicolás Maduro en los comicios presidenciales del 28 de julio
«Parece que a la gran academia y casa de la diplomacia brasileña, Itamaraty (sede de la Cancillería de Brasil), y a algunos de sus asesores hay que recordarles los principios más elementales de la Constitución de su país y de la Carta de las Naciones Unidas», dijo el chavista en Telegram.
A «manera de simple recordatorio», el también secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América compartió el artículo 4 de la Constitución brasileña, que establece que el país «se rige en sus relaciones internacionales» por los principios de «autodeterminación de los pueblos» y «no intervención», así como «igualdad de los Estados» y «solución pacífica de los conflictos», entre otros.
Asimismo, Arreaza mencionó que uno de los «propósitos» establecidos en el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas es el de fomentar «relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos».
El martes, el asesor para asuntos internacionales del gobierno brasileño, Celso Amorim, declaró que en las elecciones del 28 de julio «el principio de la transparencia no fue respetado», al no ser publicados los resultados detallados, por lo que la proclamada victoria de Maduro no puede ser reconocida, ni tampoco el triunfo que le atribuye la oposición mayoritaria a Edmundo González Urrutia.
Amorim, quien fue canciller durante los dos primeros mandatos (2003-2010) del actual gobernante, Luiz Inácio Lula da Silva, explicó que, en sus intentos de mediación, Brasil se ha orientado por los principios de «defensa de la democracia, no injerencia en asuntos internos y resolución pacífica de las controversias».
Las relaciones bilaterales, normalizadas tras el regreso de Lula -histórico aliado del chavismo- a la Presidencia, en enero de 2023, se han deteriorado gradualmente tras las elecciones, sobre todo, ante la insistencia de Brasil en la publicación de las actas desglosadas del proceso, así como ante la negativa del gigante suramericano a aceptar a Venezuela como miembro asociado al grupo BRICS.
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