La tormenta que desató en Colombia la carta del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, pidiéndole a Cuba el envío de médicos para cubrir unidades de cuidados intensivos –de cara a la pandemia del corona-virus– agitó el debate sobre la influencia y poder de esa isla fuera de sus fronteras.
Así publica el diario eltiempo.com , agregando que gremios de la salud paisas rechazaron la iniciativa, que –por ahora– Quintero revirtió, cuando su carta empezó a entrar en el terreno político. El expresidente Álvaro Uribe fue quien se encargó de llevarlo a ese nivel, tras señalar que “así empezó la toma de Venezuela”.
Al otro lado de la frontera, el tema coincidió con la purga de 302 oficiales de las Fuerzas Armadas, tras someterlos a un Consejo de Investigación, sin veredicto, que sectores de la oposición atribuyen a presiones cubanas, país que ejerce una especie de cogobierno. Radiografía del poder cubano en suelo venezolano.
“La influencia cubana en Venezuela es muy alta en mandos militares, en la inteligencia y en la contrainteligencia”, le aseguró a EL TIEMPO el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebín) hasta 2019, cuando salió al exilio.
Y lo ratifica Julio Borges, cabeza de la Comisión para Relaciones Exteriores del gobierno interino de Guaidó.
El espionaje del ‘hermano mayor’
“La penetración e influencia son profundas. Tanto que en 20 años han pasado más de 220 mil cubanos por Venezuela. El mismo Raúl Castro reconoció que había 20.000 dedicados a sostener a Maduro (…). Tiene influencia no solo en la Fuerza Armada, sino en sectores como telecomunicaciones, petróleo, identidad nacional, cultura, salud”, dijo en entrevista con este diario.
Según Figuera, los asesores del régimen capturan información estratégica. Y señala que la influencia es tal que, el 20 de enero pasado, Maduro incorporó al Consejo de Ministros al embajador de Cuba en Venezuela.
“Le he dicho a nuestro hermano mayor y protector Raúl Castro, y está de acuerdo, (…) puertas abiertas en cada ministerio para coordinar, para avanzar”, afirmó Maduro cuando realizó el polémico anuncio.
Miembros de la oposición atribuyen al servicio secreto cubano G2 los seguimientos a ellos y a sus familias y las crueles estrategias carcelarias que usan para ablandarlos.
En diciembre de 2018, Luis Almagro, secretario general de la OEA, denunció que Cuba exportaba sus “mecanismos de terror” a Venezuela y que sus agentes encabezaban las torturas contra los presos políticos.
Oficiales venezolanos, hoy en Colombia, le dijeron a EL TIEMPO que hombres del G2 están en el Sebín y reciben informes de inteligencia y de contrainteligencia, que usan para trazar estrategias.
“Tienen oficinas en casi todos los ministerios y en organismos de alta sensibilidad como la Cancillería, el Sebín, la petrolera PDVSA, la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería, puertos y aeropuertos”, precisa Figuera, y agrega que controlan el orden interno y externo.
Johan Obdola, experto en seguridad e inteligencia, señala que usan las embajadas de Cuba, Venezuela y países aliados para operar una red de espionaje que pasa por varias ciudades europeas, incluidas Madrid, Lisboa y hasta París. Además, que es en España en donde han logrado apoyos.
La versión de EEUU
En mayo, Carrie Filipetti, subsecretaria adjunta para Cuba y Venezuela de Estados Unidos, dijo que Maduro recibe inteligencia militar de Cuba, en “una relación parasitaria que los hace prácticamente indistinguibles”. En cuanto al rol cubano en el servicio sanitario, Figuera asegura que algunos cumplen tres tareas: la prestación de servicios médicos básicos, adoctrinamiento y espionaje.
Hugo Chávez fue quien le abrió las puertas a Cuba. El desembarco se inició en 1999, cuando firmaron el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela. A cambio de unos 100.000 barriles de petróleo diarios, Venezuela recibía médicos, maestros y entrenadores deportivos. Y se incluyó un dispositivo militar y en inteligencia, con miras a garantizar la permanencia del chavismo, bajo la doctrina ‘Castro-Chavista’, y expandirla a la región.
Hoy, según Borges, apenas producen 400.000 barriles de petróleo, por la destrucción de la industria, y se estima que se siguen enviando 40.000 barriles diarios a Cuba.
Tras la muerte de Chávez, Maduro creó el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (CESPPA), con el que se selló la alianza. Es tal el nexo que el experto Obdola asegura que los escoltas y parte de la servidumbre del palacio de Miraflores son cubanos.
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