En el evento Prospectivas II Semestre del 2022, realizado en el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, especialistas de varios ramos coincidieron en que estos cambios políticos se pueden dar solo si se cumplen ciertas condiciones.
Un cambio político y participación en unas primarias que definan un liderazgo que conduzca ese propósito, es lo que quieren los venezolanos, en medio de un entorno de debilitamiento de la incidencia democrática internacional sobre Venezuela.
A ellos se suma un crecimiento económico interno de impacto limitado, con desigualdades sociales cada vez mayores y con pocas posibilidades de una efectiva negociación entre gobierno y oposición.
Estas son algunas de las conclusiones del evento Prospectivas II Semestre del 2022, realizado en el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.
Es lo que hay
Allí, especialistas en diversas áreas expusieron los escenarios del entorno internacional, económico, social y político venezolano.
Al iniciar el encuentro, Benigno Alarcón, director del CEPyG Ucab, explicó que para este semestre no se prevén cambios políticos, «con el gobierno firme y cómodo de Maduro y su círculo con mayor poder dentro del oficialismo».
La oposición, mientras tanto, «sigue fracturada, con poca disposición a colaborar entre ellos, en gran medida por la desconfianza entre unos y otros y el interés en imponer sus posiciones, lo que la debilita».
A juicio de Alarcón, «esto genera una asimetría, con lo cual hace muy poco probable que avancen las negociaciones entre gobierno y oposición, ya que, al no haber presión, el primero evitará que se generen acuerdos políticos que puedan poner en riesgo su permanencia en el poder»,
Lo que puede pasar
El director del CEPyG Ucab cree que lo que sí puede ocurrir en el semestre es que «comiencen a desarrollarse iniciativas para organizar primarias opositoras, que pueden activar a la oposición para 2023».
Asegura que se puede «despertar interés entre la población, la cual sigue firme en su aspiración de que ocurra un cambio político y que muestra disposición a participar en tales comicios».
Alarcón refuerza sus palabras con la presentación de los resultados de la encuesta de opinión pública realizada por el CEPYG Ucab, a finales de junio de este año, con apoyo de Delphos.
Las cifras
Félix Seijas, director de la firma señaló que la mayoría de la población (72,5%), «desea un cambio que le permita mejorar su situación actual y tener un futuro mejor».
Agrega que «ese cambio pasaría por la vía electoral: por un lado, mediante la escogencia de un candidato único de la oposición a través de un proceso de primarias y, por el otro, votando en las elecciones presidenciales programadas para finales de 2024».
La ficha técnica de la encuesta es de un universo de 1.200 consultados a escala nacional, donde el chavismo representa 25%, la oposición 36,4% y 37% no se identifica con ninguna de esas opciones.
Más de la mitad (51,9%) afirmó estar dispuesta a votar en unas elecciones primarias para escoger al candidato opositor que se mediría con Maduro dentro de dos años.
Pero, el porcentaje baja a 40% si el proceso es organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), «organismo que sigue generando desconfianza entre el electorado venezolano».
Seijas aclara que «esa disposición de participar en un proceso de primarias luce bastante alta. Normalmente, ese número se puede reducir a la mitad, pero aun así justifica la exigencia de celebrar un evento de ese tipo, porque se observa un apoyo inédito, por lo menos en Venezuela».
Protestas por servicios, no por políticos
Con respecto a acciones a tomar, 24,2% dijo estar dispuesto a protestar contra el gobierno. Mientras más opositor es, aumenta más.
Seijas expresó que, aunque podría decirse que hay ambiente propicio a la protesta, es difícil que ésta se materialice.
Solo cuando se trata de reclamar por los servicios (agua, electricidad o gas) aumenta a 44,6%. Pero si la pregunta es si estaría dispuesto a participar en acciones violentas contra el gobierno, 84,3% dice que no, básicamente por miedo.
Lo que busca Maduro
El análisis sobre el complejo escenario internacional en el que se desenvolverá Venezuela durante el segundo semestre del año, estuvo a cargo de los especialistas Elsa Cardozo y Félix Arellano.
Considera que el gobierno mantendrá su reaproximación a la Unión Europea y a EE.UU., manteniendo su rechazo a escrutinios y la exigencia de levantamiento de sanciones.
Por otro lado, seguirá propiciando apoyos geopolíticos y económicos extracontinentales al precio que impongan las conveniencias ajenas, especialmente por parte de países como Rusia, China, Irán y Turquía.
Asimismo, el gobierno seguirá explorando posiciones, coincidencias y relaciones antisanciones, acuerdos económicos opacos y asimétricos (especialmente en petróleo, en manejos financieros) y apoyo a reanimación de foros regionales convenientes (Alba, Celac) y abandono o descalificación de los que no lo son.
«Mostrará posiciones pronegociación sin propósitos de verdaderos cambios políticos ni institucionales. Su interés seguirá centrado en mantener el diálogo directo con la Casa Blanca», dice Arellano.
En cuanto a la oposición, Cardozo y Arellano prevén que Estados Unidos mantendrá un apoyo constante, pero concentrado y limitado por sus desafíos.
Aseguran que Europa reducirá su compromiso con tendencia a reorientación de su incidencia mientras que Latinoamérica centraría su foco en la emergencia de las migraciones, llamados en derechos humanos, oportunidades políticas y materiales de la relación.
A los expertos les preocupa que se profundicen las divisiones, desacuerdos, pugnas por liderazgo que, desde su interior, la fragmentan y alejan de la sociedad.
«Esto podría en riesgo el proceso de reorganización, ampliación y revinculación social como Plataforma Unitaria y de cara a las primarias y adicionalmente provocarían el debilitamiento de la proyección e interlocución nacional e internacional», alertan.
Crecimiento será limitado
En cuanto al escenario económico, el director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros afirmó que la perspectiva para el segundo semestre se mantiene en el terreno positivo, especialmente en términos de venta y consumo.
Esto, a pesar del freno en el proceso de dolarización que se viene dando como consecuencia de la aplicación del Impuesto a la Grandes Transacciones Financieras.
Sin embargo, destacó que «la actual política de estabilización del gobierno es muy costosa, dado que el Banco Central cada vez tiene que inyectar más divisas para estabilizar el tipo de cambio».
Señala que, aunque el tipo de cambio oficial se mantiene en Bs. 5,61 por dólar, el tipo de cambio de equilibrio se ubica alrededor de Bs. 22 por dólar.
Pero a pesar de las circunstancias complicadas del entorno mundial y de los problemas internos con la producción petrolera, Maduro sigue en su “zona de confort”, lo que se mantendrá así.
“Incluso si el resto de 2022 fuera malo, seguiría casi duplicando a 2021”, dijo el experto.
«Si se produjera una caída del precio del petróleo, su impacto se sentiría en 2023. Para las empresas los mayores desafíos están en el campo de la competitividad y el aumento del costo de vida en dólares», explicó.
Las proyecciones de Ecoanalítica apuntan a que la variación del PIB anual pasará de 0,9% en 2021 a 9,7% este año; el PIB petrolero de 2,8% a 8,7%; mientras que el PIB no petrolero subiría de 0,5% a 9,8%.
Las exportaciones irán de -7,5% a 15,9%; las importaciones de -84,3% a 15,8% al cierre del presente año.
Se estima que la producción petrolera vaya de 632 mil barriles diarios a 756,7 mil barriles diarios en 2022 con un precio estimado de $50 por barril para la cesta petrolera en 2021 y de $78,7 por barril en 2022.
Las reservas internacionales pasarían de 5.750 mil millones de dólares a 4.802 para este año.
Oliveros cerró su intervención señalando que “mientras no se resuelva el tema político, la capacidad de la economía para crecer estará muy limitada”.
“Mejoría” versus mayor desigualdad
Según Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales, LACSO, y fundador del Observatorio Venezolano de Violencia, OVV, los cambios que se han producido en la economía y que pueden ser interpretados como mejoría, están provocando una mayor exclusión de sectores sociales que no pueden acceder a esas “mejorías”.
También fomentan una mayor desigualdad entre los grupos sociales y a lo interno de dichos grupos. De hecho, 92 % de la población piensa que la distribución de la riqueza en la sociedad venezolana es injusta.
A su juicio, las tensiones entre grupos sociales se concentran entre aquellos que tienen privilegios políticos y/o económicos y el resto de la sociedad. Es decir, entre “los enchufados” y los demás.
No obstante, y a pesar del incremento de la desigualdad en el acceso a la salud, la educación y a los servicios, la mayoría de las personas piensa que el país mejorará en los próximos años.
“Pero esta visión optimista del futuro es limitada, pues se observa que casi la mitad de la población está pensando en emigrar y afirma que le gustaría trabajar en otro país”, advierte Briceño León.
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