Hoy se ha anunciado una investigación por parte de EE.UU. para llegar al fondo de las reportes que ubicaron al avión del general rebelde libio Khalifa Haftar en Caracas la semana pasada.
La noticia la había dado a conocer el presidente interino venezolano, Juan Guaidó en una videoconferencia con cancilleres de la OEA y luego un comunicado de su equipo confirmó que el «7 de junio, arribó a Venezuela el jefe del autoproclamado Ejército Nacional Libio (LNA), Khalifa Haftar».
No era la primera vez que el avión tocaba suelo venezolano. Ya había estado en Caracas el pasado 24 de abril, según reportes del rastreador Flight Radar24.
Según informes, Haftar ha mantenido un sostenido contacto con el régimen venezolano de Nicolás Maduro, ofreciéndose para actuar como un corredor para los pagos del petróleo sancionado por los Estados Unidos.
El rebelde general mantiene una posición de fuerza en el este de Libia y controla centrales y puertos petroleros, por lo que maneja una capacidad de producción que usa para financiar su ejército.
Pero en una estrategia parecida a la que está viviendo el régimen de Maduro, las sanciones internacionales no reconocen a ninguna otra autoridad petrolera más que la oficial, lo que ha hecho que Haftar deba buscar negociar el petróleo de forma no convencional.
David Schenker, subsecretario de la Oficina del Cercano Oriente, en el Departamento de Estado, dijo que las acusaciones encendieron las alarmas en Washington.
En una videoconferencia de prensa, el funcionario de la administración Trump dijo que Haftar y Maduro están estableciendo alianzas petroleras. Al libio le interesa recaudar fondos sobre todo ahora que está en su peor momento en la guerra por Libia.
Desde 2014, Libia se ha dividido el territorio entre dos facciones, la del líder militar Khalifa Haftar desde Benghazi, con dominio de todo el este del país, y la del gobierno reconocido internacionalmente que controla Trípoli, la capital del país.
Estados Unidos se ha mostrado contrario a la ofensiva de Haftar, pero tampoco ha reconocido al gobierno en Trípoli, sin embargo existen acercamientos entre el presidente turco y Trump para acordar una paz duradera en Libia.
«Después de nuestras conversaciones sobre el proceso de transición en Libia, puede comenzar una nueva era entre Turquía y Estados Unidos», dijo Erdogan.
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