“El Grupo Siniestro”, así denominan al Foro de Sao Paulo algunos expertos en asuntos internacionales, tras los acontecimientos políticos ocurridos en algunos países de América Latina, se inició con la convocatoria que hicieron Lula Da Silva y Fidel Castro con movimientos y organizaciones de izquierda, en julio de 1990, con el pretexto de reflexionar sobre los acontecimientos tras la caída del Muro de Berlín y “los caminos alternativos y autónomos posibles para la izquierda de América Latina y el Caribe, más allá de las respuestas tradicionales”, según rezaba la agenda del evento.
Pero ello no pasó de ser sino una simple retórica, pues en el Foro de Sao Paulo hay representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército de Liberación Nacional de Colombia y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, que han participado en algunos foros anuales con el propósito fundamental es dominar América Latina mediante el llamado Proyecto de Poder Totalitario, que utiliza el crimen organizado para desestabilizar la democracia en el hemisferio.
Por las razones anteriormente señaladas, algunos expertos califican al Foro de Sao Paulo como el “grupo siniestro” y así lo demuestran los hechos ocurridos en estos últimos años en Colombia, Ecuador y Chile, países en los que se produjeron violentos sucesos para desestabilizar dichos gobiernos.
Según estos mismos expertos, los lineamientos acordados en el Foro de Sao Paulo fueron crear un estado de zozobra en la colectividad de dichas naciones para lograr sus objetivos, que no son otros que la toma del poder por la violencia.
Ahora en estos últimos tiempos apareció un nuevo referente de la izquierda que se denomina el Grupo de Puebla, el cual podría reemplazar al Foro de Sao Paulo, que reunió en su momento a 32 figuras de la izquierda como los ex presidentes Lula Da Silva, Dilma Rousseff, Rafael Correa y el actual presidente mexicano Manuel López Obrador y los representantes de Chile José Miguel Insulza, Marco Enríquez-Ominami y Alejandro Navarro.
En el poco tiempo de vida que lleva la organización, uno de los temas que enfocaron fue el grave conflicto que enfrenta Venezuela en lo político, económico social, al mismo tiempo que emitieron una declaración en la que expresaron: “Rechazamos cualquier intento de uso de la fuerza que socave el principio de solución pacífica de las controversias y que se invoque el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca”, al cual catalogaron como un instrumento arcaico, para realizar intervenciones militares en países de América Latina durante la Guerra Fría.
En el Foro de Sao Paulo realizado en Caracas hace tres años, se hizo énfasis en la lucha anticolonial y a la defensa incondicional de la independencia de Puerto Rico, Martinica, San Lucía y otras islas caribeñas, así como al derecho del pueblo argentino a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. También se enfocó el tema de la continuidad del colonialismo sobe naciones caribeñas y a los derechos de los pueblos latinoamericanos a su soberanía. Una letanía cantada en todos los Foros que han realizado hasta la presente fecha.
Pero esto no es todo, acordaron también que cada uno de los partidos y movimientos del Foro de Sao Paulo redoblen sus esfuerzos en la lucha contra el colonialismo en toda la región y en particular en el caso de Puerto Rico que “libra una batalla histórica por su autodeterminación e independencia con el concurso, unidad y amplitud de la izquierda, para detener el avance de la derecha en defensa de las causas socialistas”.
Las decisiones acordadas por el Foro de Sao Paulo son ejecutadas al pie de la letra y así dejan constancia con sus violentas acciones que vienen perpetrando en estos últimos tiempos, de lo cual se jactan a los cuatro vientos como para amedrentar a los gobiernos democráticos, que por fortuna aún existen en Latinoamérica.
Una prueba de ello se observó en el XXV Foro de Sao Paulo que se celebró en Caracas del 25 al 28 de julio de 2019, cuando cientos de personas marcharon en apoyo del régimen de Nicolás Maduro, en rechazo a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela y Cuba.
En la llamada “Marcha por la Paz y la Unidad de los Pueblos”, diversas organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda de varios países, hicieron un llamado a “fortalecer la alianza de la izquierda mundial frente al imperialismo estadounidense” y en contra de las sanciones impuestas por Washington.
Allí Diosdado Cabello, el número dos del socialismo venezolano, aseguró que están preparados “para una guerra absoluta con Estados Unidos en defensa de la patria y de la paz”, e indicó que “en caso de una invasión de Estados Unidos a Venezuela, el problema para ellos va ser salir, por cuanto aquí en Venezuela nosotros hace 200 años echamos al imperio más poderoso de aquella época y no estábamos tan preparados ni tan unidos”, en franca alusión a la independencia de la corona española.
Presumen quienes abanderan el Foro de Sao Paulo de luchar contra las dictaduras, los derechos humanos, crimen organizado y corrupción, cuando el velorio anda por dentro, como se observa con la demostración palpable del apoyo que le brindan a Nicolás Maduro, un dictador que viola los derechos humanos, a Daniel Ortega un sátrapa asesino y a Miguel Díaz Canel, heredero de la corona comunista que desde hace 62 años mantiene bajo el férreo yugo a un sufrido y noble pueblo cubano.
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