La vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, trabajará hasta el último día del actual gobierno. El primer cargo lo asumió en 2018 y el segundo en mayo de 2021.
En diálogo con el DIARIO EL ESPECTADOR, la funcionaria habla de su papel en las dos carteras, del proceso de empalme con el futuro gobierno, que asume el 7 de agosto, y del nombramiento de funcionarios de carrera.
¿Cómo han sido los empalmes?
Los dos han sido absolutamente respetuosos. He sentido interés de saber qué hicimos, qué cosas avanzamos, qué quedó pendiente, dónde hubo obstáculos… Me da muchísimo optimismo ver que la vicepresidenta Francia Márquez es una mujer decidida a darle continuidad a todo lo que hice en materia de equidad de género, pero también pondrá su propia agenda.
Ha sido muy difícil poner la agenda de género en primer lugar dentro de la política pública, pues eso implica cambios culturales e institucionales.
También hemos explicado lo que hicimos en lucha contra la corrupción, transparencia, crecimiento y empleo. En la Cancillería ha sido un proceso similar. Las reuniones con el canciller designado, Álvaro Leyva, con su equipo de empalme, los viceministros y los directores de área han sido muy amables.
No fue en el gobierno de Iván Duque, sino en el de Juan Manuel Santos que se cortaron las relaciones. En enero del 2019 se dio esa situación donde había un presidente en Venezuela que, según la Constitución, debía asumir: Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional. Lo que hizo el Gobierno de Colombia, ya presidido por Iván Duque, fue tener la coherencia de atenerse a lo que dice la Constitución venezolana.
Pero Maduro pasó por encima de la Constitución de su país y por eso lo que tenemos es una dictadura. Colombia ha tenido la coherencia de decir: “Mientras haya una dictadura en Venezuela no tenemos cómo restablecer una relación”.
Este gobierno nuestro ha sido muy solidario con el pueblo venezolano. Hicimos el Estatuto de Protección Temporal, el cual hoy todo el mundo nos reconoce. Legitimar una dictadura son palabras mayores, máxime cuando esa dictadura apoya los grupos terroristas de Colombia y el narcotráfico, que sale de Colombia a través de Venezuela.
¿No es contradictorio que se rehúse a establecer relaciones con Venezuela por ser una dictadura, pero que celebre acercarse a un gobierno de prácticas autoritarias y señalado por violaciones de derechos humanos como el de Turquía?
El caso de Turquía es distinto del de Venezuela. Por supuesto que existen críticas y señalamientos de los que no podemos hacer caso omiso, pero el presidente Recep Tayyip Erdogan fue electo democráticamente y se mantiene dentro de la institucionalidad de ese país. Si los turcos lo quieren retirar del poder, tendrán los canales para hacerlo. Maduro, en cambio, está usurpando el poder, pues su elección se dio en unas votaciones que no tienen ninguna garantía ni transparencia.
Además, Turquía es un país estratégico para todo el mundo y está jugando un rol importante como mediador en el conflicto en Ucrania. Yo viajé allá y luego senté las bases para que nos visitara el canciller turco y para que invitaran al presidente Duque a una visita de Estado.
NotiVeraz