El Gobierno de Maduro se mofó de una reunión entre el Departamento de Estado de Estados Unidos y la exdiputada antichavista Dinorah Figuera, quien lidera un grupo de exparlamentarios opositores elegidos en 2015 que mantienen una suerte de «Legislativo» paralelo, en rechazo a la Asamblea Nacional (AN) electa en 2020, de mayoría oficialista.
En tono de burla, el canciller del país caribeño, Yván Gil, deseó, a través de Twitter, «el mayor éxito al Departamento de Estado de EE.UU. en la edificación de las relaciones con Narnia», como el oficialismo suele referirse a este sector de la oposición, hasta diciembre pasado liderado por Juan Guaidó, quien fue reconocido por la nación norteamericana como «presidente interino» de Venezuela.
A juicio de Gil, este reciente «encuentro risible» confirma el «infantil empeño de EE.UU. de promover una fantasía política y diplomática fracasada».
Con este mensaje en la red social, el ministro respondió a una publicación del subsecretario estadounidense de Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, quien informó del encuentro con la representante de la «última institución democráticamente electa en Venezuela».
«Seguimos apoyándola a ella y a los esfuerzos de la Asamblea Nacional para devolver a Venezuela la democracia que su pueblo merece», expresó el funcionario norteamericano en su cuenta de Twitter, a pesar de que esta entidad paralela no cuenta con poder ni atribuciones reales.
El Departamento de Estado afirmó, el pasado mes, que sigue reconociendo a la Asamblea Nacional elegida en 2015 con mayoría opositora -de la que la mayoría de los propios antichavistas se apartaron-, porque considera que es «la última institución elegida democráticamente que queda en Venezuela».
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