El Centro Carter afirmó que las presidenciales que se realizaron en Venezuela el pasado 28 de julio no pueden considerarse democráticas. La organización internacional, que desplegó una misión de observación para estos comicios, señaló que el proceso no cumplió con los estándares internacionales de integridad electoral.
«El Centro Carter no puede verificar ni corroborar los resultados de la elección declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), y la omisión de la autoridad electoral de anunciar los resultados desagregados por mesa de votación constituye una grave violación de los principios electorales», se lee en el comunicado, publicado en horas de la noche de este 30 de julio.
En el texto, divulgado en la página web del ente, se denunció que en el proceso «violó numerosas disposiciones de su propia legislación nacional». Destacó que la elección se desarrolló «en un ambiente de libertades restringidas para los actores políticos, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación».
Según el Centro Carter, a lo largo de todo el proceso electoral, «el Consejo Nacional Electoral demostró un claro sesgo a favor del mandatario Nicolás Maduro», actualmente en el poder y a quien el organismo venezolano declaró como ganador tras un boletín con resultados incompletos.
Agregó que el registro de votantes se vio afectado por plazos breves, relativamente pocos lugares de inscripción y una información pública mínima. En el caso de los venezolanos en el exterior, se enfrentaron a requisitos legales excesivos para registrarse, algunos de los cuales parecían «arbitrarios».
El Centro también subrayó que el registro de partidos y candidatos no cumplió con los estándares internacionales, pues el registro de las candidaturas de las principales fuerzas de oposición estuvo sujeto a decisiones «arbitrarias» del CNE, «sin respetar principios jurídicos básicos».
Asimismo, la organización expuso que la campaña electoral se vio afectada por «la desigualdad de condiciones entre los candidatos». Apuntó que la campaña del mandatario Nicolás Maduro contó con un buen financiamiento y fue visible a través de mítines, carteles, murales y campañas callejeras.
«El abuso de los recursos administrativos por parte del presidente en ejercicio —incluido el uso de vehículos gubernamentales, funcionarios públicos haciendo campaña en el ejercicio de sus funciones oficiales y el uso de programas sociales— se observó durante toda la campaña», agregó.
En el comunicado también se señaló que Nicolás Maduro, abanderado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tuvo una cobertura «abrumadoramente positiva en televisión y radio, en términos de publicidad, eventos transmitidos y cobertura de noticias», mientras que el resto recibió poca cobertura mediática.
Además, se acusó a las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro de intentar con frecuencia restringir las actividades de campaña de la oposición. «Esto incluyó el acoso o la intimidación de personas que proporcionaron servicios o bienes a la campaña principal de la oposición», enfatizó.
El Centro Carter documentó que pese a las restricciones del Estado, la ciudadanía salió a las calles de forma pacífica y en gran número para expresar su voluntad el día de las elecciones. Añadió que a pesar de los informes sobre restricciones al acceso a muchos centros de votación para observadores nacionales y testigos de partidos de oposición, supuestas presiones a los votantes, puntos de control del PSUV e incidentes de tensión, apuntó, la votación pareció desarrollarse de manera generalmente civilizada.
«En el limitado número de centros de votación que visitaron, los equipos de observadores del Centro Carter constataron el deseo del pueblo venezolano de participar en un proceso electoral democrático, demostrado a través de su participación activa como miembros de mesa, testigos de partidos y observadores ciudadanos. Sin embargo, sus esfuerzos se vieron socavados por la total falta de transparencia del CNE al anunciar los resultados», destacó.
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