Diversas organizaciones civiles se han activado y alzado su voz para detener lo que ocurre en Apure desde hace dos semanas, convirtiendo la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela en el terreno de un conflicto armado que generó temor, inseguridad, muertes y muchas irregularidades para la población civil, y por ello solicitan un enviado especial de la ONU.
Esta sugerencia es para documentar lo que ocurre y la comunidad internacional accione al respecto.
El enviado especial estaría adscrito a la oficina del secretario general del organismo.
“Suele ser una persona con amplia experiencia diplomática cuya misión es tratar asuntos concretos”, explicó.
Ante esto, VOA consultó a Rocío San Miguel, directora de la organización venezolana sobre seguridad y defensa Control Ciudadano, explicó que una eventual designación de tal figura aliviaría los efectos de la clausura de relaciones diplomáticas binacionales y el cierre intermitente desde 2016 de la frontera común.
Destacó que esto es para dar respuesta ante la emergencia que se vive en la frontera de lado y lado.
Milos Alcalay, exembajador de Venezuela ante Naciones Unidas, evalúa la iniciativa como “sumamente conveniente” para ambos Estados.
Asimismo, recordó que la ONU es un organismo intergubernamental y que serían sus países miembro quienes deben solicitar la presencia de un delegado.
Félix Arellano, experto en asuntos internacionales, valora la idea de un enviado especial de la ONU.
Aunque destacó que la presencia de esta figura sería más del agrado de Colombia que de la administración que actualmente dirige a Venezuela.
A su juicio, la administración de Nicolás Maduro no tiene interés en que figuras del contexto internacional indaguen ni profundicen en el conflicto fronterizo.
A su entender, Rusia y China, aliados de Maduro, podrían ejercer sus influencias en la ONU para apoyar o vetar una delegación en Venezuela.
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