La Federación Nacional de Comerciantes viajó a Venezuela con una delegación de 34 representantes empresariales que discutirán las posibilidades de negocio binacional, pero advierten que el comercio con Colombia no es menos difícil tras la reapertura fronteriza.
A casi dos meses del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Venezuela y Colombia, el acercamiento en lo práctico ha sido muy poco notorio. Representantes empresariales de ambos países coincidieron en que todavía hay muchos retos que superar para impulsar los negocios binacionales.
Así lo afirmaron voceros de gremios de Colombia y Venezuela durante un encuentro llevado a cabo en el Hotel Marriot de Caracas, instalación que recibió al presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) de Colombia, Jaime Alberto Cabal, junto a 34 representantes de empresas agremiadas y el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, para compartir reflexiones con gremios nacionales como la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecámaras).
“Las expectativas son muy positivas, pero son muchas las cosas que hay que revisar. La economía venezolana no es la misma que antes de la ruptura de relaciones. Hay menos potencial exportador y la economía es más pequeña”, alertó Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras.
Los representantes gremiales coincidieron en que hay puntos concretos en los cuales se debe trabajar, como el Acuerdo de Alcance Parcial N° 28 entre Colombia y Venezuela, que debe reestructurarse para instaurar un ambiente propicio para el intercambio comercial; o la posible reintegración a la Comunidad Andina de Naciones para armonizar las condiciones para comerciar con otros países de la región.
“Se ha avanzado bastante en el Convenio 28. Colombia ha avanzado muchísimo en negociaciones bilaterales con otros países, otorgando beneficios arancelarios. Nosotros aspiramos que estos beneficios también se los de a Venezuela, su socio histórico”, resaltó Fernández.
Destacan también, como elementos a mejorar, el desarrollo de métodos de pago por parte de Venezuela, mejores condiciones tributarias para que las empresas no deban pagar dobles impuestos, refinar la logística y la burocracia y definir la oferta exportable de ambos países.
Entre los retos a superar destacan también las sanciones impuestas por Estados Unidos al gobierno de Nicolás Maduro y a la industria petrolera nacional. En un contexto en el que la Petroquímica de Venezuela (Pequiven) retoma negocios con Monómeros Colombo Venezolanos, las medidas de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadounidense no pueden ser ignoradas.
En este sentido, el representante de Fenalco destacó que confía en el acompañamiento que pueda brindar Estados Unidos a este proceso de acercamiento entre Colombia y Venezuela, después de que empresarios y gremios sostuvieran conversaciones con autoridades en Washington para abordar este panorama de estrechez entre los gobiernos de Gustavo Petro y Nicolás Maduro.
“Obviamente influyen respecto a algunas empresas, pero confiamos en esa intención de Estados Unidos de acompañar este proceso de restablecimiento de relaciones comerciales también mejore en cuanto a las disposiciones con Venezuela. Gremios y empresarios hemos tenido conversaciones en ese sentido”, explicó.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), Luis Alberto Russián, recordó que las sanciones no son tan simples y que hay un margen de acción gracias a licencias y minucias legislativas permitidas por la OFAC. Por eso, en esta etapa las empresas deben estudiar con mucha pericia los términos y condiciones de estas medidas.
“Las sanciones tienen un peso en esta relación. Hay una gran cantidad de sanciones y de licencias o permisos que, si no se tiene claridad, habrá sobreprotección. La banca, agentes económicos y proveedores colombianos pueden no entenderlo y abstenerse”, argumentó.
A pesar de los retos, el embajador Benedetti pronostica un progreso bastante importante de este año frente a los resultados de 2021, pues afirma que se proyecta un intercambio comercial que “llegar a $800 millones y hasta $1.000 millones” a finales de año, 154% más que los $397 millones intercambiados el año pasado.
Sobre las acciones ejecutadas para eliminar las llamadas trochas, recalcó que aún persiste en la frontera colombo-venezolana dos caminos irregulares por donde pasan mercancía, por un valor de entre 500 y 600 millones.
Al ser consultado sobre la relación entre la empresa de fertilizantes Monómeros y Pequiven, indicó que la disponibilidad de insumos por parte de la estatal en Venezuela “está funcionando perfectamente bien”.
Con respecto a la posibilidad para exportar gas natural venezolano a Colombia destacó que se debe rehabilitar el gasoducto Antonio Ricaurte cada gobierno en su territorio. Acotó que la explotación y exportación del gas será por parte de las empresas estatales.
Nuevas condiciones económicas en Venezuela
Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, resaltó en su ponencia dada en el evento que los empresarios venezolanos “tienen un desafío muy grande” para incrementar el intercambio comercial con Colombia, debido a que el entorno no ha sido el más favorable.
Destacó -sin embargo- las mejoras que muestra la economía venezolana, la cual refleja un crecimiento tras ocho años de recesión. “Venezuela no se ha arreglado, pero sí ha cambiado. Aún muestra claro signos de desigualdad, pero ha habido un alza en el consumo gracias al proceso de dolarización”.
Prevé que las remesas, las cuales han sido un factor clave en esa recuperación del consumo, podrían representar 6% del producto interno bruto, al estimarse en $3.500 millones para los próximos años.
“En varios sectores se han visto un aumento en los volúmenes de venta de entre 20 a 30%. El consumo igual es hoy la sexta parte de lo que era en 2013. Por otra parte, los sectores en los cuales han crecido por encima del promedio son alimentos, servicios profesionales, tecnología, cuidado personal, logística y comercio. Otros sectores que están creciendo a un ritmo menor son salud, medios de pago y empaques”.
Entre las estimaciones de Ecoanalítica sobre la economía venezolana para 2023, destaca un alza del consumo de entre 7 y 8%, un crecimiento del PIB de 4%, una tasa de inflación de 97,9% y un precio del dólar en el mercado paralelo de entre 19,1 a 22,2 bolívares.
“Creemos que en caso de que se levanten las sanciones o que Estados Unidos otorgue una licencia a las empresas petroleras que permita ampliar sus operaciones, Venezuela puede crecer 10 a 12%”, dijo Oliveros.
Sobre el intercambio comercial entre ambos países, proyectan que en 2023 aumente a $900 millones. Recordó que las importaciones de Venezuela a Colombia se incrementaron 69% con respecto a 2019, siendo el sector del plástico el bien más demandado. Mientras que las exportaciones venezolanas muestran un aumento de 58% en comparación con el mismo período, en el cual el sector del hierro y acero tuvo una importante participación en el total de envíos a la nación colombiana.
El director de Ecoanalítica fue en señalar que el crecimiento de la economía venezolana tiene un techo debido a diferentes factores, entre los que mencionó: las sanciones petroleras, el precio del barril y los descuentos con el que se vende el crudo de Pdvsa, la alta vulnerabilidad del país frente a una transición energética, la ausencia del crédito en el país, problemas de los servicios públicos, un consumo muy limitado, la reducción en la generación de las políticas públicas y la alta presión tributaria.
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