Un total de 290 presos conviven en condiciones inhumanas en cuatro calabozos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), lugar conocido como Pata e´ Palo en la avenida Libertador de Barquisimeto, estado Lara.
Estas instalaciones eran un destacamento de Tránsito Terrestre, donde los detenidos por accidentes viales no pasaban más de dos días, pero en la actualidad hay presos con más de dos años de permanencia.
Los familiares de los reclusos denunciaron ante el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) que estos calabozos están divididos: los que tienen privilegios, que son funcionarios detenidos o los que pagan por estar en esa celda donde no conviven más de 60 reos; y el resto de la población penal en las celdas 2 y 3, donde tienen que dormir de pie o en una especie de hamacas improvisadas para poder descansar aunque sea un poco.
En estas celdas donde se concentra el mayor hacinamiento presuntamente se han estado realizando “coliseos”. Se trata de una pelea entre presos en la que usan armas blancas y es efectuada un día a la semana para saldar disputas entre ellos.
Es de resaltar que esta práctica fue instaurada en la cárcel de Uribana en Barquisimeto y actualmente se ha trasladado a los centros de detención policial de la región.
Lo invitaba a pelear
Ángel Gustavo Crespo Durán, de 25 años de edad, trabajaba como vendedor ambulante en el transporte público. Era el mayor de tres hermanos, padre de dos hijos de 3 y 6 años de edad, ayudaba a su madre y era el sostén de hogar.
Glenny Crespo aseguró al equipo del OVP que a su hijo lo acusaron de un robo que no cometió. Fue detenido cuando decretaron la cuarentena obligatoria por la presencia de Covid-19 en Venezuela y esperaban que fuera liberado tras una audiencia preliminar, pero esta nunca se realizó debido a la paralización de los tribunales.
La señora Crespo contó que durante los tres meses que su hijo estuvo en los calabozos de la PNB había una persona que siempre lo invitaba a pelear en los “coliseos”, pero él le decía que se quedara tranquila que solo eran rozados con un cuchillo.
El domingo 7 de junio, cuando la madre le llevaba los alimentos diarios, los funcionarios le dijeron que Ángel Gustavo había recibido una puñalada y fue trasladado al Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto.
La dama relató que llegó al centro asistencial y encontró un despelote, nadie le decía nada hasta que un funcionario policial le dijo que le daría información porque era la madre y tenía derecho a saber. Su hijo estaba muerto y una puñalada en el pecho fue la causa de muerte.
“Me fui corriendo y pude ver cuando lo estaban metiendo a la morgue, pero un policía de la PNB me cerró la puerta en la cara para que no lo viera”, comentó la madre, quien en medio de su sufrimiento contó que ha sufrido las de caín desde la detención de su hijo porque era quien la ayudaba con los gastos.
Ahora la madre vive sola con sus dos hijos menores y uno de ellos debe salir a vender coquitos o pedir limosna para comer algo en el día. “Estoy sola y sin ayuda. No tengo ni siquiera para pagar una urna, no tengo idea de cómo voy a sacar a mi hijo de aquí”, expresó la señora Glenny mientras lloraba en la entrada de la medicatura forense.
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