La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) y el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) propusieron al país un plan para retomar las actividades económicas en el país tras más de cinco meses de paralización comercial, alertando sobre la bioseguridad y la conciencia ciudadana.
En el plan se establece una desescalada controlada que permita trabajar a todos los sectores de forma continua, utilizar el teletrabajo donde sea posible, lavado y desinfección de manos y superficies, extender horario de trabajo para evitar aglomeraciones, control de aforo, fiscalización aleatoria por parte de las autoridades, imposición de sanciones de no cumplirse las medidas y otras medidas complementarias.
El presidente de Consecomercio, Felipe Capozzolo, señaló que no existe relación entre trabajo decente y contagio. De acuerdo con el gremialista hay que trabajar y crear un equilibrio entre bioseguridad, producción y conciencia ciudadana.
La medida 7×7 establecida por el Ejecutivo nacional no está resultando factible para el sector comercio e industrial dado que no es suficiente para cancelar gastos operativos y el pago de nómina. “Todos tenemos la obligación de salvar la mayor cantidad de empleo”, expresó.
Las medidas restrictivas y la imposibilidad de trabajar han llevado a que comerciantes migren a rubros de mayor demanda y que tienen la permisología del Estado, como lo son los alimentos. Capozzolo estima que 40% de los comercios están migrando a sectores informales o cambiando de rama, al haber una caída de un 70% en la demanda.
Números en rojo
En Venezuela de 2013 a 2019 hubo una caída del producto interno bruto (PIB) de aproximadamente 70%. El presidente de Conindustria, Adán Celis, teme que pueda ser peor de no reactivarse las empresas. Para el dirigente que puede o no puede que el COVID-19 contagie a las personas, dependiendo de cómo se cuida cada quien, pero sí es seguro que sin trabajo los venezolanos morirán de hambre.
“Estamos calculando que se van a perder más de 3 millones de empleos”, dijo. De acuerdo con Celis, de continuar la pandemia y no tomarse medidas unas 800 empresas, un 60% del sector industria podría cerrar sus puertas. Actualmente las industrias trabajan a menos de un 20% de sus capacidades.
Para 2020, según las estimaciones de la organización, podría haber una caída acumulada de la economía de un 25%. “Eso no solamente es la pérdida de empresas, la pérdida de industrias y de comercios, es también la pérdida de empleo, de productos para los venezolanos”, alertó Celis.
El gremialista agregó que se debe abrir todos los comercios ya que unos dependen de otros y permitir la apertura de unos sectores, cuando otros se mantienen cerrados no es una opción considerable.
Los gremios se han reunido en estos últimos dos meses con autoridades del Ministerio de Comercio para entregar protocolos y solicitudes de trabajo, sin embargo, no se han tomado medidas económicas al respecto. Celis pidió a las autoridades tomar acciones para salvaguardar el bienestar y la tranquilidad de los venezolanos.
Comerciantes en Bolívar golpeados
La Cámara de Comercio de Caroní (Camcaroni) estimaba para finales de julio que al menos el 30% de sus afiliados habían cerrado sus puertas durante este período de pandemia. “¿Qué pasa si se pierden los puestos de trabajo? son familias que quedan sin ingreso”, resaltó Luis Núñez, presidente del gremio.
Hace un mes había un grave problema de poder adquisitivo y los empresarios estaban teniendo una disminución de hasta un 75% de los ingresos, porcentajes graves que, consideraba, seguirían llevando a compañías a la quiebra.
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