Facebook anuncio este miércoles que eliminó una serie de cuentas y páginas dedicadas a la desinformación y vinculadas a asesores del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y de dos de sus hijos: el senador Flávio y el diputado Eduardo.
La red social informó que eliminó un total de 35 cuentas, 14 páginas y un grupo en Facebook y otras 38 cuentas en Instagram, algunas de las cuales se hacían pasar por medios de comunicación, creaban personas ficticias y promovían un «discurso del odio».
La Corte Suprema de Brasil investiga desde hace meses la divulgación de «noticias falsas» y amenazas contra los Poderes Legislativo y Judicial, y sospecha que detrás de esos ataques hay movimientos de ultraderecha y hasta políticos y empresarios afines al mandatario.
El director de Ciberseguridad de Facebook, Nathaniel Gleicher, afirmó en un informe que, «a pesar de que las personas por detrás de esa actividad intentaron ocultar sus identidades y coordinación», consiguieron identificar a algunos de ellos.
Entre ellos «personas asociadas» al Partido Social Liberal (PSL), que Bolsonaro usó como plataforma electoral para las elecciones de 2018, aunque luego se desvinculó de ella, y «algunos de los funcionarios de los gabinetes» de «Eduardo Bolsonaro, Flávio Bolsonaro y Jair Bolsonaro».
El jefe de Estado, líder de la extrema derecha brasileña, ya afronta en la Justicia Electoral otra investigación que podría anular su triunfo en los comicios de 2018 precisamente por la diseminación de noticias falsas durante su campaña electoral.
La red social también cita como impulsores de esa red de desinformación desactivada a «Anderson Moraes y Alana Passos», diputados de Río de Janeiro, cuna política de los Bolsonaro, y sospechosos de participar en una trama de desvío de dinero público en la que también está siendo investigado el propio Flávio.
«La actividad incluía la creación de personas ficticias que fingían ser reporteros, la publicación de contenido y la administración de páginas haciéndose pasar por medios de comunicación», indicó Facebook.
Los contenidos eran sobre «noticias y eventos locales» que abordaban temas políticos, electorales, «memes políticos», críticas a la oposición política y más recientemente sobre la pandemia del coronavirus, que el mandatario, contagiado con el patógeno, ha minusvalorado desde el inicio de la crisis.
Más presión contra el bolsonarismo
Las pesquisas de la red social podrían sumarse al caso que conduce en el Supremo el juez Alexandre De Moraes, quien intenta averiguar el origen de esos ataques cibernéticos contra el Parlamento y el Supremo.
Las dos instituciones han servido de contrapeso al Gobierno de Bolsonaro al suspender o matizar algunas de las iniciativas más polémicas del líder ultraderechista, como la liberación de armas a la población civil.
Desde la irrupción del coronavirus, el llamado «bolsonarismo» ha compaginado su frenética actividad en las redes sociales con protestas en Brasilia y otras ciudades del país calificadas de «antidemocráticas» por la Fiscalía, pues en ellas piden el «cierre» del Congreso y el Supremo mediante «una intervención militar».
El activismo de estos grupos de ultraderecha fue en aumento con marchas de simbología supremacista que recordaban al Ku Klux Klan y y un «bombardeo» con fuegos artificiales contra la sede del Supremo.
De Moraes ordenó la detención de algunos de los líderes de estos grupos radicales, aunque lo puso en libertad con medidas cautelares.
Por otro lado, el Congreso también instaló una comisión específica para investigar la diseminación de ‘fake news’ y ya apuntó la presunta participación del clan de los Bolsonaro.
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