Después del 21-N los poderes públicos adscritos a Miraflores dieron al traste con los incipientes signos de respeto a la institucionalidad que el propio oficialismo fraguó a lo largo del año; todo para impedir que el ganador de la Gobernación de Barinas, el opositor Freddy Superlano, asumiera el cargo. Además de ser un símbolo en la narrativa chavista, Barinas es asiento de grupos guerrilleros disidentes de las FARC.
¿Qué tiene Barinas, además de ser la cuna de Hugo Chávez, que no tiene el Zulia, Nueva Esparta o Cojedes y que hizo al PSUV desconocer de manera flagrante la derrota que le propinó Freddy Superlano al gobernador y aspirante a la reelección, Argenis Chávez, el pasado 21 de noviembre?
Desde el 22 de noviembre en adelante, los venezolanos, y en particular los barineses, asisten a un desfile de acciones judiciales, electorales, políticas y hasta militares para impedir la proclamación de Freddy Superlano como gobernador de Barinas, que representan toda una novedad en el arsenal de tácticas poselectorales a las que el PSUV y los poderes que le responden estaban habituados:
Retención de actas electorales por parte de efectivos del Plan República;
Presentación de una querella ante el TSJ por parte de un disidente opositor con más acceso a los expedientes de la Contraloría General que el propio CNE; Integración de una junta ad hoc de totalización por parte del Poder Electoral cuyas competencias fueron burladas por la Sala Electoral del TSJ;
Reconocimiento por parte del TSJ de que Freddy Superlano se inscribió, participó y ganó la elección para gobernador, seguido de la anulación del resultado alegando la supuesta existencia de una inhabilitación para ejercer cargos públicos en su contra;
La aparición repentina de esa presunta inhabilitación cuya nomenclatura no concuerda con la secuencia numérica de las resoluciones de la Contraloría;
Convocatoria a una nueva elección para el mes de enero pero acompañada de la inhabilitación de los posibles sustitutos de Freddy Superlano, incluyendo a personas que nunca han sido funcionarios;
Participación de un candidato con un nombre similar al de Freddy Superlano –el mismo que presentó la acción judicial– representado por una tarjeta similar en nombre y símbolos a la de la Mesa de la Unidad;
Y la modificación extemporánea del Registro Electoral al permitir el cambio de centros de votación del candidato del PSUV Jorge Arreaza, registrado originalmente en Caracas, y del candidato de Soluciones, Claudio Fermín, que votaba en el estado Miranda.
¿El ser el estado donde nació el expresidente Chávez es el único elemento de peso para que el PSUV y Nicolás Maduro, con la Misión de Observación de la Unión Europea aún en el país, tirara por la borda los pequeños pasos que dio este año para presentar un rostro un poquito menos autoritario?
Ante ese catálogo de irregularidades, Crónica.Uno consultó con el historiador Pedro Benítez, la experta en temas militares Rocío San Miguel y la consultora política Carmen Beatriz Fernández para contestar a esas preguntas y la respuesta común es que Barinas, para el chavismo, es un símbolo de mucho peso e interés geopolítico y entregar su control implica aceptar una derrota que va mucho más allá de los votos.
Para el Partido Socialista Unido de Venezuela, pero sobre todo para los chavistas autodenominados originarios (el ala que dentro del PSUV lidera su primer vicepresidente Diosdado Cabello), Barinas es un símbolo político de victoria, de revolución y de continuidad en el poder.
Pero también un símbolo afectivo pues allí nació Hugo Chávez en 1954 y desde 1998 la Gobernación de Barinas, como el Santo Grial, dice Carmen Beatriz Fernández, ha estado en manos de la familia Chávez: ese año Hugo de los Reyes Chávez se postuló como candidato a gobernador, ganó y gobernó durante 10 años.
Le sucedió su hijo mayor, Adán Chávez, quien ejerció el cargo por dos períodos entre 2008 y 2017; ese año se postuló al cargo uno de los hermanos menores, Argenis Chávez, que gobernó hasta el pasado 30 de noviembre cuando en medio de la crisis interna que generó en el PSUV su inesperada y sorpresiva derrota, renunció al cargo y dejó en manos del partido la escogencia de un candidato.
Barinas, recalca Pedro Benítez, es además un elemento central dentro de la narrativa histórica y la epopeya revolucionaria que quiso sembrar Hugo Chávez en la memoria colectiva, al traer de vuelta a los libros escolares, al calendario de efemérides y al discurso la prácticamente olvidada Batalla de Santa Inés, en Barinas, donde el Federalismo derrotó al Conservacionismo por allá en diciembre de 1859, en plena Guerra Federal.
Y al mismo tiempo, Barinas es un corredor geográfico y geopolítico importante desde el punto de vista militar, señala Rocío San Miguel.
A través de lo que se conoce como la lengüeta de Barinas se accede y se controla el Alto Apure y los llanos occidentales, además el estado conduce también a los Andes. San Miguel resalta un elemento adicional: “Barinas ha sido históricamente un espacio para conversaciones con la guerrilla colombiana, inclusive desde finales del gobierno de Rafael Caldera hubo presencia guerrillera allí”. Sobre esto volveremos más adelante.
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