Nicolás Maduro confirmó este miércoles los cambios en la junta directiva de la petrolera PDVSA, con los que puso al frente de la compañía a importantes aliados. Según el comunicado oficial difundido en las últimas horas, la reorganización de gabinete dejó oficialmente a la vicepresidente Delcy Rodríguez como ministra de Petróleo y a Héctor Obregón como presidente de la firma.
Ambos sustituyeron a Pedro Tellechea, quien llevaba poco más de un año y medio al frente de los dos cargos, pero fue apartado para liderar el Ministerio de Industria. Tellechea llegó a PDVSA en medio de las investigaciones por corrupción sobre la empresa y se encargó de cambiar, él también, a la cúpula directiva, con el objetivo de reactivar la producción y refinación del petróleo.
En tanto, Carlos Canelón asumió como viceministro de Refinación y Petroquímica y Eduardo Ramírez, como viceministro de Integración y Asuntos Internacionales. Por último, los viceministerios de Gas e Hidrocarburos quedaron a cargo de Luis González y Paula Henao, respectivamente.
Según Maduro, todos estos cambios en el chavismo, que llevan días anunciándose, responden a su deseo de conformar un nuevo equipo, luego de haberse autoproclamado ganador en los últimos comicios presidenciales para un nuevo mandato al frente del país. “Quise hacer una remodelación profunda del Gobierno Nacional y acoplar un nuevo equipo”, dijo a finales de agosto.
Otro de los movimientos clave del chavismo de los últimos días fue el de Diosdado Cabello, histórico referente del oficialismo en el país, quien quedó a cargo del nuevo ministerio del Interior, Justicia y Paz, posición en la que ya se desempeñó hace más de dos décadas.
“He decidido incorporar al Gobierno (…) como nuevo ministro del Poder Popular de Interior, Justicia y Paz (…) al capitán bolivariano Diosdado Cabello. Diosdado trae suerte (…) sabe mucho de paz, sabe mucho de justicia” y tiene la capacidad para “consolidar la paz” frente a “tanta conspiración”, dijo Maduro al anunciar su cambio, mientras ratificaba a Vladimir Padrino como ministro de Defensa.
Todos estos cambios se dieron en un momento de gran fragilidad para el régimen que, tras los fraudulentos comicios del 28 de julio, perdió parte del apoyo dentro del país y fuera de éste, con la excepción de algunos pocos países como Cuba, Nicaragua, Irán, China y Rusia.
Desde entonces, todos los aspectos de su gobierno han sido cuestionados, apuntando principalmente a las oficinas que, en lugar de ser independientes, actúan bajo su voluntad. Ejemplos de ello son el Consejo Nacional Electoral, que se niega a cumplir con la ley y difundir las actas oficiales que expongan el real resultado de la votación, y el Tribunal Supremo de Justicia, que ratificó su triunfo e, inclusive, promueve la persecución contra la disidencia.
El candidato opositor, Edmundo González Urrutia, se convirtió en su última víctima luego de que, este lunes, la Fiscalía emitiera una orden de arresto en su contra por la presunta comisión de los delitos de usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de leyes, conspiración, sabotaje y asociación ilícita.
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