El gobernador del estado Amazonas (fronterizo con Brasil y Colombia), Miguel Rodríguez, informó este martes que se han detectado 89 casos de malaria en el municipio indígena Río Negro, y que ya están siendo atendidos por personal sanitario.
Rodríguez indicó, en su cuenta de Twitter, que se mantiene la fumigación, tras un operativo en dos sectores la localidad afectada, donde residen unas 3.000 personas.
Además, el gobernador explicó en una publicación en Facebook que el vector proviene de comunidades del río Casiquiare y los casos son “en su mayoría” de la comunidad indígena Yanomami.
Asimismo, dijo que ya se definió una “ruta de trabajo”, la cual no detalló, para afrontar el brote y abordar el “cerco epidemiológico” en el municipio.
La ONG venezolana FundaRedes denunció en Twitter que esta situación se debe al “uso indiscriminado de mercurio en la explotación minera y la falta de políticas públicas efectivas por parte del Estado que garanticen el derecho a la salud”.
“Destacamos la ausencia de datos oficiales para conocer la realidad epidemiológica del Arco Minero del Orinoco (AMO) y, por consiguiente, la cantidad de personas afectadas por diferentes patologías como paludismo, sarampión, difteria, dengue, entre otras afecciones”, añadió.
El AMO, cuyos límites fueron fijados en 2016 por el Gobierno, es una zona rica en oro y otros minerales en la que tienen presencia grupos criminales, mientras que el Ejecutivo, con ayuda de cientos de militares, explota la mayoría del terreno.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló en diciembre, en su informe global sobre malaria, que Venezuela, Brasil y Colombia encabezaron la lista de países con un mayor número de contagios, aunque los casos descendieron notablemente en los tres lugares.
En Venezuela, se reportaron 223.000 casos de malaria en 2021, un dato que contrasta con el de 2019, cuando el número de afectados fue más del doble, al llegar a 467.000.
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