Un barco de guerra de la Armada estadounidense realizó esta semana una operación para la libertad de navegación en el Mar Caribe, ante un “reclamo marítimo excesivo” del gobierno en disputa de Venezuela, informó el Comando Sur de Estados Unidos.
El contraalmirante, Don Gabrielson, de las fuerzas navales estadounidenses del Comando Sur, dijo que el buque de guerra USS Nitze, navegó fuera de las 12 millas náuticas de las costas venezolanas, que según Venezuela son parte de la plataforma marítima de ese país.
Gabrielson dijo que la operación de libertad de navegación fue “sencilla (…) sin acontecimientos notables y ejecutada muy profesionalmente”.
No hubo ningún contacto con la Armada Bolivariana de Venezuela. Gabrielson dijo que hubo mucho silencio radial y que ni siquiera está claro si Venezuela se percató de la presencia de los buques de guerra estadounidenses en la zona de su reclamo.
“Sí le puedo decir que temenos una larga relación con la Armada de Venezuela y siempre ha sido profesional. Nosotros apreciamos el profesionalismo de la Armada venezolana”, dijo Gabrielson. “Sabemos que están teniendo problemas con su capacidad operativa”.
Las fuerzas navales estadounidenses se mantienen frente a las costas venezolanas como parte de un “operativo ampliado” de Estados Unidos contra las actividades de narcotraficantes que trasiegan drogas desde Venezuela y Colombia hacia Estados Unidos.
Hasta el 19 de junio, el operativo ha resultado en la confiscación de más de 40 toneladas métricas de cocaína y unas 13.000 libras de marihuana, una pérdida para los narcotraficantes estimada en unos 1.200 millones de dólares, según el Comando Sur.
Durante dicho “operativo ampliado”, las fuerzas estadounidenses realizaron el operativo con un buque de guerra, y varios otros navíos a poca distancia en caso de necesitarse apoyo. El reclamo de esas aguas no es nuevo, data de 1956, según Gabrielson, y siempre ha sido rechazado por Estados Unidos.
Gabrielson informó además que ellos están en capacidad de frenar los envíos ilegales de gasolina de Irán hacia Venezuela, los cuales violan las sanciones que Washington ha impuesto al régimen del presidente en disputa Nicolás Maduro.
No obstante, Gabrielson dijo que ellos prefieren una solución diplomática.
“Siempre es nuestra esperanza que la solución sea una solución diplomática. Queremos la paz”, dijo Gabrielson a la VOA. “Queremos que el pueblo venezolano prospere. Y queremos una transición pacífica al gobierno que el pueblo venezolano se merece”.
Gabrielson, un militar con una extensa hoja de servicio, y con estudios en el War Collete y el Instituto de Teconologías de Massachusetts (MIT), insistió como lo haría un diplomático en una transición pacífica, pero no dudó en calificar al régimen de Venezuela como una “amenaza”.
“Es una amenaza para el pueblo de Venezuela. El gobierno es un real problema”, dijo. “Y hay mucha gente que está sufriendo ahí, millones de personas que se merecen una mejor vida. Nuestra esperanza es que se ponga en práctica una solución diplomática para que el país pueda escalar a su potencial”.
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