Divorcios Infernales

Historias de horror en las Cortes de Familia en EE.UU

Es una realidad que en EE.UU. las cortes de familia están desbordadas. Varios motivos justifican la situación donde coinciden factores como la alta cantidad de casos, la inexperiencia de algunos abogados, los errores de algunos jueces, la auto representación (sin asistencia legal) de una o ambas partes en el proceso y las emociones descontroladas.

Los lentos procesos en los cortes, ahora agravados con la crisis del coronavirus, obligaron a la Corte Suprema de Justicia a autorizar a los jueces a tener cuentas de videochat para sus audiencias y así dar respuesta a los miles de casos que están a la espera de una vista o de una sentencia.

Las cifras explican el fenómeno de manera clara: A nivel nacional, casi el 50% de los primeros matrimonios terminan en divorcio, los segundos matrimonios 60% y los terceros 73%.

El 43% de los niños están creciendo sin su padre biológico. El 90% de las madres tienen la custodia compartida de sus hijos, cerca del 79% de ellas reciben manutención o “child support” para sus hijos y – dependiendo de ciertas particularidades – uno de los dos involucrados en el matrimonio puede recibir ( o no ) la cuestionada y controversial pensión alimenticia o “alimony”, figura que aproximadamente sólo 400 mil divorciados recibe en EE.UU

El costo del divorcio

Si bien cerca del el 98% de los divorcios se solucionan con una mediación aún queda ese 2% restante que son divorcios contenciosos que pueden demorar años en las cortes y costar miles de dólares.

Según estadísticas, el costo medio de un divorcio no contencioso en EE.UU es de 15 mil dólares aproximadamente pudiendo aumentar exponencialmente si las partes no logran un acuerdo.

Tras el divorcio, las familias con hijos que no eran consideradas “pobres” ven cómo sus ingresos caen en más de un 50% . El cabeza de familia – adicionalmente – debe costear dos hogares: el suyo propio y el de la expareja.

El divorcio deja por debajo de la línea de pobreza a cerca del 50% de los cónyuges.

Esto también genera un gasto tanto para el estado como para el gobierno federal.  Para el 2018 los divorcios costaron a los contribuyentes aproximadamente 30 billones de dólares.

Jorge y Adriana: Una historia infernal

Casados por poco más de 23 años y con 4 hijos, su separación – y continuas idas y venidas a las cortes por discusiones derivadas del mismo – son ejemplo perfecto de un divorcio tóxico y contencioso que parece no tener fin. Son parte de ese 2% de exparejas que no logran poner punto final al infierno que supone haber estado casados alguna vez.

Jorge Zighelboim y Adriana Zisman, ambos de origen venezolano, deciden mudarse a EE.UU en el año 1996 donde, tras más de dos décadas década de estudios y trabajo, Jorge – un notable especialista financiero – logra desarrollar todo su potencial laboral llevando a su familia a una importante bonanza económica.

Amistades de ambos cuentan que la relación de la expareja fue siempre “complicada”, pues Adriana solía pelear a Jorge por cualquier cosa y parecía nunca estar contenta a pesar de que disfrutaba de una vida con todas las comodidades.

Jorge Zighelboim

En el año 2010 Adriana descubrió una infidelidad de Jorge lo que generó la primera separación de la pareja. Jorge se fue de su casa y al poco tiempo introducía la primera demanda de divorcio en contra de Adriana en una corte de Miami-Dade.

Meses después la pareja logra reconciliarse, pero las diferencias se profundizaban.

911

A mediados de 2012 surge otra crisis donde, en medio de una acalorada discusión, Adriana llamó a la Policía alegando supuestos maltratos físicos de su esposo.

Jorge fue arrestado bajo los cargos de agresión contra un oficial de policía, resistencia no-violenta al arresto y presunta “violencia doméstica” contra su esposa.

Adriana Zisman

Los cargos de resistencia no-violenta al arresto y violencia doméstica contra de su esposa fueron desestimados por la corte. Jorge solo enfrentó un cargo de agresión contra un oficial de policía que saldó con tres meses de probación.

Siendo que este hecho detonaría lo que sería el final de un largo matrimonio. Entonces nos preguntamos: ¿qué sucedió esa noche?

Según consta en el expediente levantado in situ por la Policía de Sunny Isles, FL,  Adriana le dijo a los oficiales que Jorge le había propinado  “un puñetazo cerrado en un ojo”. Sin embargo, el expediente describe que Adriana solo presentaba una “pequeña laceración e inflamación en su ojo derecho”.

Adriana no requirió hospitalización y tampoco se levantó ningún informe forense como es obligatorio en casos de lesiones mayores, como la que se hubiese producido de haber recibido un golpe como el descrito.

En declaración obtenida de la empleada que se encontraba esa noche en la casa de la pareja, testigo presencial de los hechos, la misma señala lo siguiente:

“La noche que la policía arrestó al Sr. Jorge, estuve allí. Me quede para cuidar a la niña porque ellos (Jorge y Adriana) tenían una fiesta e iban a volver tarde.

Los escuche regresar de madrugada. Podía escuchar a Adriana hablar en voz alta, pero eso no era nada fuera de lo común ya que solía pelear al Sr. Jorge todo el tiempo.

Al rato escuché a Adriana salir de la habitación y cerrar la puerta de la casa para irse a la calle. Entonces escuché al Sr. Jorge llamándola desde su habitación. No obtuvo respuesta y salió a tras ella.

Pocos minutos después comencé a escuchar voces en la casa, era la policía. Llamaron a mi puerta,  preguntando por Adriana y si había escuchado algo inusual. Les dije que no.

Inmediatamente después de que la policía se fue, Adriana regresó y a los pocos minutos se apareció su hermano Simón. Adriana me contaría que Jorge y ella habían discutido. Me dijo que llamó a la policía, pero colgó la llamada y se fue a esconder en un parque infantil del conjunto residencial porque le dio miedo después llamar al 911.

Adriana no tenía moretones ni señales de golpes en ningún lado. Se encontraba en perfecto estado. Solo me mostró un ligero rasguño en un ojo (del cual ni me había fijado) y me explicó que se produjo cuando ella estaba “agarrando” a Jorge, por lo que éste abrió los brazos en un esfuerzo por zafarse, y accidentalmente la rasguño con su anillo.

También me dijo que no iba a presentar ningún cargo contra Jorge porque no había hecho nada malo. Se mostró triste por lo sucedido y me dijo que nunca fue su intención que se lo llevaran preso, que ella solo quería intimidarlo. Añadió que la policía le dijo que, si no acusaba al Sr. Jorge, se la llevarían detenida a ella por falsa llamada al 911.

Según versiones de sus amistades la reputación de Jorge se vio severamente afectada a raíz de este episodio, pues la versión que circuló fue que Jorge “golpeó y pateó” a Adriana en el suelo, para posteriormente arrastrarla por las escaleras de la casa, asegura una amiga de ambos.

En Florida, los casos de violencia doméstica recaen en la Oficina del Fiscal del Estado. Por lo tanto, la supuesta víctima no tiene el poder de decidir si se debe seguir adelante con el caso, ni puede desestimarlo, pues la parte acusadora es el Estado, no la víctima.

Es el Fiscal asignado al caso quien evalúa si hay pruebas suficientes para condenar al procesado, y de ser así, el Estado procede a realizar la correspondiente acusación.

De haber ocurrido una agresión como la descrita por Adriana, Jorge pudiese haber enfrentado cargos por delito menor de 2do grado o asalto agravado, con penas que podrían incluir desde 1 a 5 años cárcel, finalización de un programa de intervención de agresores de 26 semanas, 12 meses de libertad condicional, pérdida de importantes libertades civiles y una orden de alejamiento.

En este caso, la fiscalía no presentó ningún cargo y el juez desestimó el caso de violencia doméstica contra Jorge. Adriana había mentido.

Mudanza y Divorcio

El terrible episodio no fue suficiente para divorciarse. Jorge decide continuar la relación, siendo que ya habían programado una mudanza al Estado de Massachusetts donde la pequeña hija de la pareja recibiría atención especial para su condición de autismo. Para Jorge la niña era su prioridad, como señalan los múltiples documentos introducidos por Jorge en ese Estado en su demanda de divorcio. 

Sin embargo, pocos meses después, la situación entre Adriana y Jorge se tornaría insostenible. La relación estaba irremediablemente rota.

Jorge decide abandonar nuevamente a su esposa y se muda de regreso a la Florida para poco tiempo después, introducir en la Corte de Middlesex Probate and Family Court la segunda demanda de divorcio contra Adriana. Esta vez no habría reconciliación.

La debacle financiera

Luego de casi tres años de peleas en la corte y más de 600,000.00 dólares en gastos legales, Jorge y Adriana por fín se divorciaron.

Adriana habría recibido desde la separación en 2014 hasta la fecha más de $800.00.00 por concepto de manutenciones fuera de lo recibido en la distribución de bienes acordadas en el divorcio, por un monto mayor $1,000.000.00 de dólares. Adicionalmente, Jorge habría pagado en seguros de salud para su exesposa e hijos un monto que supera los $100,000.00 dólares, más un seguro de vida en donde Adriana recibiría $1,500.000.00 de Jorge fallecer antes de la fecha de terminación del alimony. 

Desde el enero de 2015 hasta junio de 2029, Jorge pagaría a Adriana $9,000.00 mensuales en manutención (alimony)  y $2,500.00 en pensión para los hijos (Child Support) 

Todo parecía solucionado y la pesadilla de un matrimonio infeliz y un divorcio peleado terminaba. Para ese entonces Adriana ya tenía alrededor de dos años con su nueva pareja (con la cual sigue hasta el día de hoy) y Jorge disfrutaba también de su nueva vida de soltero, aunque se casaría nuevamente en verano de 2015. Todos felices.

Adriana Zisman y su pareja Paul Yanovich posan en el año 2013. Foto IG

Sin embargo, pocos meses después de sentenciado el divorcio comenzaron las demandas de Adriana a Jorge por incumplimiento y deducciones disputadas en los pagos de alimony. Esta acción duraría dos años y gastos por varios cientos de miles de dólares entre ambas partes. En una mediación llevada a cabo en 2017, se dio por terminada la acción y se produjo el primer apéndice al documento de divorcio. 

A mediados de 2019 Jorge comenzó a incumplir con sus pagos de alimony. No podía seguir cumpliendo con acuerdo del divorcio que tanto le había costado concretar. Algo estaba pasando.

Para la fecha del divorcio, en el año 2015, Jorge estaba en su mejor momento profesional y definitivamente el dinero no era un problema para él. Tenía la capacidad económica para pagar las exigencias del acuerdo de divorcio.

Jorge comenzó su carrera como banquero privado en Nueva York, primero en Merrill Lynch, y posteriormente sería reclutado por UBS. Trabajo para esas dos prestigiosas compañías financieras desde 1998 hasta 2006, cuando decide volver a Florida y armar su propio Hedge Fund con otros tres socios. Desde sus comienzos, los clientes de Jorge han sido personas naturales de Venezuela, a quienes Jorge ayudaba a proteger sus legítimos patrimonios de los vaivenes de la inestabilidad política y económica del convulsionado país suramericano. 

Por muchos años el negocio fue viento en popa, pero en 2016 el fondo es liquidado y Jorge comienza a rearmar su carrera.

Según pudimos conocer por fuentes de la propia comunidad venezolana, Jorge había perdido la mayoría de sus clientes a raíz del episodio de la llamada de Adriana al 911.

La falsa historia que corrió entre la comunidad venezolana de que Adriana había sido víctima de una brutal golpiza por parte de Jorge, ocasionó que Jorge perdiera cuentas a izquierda y a derecha. En 2016, sus socios deciden deshacer la compañía que otrora les había generado muchos éxitos profesionales y jugosas ganancias económicas.  

Sumado a esto, la situación de Venezuela se volvía cada día más critica. Las pocas cuentas de los clientes que Jorge logró retener comenzaban a migrar a bancos comerciales porque los clientes iban abandonando Venezuela dada la delicada situación del país, como apuntan varios documentos introducidos en las cortes tanto de Florida como de Massachusetts.

Para el año 2019 Jorge estaba había perdido su fortuna y su posibilidad de generar los recursos suficientes para pagar sus obligaciones con Adriana y cumplir con la enorme cantidad de compromisos económicos de él y su familia, incluidos sus hijos.

Aun así, las demandas de Adriana por impago del alimony continuaron.

En todos los documentos que Adriana ha introducido en Massachusetts, ella señala que depende del dinero del alimony para poder sobrevivir.

Adriana Zisman junto a su pareja Paul Yanovich en Dubai. Foto de IG.

Sin embargo, su afirmación contradice el suntuoso ritmo de vida de Adriana. En una de sus Declaraciones Juradas de Bienes, Adriana reconoció gastos por 82,000.00 dólares en viajes, 32,000.00 en ropa y joyas, más 15.000.00 en “entretenimiento”, para una cifra total de $129.000.00 en gastos no relacionados con sus costos de vida, los cuales son la razón de ser del alimony.

Siendo que el alimony de Adriana es de 108.000.00 dólares al año, el “déficit” mostrado por sus abogados nada tenía que ver con sus gastos cotidianos, los cuales posteriormente se demostraría que no corren por su cuenta, sino por cuenta de su madre, Adela del Vecchio de Zisman.

Adriana Zisman y Paul Yanovich en India. Foto IG.

En documento respuesta a la corte, Jorge explicó que la suma del alimony fue acordada a través de una negociación con el hermano de Adriana,  Simon Zisman, quien argumentó que la cifra requerida era para que Adriana alquilara un apartamento, y pagase todos sus gastos esenciales.

Mientras tanto, Jorge trataba de encontrar una salida negociada, pero los varios intentos de mediación fracasaron. 

Paralelamente, una corte de familia en Miami-Dade ordenó una mediación por un caso introducido por Jorge para la reducción o eliminación del child support a finales de 2018.

La orden inicial de 2015 que obligaba a Jorge a pagar $2,500.00 mensuales, cubría el child support para los entonces dos hijos menores de la pareja. El hijo menor cumplió la mayoría de edad en 2017, y según consta en diversos documentos, ha vivido con su padre la mayoría del tiempo y se habría mudado con él de forma definitiva al poco tiempo de cumplir 18 años.

El único hijo de la pareja para efectos de child support sería la niña, sobre la cual Adriana y Jorge tienen la custodia conjunta, con del 55/45 de tiempo compartido respectivamente.

Adriana Zisman y Paul Yanovich en Tanzania. Foto IG

Para principios de 2020, a más de dos años de que Jorge introdujera la moción,  se llevó a cabo la mediación en presencia de los abogados de las partes en Florida, Max Leinoff por parte de Adriana, y Christopher Rumbold por parte de Jorge.

La mediación tuvo como resultado la eliminación total del child support, luego de que el abogado de Jorge lograra comprobar la incapacidad de Jorge de seguir pagando la pensión alimentaria, y la enorme diferencia entre los ingresos de Adriana y de Jorge.

Esta mediación también produjo el segundo apéndice al documento de divorcio.

¿Concubinato o Matrimonio? El Jewish Get.

A finales de 2018 Jorge introdujo en la corte de Florida la terminación del alimony por una provisión del acuerdo de divorcio denominada “Jewish Get”. Según el contrato de divorcio al Adriana obtener el Get (Divorcio Judio) bajo ciertas circunstancias, el alimony debía terminarse. Adriana obtuvo el Get en el año 2017.

La razón de esta decisión de Jorge de solicitar la terminación del alimony por la provisión del Jewish Get, fue la cada vez más creciente sospecha de que Adriana se habría casado en secreto por la religión judía con su pareja de años, Paul Yanovich.

Imagen de BFA. Paul y Adriana Yanovich

En fotos obtenidas de las redes sociales de Adriana, se puede ver como la pareja se comporta como un matrimonio establecido y de hecho, la relación entre la pareja es definida por ellos mismos y sus familiares cercanos como “una relación de familia”, como Jorge menciona en uno de los documentos introducidos en su defensa en la corte de Massachusetts. La hija de Jorge y Adriana suele vestirse como las hijas de Paul cuando están juntas, y hasta la pareja las mencionan “hermanas” y “trillizas” en dichas fotografías. La madre de Paul, Jeannette Yanovich, es mencionada por Adriana como su “suegra”.

«Amo a mi suegra» escribe Adriana Zisman de la madre de su pareja, Paul Yanovich. Foto IG

La relación entre Adriana y Paul comenzaría a mediados de 2013, estrechándose hasta puntos insospechados. Adicionalmente, el departamento de la madre de Adriana y donde esta vive desde que se mudó de vuelta a Florida en 2014, se encuentra en el mismo edificio donde reside Paul, a tres pisos de diferencia según registros del Condado de Dade.

Según fuentes cercanas a la pareja, Adriana tendría su residencia oficial en casa de su madre, pero viviría de facto en casa de Paul, siendo que pernocta en el apartamento de éste. Adicionalmente, la pareja continuamente viaja junta, muchas veces con sus respectivos hijos y padres como una “familia”.

Todo lo anterior es público y notorio como se desprende de sus redes sociales.

Adriana Zisman y Paul Yanovich posando junto a sus respectivas hijas. Foto IG

En documentos extraídos de la corte de Massachusetts, Jorge asegura sentirse víctima de un “fraude” y una “charada” por parte de Adriana y de Paul. Agrega además que Adriana disfruta “lo mejor de dos mundos”, vivir la vida como la Sra. Yanovich, mientras financia los lujosos viajes de la pareja con el dinero del alimony como demuestran sus estados financieros. Mientras tanto Jorge batalla diariamente para poder sobreponerse de su inestable situación, Adriana y Paul llevan una extravagante vida de ensueño.

Evidencias de la cohabitación de hecho entre Adriana y su pareja llevó a Jorge a introducir en 2018 una demanda para acabar con el alimony basado en la provisión del Jewish Get, como consta en documento introducido en corte de Miami Dade.

Como respuesta a la demanda de Jorge en Florida, Adriana introdujo en la corte de Massachusetts una moción para que fuera este Estado el que tuviese la jurisdicción sobre el caso.

La juez, Mary Black de Middlesex Probate and Family Court, sentenció que Massachusetts seguía conservando la jurisdicción sobre los asuntos pertinentes al alimony, pese a los argumentos de la defensa de Jorge, por lo cual la petición de Jorge de desestimar el caso en Massachusetts para continuar el Florida fue desestimada.

Adriana y Paul celebrando el cumpleaños de Jeannette Yanovich, madre de Paul Yanovich, junto a Adela Zisman, madre de Adriana. Foto IG

Ante este revés, Jorge decide representarse a sí mismo en Massachusetts, pues no contaba con el ingreso para pagar los altísimos costos de los abogados en el Commonwealth, más los costos asociados a los viajes y estadías en ese Estado.

Siendo que además paralelamente al caso del Jewish Get, Jorge introdujo en Florida la moción para reducir o eliminar el Child Support, no podía costear representación legal en ambos Estados, así que decidió mantener su representación legal en Florida, y presentarse como litigante Pro Se en Massachusetts. Jorge sigue sin representación legal hasta el dia de hoy, y batallando una cuarta demanda en su contra en esa jurisdicción.

Adriana Zisman y Paul Yanovich en Paris. Foto IG

Adriana entonces introdujo varias mociones en la corte de Massachusetts en respuesta al caso introducido por Jorge en Florida, demandando la restitución del Alimony.

Por amor… al Dinero; La batalla por el Alimony

En uno de los varios documentos y demandas que Adriana introdujo en la corte de Massachusetts, acusó a Jorge de querer “enriquecerse indebidamente y haber maquinado un fraude” con la introducción del Jewish Get.

Adriana pidió a la corte eliminar la provisión del Jewish Get del acuerdo de divorcio por considerarla “injusta y cruel” y además solicitó a la corte impusiera a Jorge resarcir a Adriana por daños y perjuicios, restituir el alimony más intereses, así como le pagase todos los gastos asociados al juicio, incluyendo honorarios de abogados, gastos de viaje y alojamiento en los que ella habría de incurrir.

En respuesta a una moción de emergencia, la corte ordenó a Jorge restituir el Alimony que había sido suspendido por el caso del Jewish Get introducido por Jorge en Florida, mientras la audiencia fue fijada para enero de 2019.

El día de la audiencia, se presentó en representación de Adriana el abogado David Wilkinson. En la conferencia previa a la audiencia, Jorge le explico al abogado en frente de Adriana su delicada situación financiera, como consta en documento introducido por Jorge en respuesta a una moción de Adriana.

Según este documento, Jorge le ofreció a Adriana – frente de su abogado – entregarle su casa, su barco y las obras de arte que son propiedad de su nueva esposa como “lump sum” del alimony. El abogado de Adriana David Wilkinson desestimó la propuesta y le dijo a Jorge que sus números (en referencia su estado financiero) lucían amañados y que seguirán adelante con el caso, no dejando espacio así para ninguna negociación.

El documento también señala que, en la audiencia, la Honorable Juez Mary Black preguntó a ambas partes como había ido la conferencia y si había llegado a algún acuerdo.

Jorge explicaría a la juez que los abogados de Adriana se habían opuesto a negociar el día previo sino un par de horas antes de la audiencia. Jorge también le comentó a la Juez Black la oferta que le acaba de hacer a Adriana, a lo que el abogado Wilkinson repitió que el estado financiero de Jorge lucia amañado.

La Juez Black ordena una mediación que se llevaría a cabo en Massachusetts en mayo de 2019.

Entretanto se trataba de encontrar una salida negociada con el hermano de Adriana, Simon Zisman. Primero con una propuesta para suspender el alimony temporalmente hasta la recuperación de Jorge. Fue rechazada pues los términos propuestos de vuelta por Simon Zisman incluido una rápida devolución del dinero altísimos intereses, terminaría por deteriorar más aún la ya precaria situación de Jorge.

Visto esto, Jorge ofreció hacerse cargo del 100% de las deudas de las Universidades de los dos hijos mayores a cambio del alimony. Esta propuesta le ahorraría a Adriana su 50%, equivalente a 1.6 millones de dólares a futuro, pero no obtuvo respuesta final.

La mediación en Massachusetts se llevó a cabo resultando en la eliminación de la provisión del Jewish Get, y $30.000 dólares de pago a los abogados de Adriana, que serán restados de su 50% de deudas de Universidades. Pero Jorge debía continuar pagando el alimony.

Para mediados de 2019 ya la situación era insostenible y los ahorros se habían esfumado, por lo cual a partir de junio de 2019 Jorge no pudo seguir pagando el alimony.

Jorge había puesto a la venta su casa y su barco por temor a no poder seguir pagando la hipoteca y otras deudas. Mientras tanto vendió su carro, sus dos motocicletas, una guitarra de colección, dos relojes y finalmente su barco. Estaba arruinado.

Al cuarto mes de fallar el alimony, Adriana nuevamente inició un juicio en Massachusetts por incumplimiento en los pagos de su manutención.

La audiencia fue fijada para el dia 13 de noviembre de 2019.

Afortunadamente Jorge y su esposa pudieron vender su casa a finales de octubre de 2019, aunque a una pérdida de cerca de $300,000.00 en la venta.

Jorge se presentó en la audiencia pudiendo cancelar lo adeudado con lo poco recuperado de la venta de su casa después de pagar la hipoteca, y el caso fue desestimado. Sin embargo, este sería el ultimo pago que podría realizar, siendo que su parte por la venta de la casa apenas alcanzó para pagar los $60,000.00 que adeudaba a Adriana por alimony más $3,000.00 de los honorarios de abogados de esta. Tras pagar otras deudas, Jorge volvió a quedar en cero y por lo tanto, volvió a fallar en sus pagos de alimony al carecer del ingreso suficiente para cumplir con la manutención. 

Siendo que Jorge no pudo seguir pagando alimony a partir de diciembre de 2019, a principios de marzo de 2020 Adriana introduce ante la corte de Massachusetts otra demanda por desacato en el pago de alimony en contra de Jorge.

Adriana volvió a esgrimir en su demanda supuestas “dificultades financieras” de no recibir el alimony, mientras Jorge señaló una serie de irregularidades en las declaraciones de Adriana, que presuntamente habrían salido a la luz a través documentos que habrían sido obtenidos durante el juicio por la eliminación del child support. 

Estos documentos demostrarían la interrelación económica entre Adriana y Paul, su relación con cuentas de familiares difuntos todavía activas, irregularidad en sus seguros de salud, ocultamiento de tarjetas de crédito y encubrimiento de ingresos en sus declaraciones de bienes, entre otras cosas.

También demostraría que la madre de Adriana, no solo costea la inmensa mayoría de los gastos esenciales supuestos a ser cubiertos por el alimony (todos los relacionados al condominio de su propiedad, más la empleada doméstica), sino que también habría costeado buena parte de los gastos asociados a los diferentes juicios, y de los cuales Adriana habría solicitado a Jorge su devolución al declararlos como propios. También habría pagado el 100% de la matrícula escolar de la hija menor de la pareja y le habría transferido a Adriana cientos de miles de dólares en los últimos tres años.

La audiencia preliminar se llevó a cabo el día 03 de abril de manera telefónica pues las cortes están atendiendo los casos a distancia por el tema del Coronavirus. 

En esta ocasión Adriana estuvo representada por Meredith DeJesus Caradimos otra de sus abogados perteneciente al prestigioso bufete Wilkinson & Finkbeiner, de la ciudad de Boston, mientras Jorge se representó a sí mismo.

En la corte de Massachusetts no hay ninguna sentencia que demuestre que la Jueza a cargo del caso, Jennifer Allen, haya tomado alguna determinación ese día, por lo cual el caso sigue abierto.

A la fecha, el caso de Adriana y Jorge sigue sin solución aparente.

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Próximo: En la segunda parte de “ Divorcios Infernales” consultamos a un abogado de familia sobre los beneficios de la mediación. También, un abogado criminalista nos explicará cuando – y como – un caso de familia puede convertirse en un caso penal. El fraude – en casos de familia – y la actualización sobre el caso “Jorge y Adriana: Una Historia Infernal”.

También próximamente, en nuestro seriado “Divorcios Infernales”,  el divorcio de una pareja perteneciente a una de las familias más adineradas de Venezuela desata otro infierno judicial en las cortes de Estados Unidos.  

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Investigaciones Notiveraz


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