Ciberseguridad y teletrabajo, un binomio en jaque por el coronavirus

La industria de la ciberseguridad –trending topic del mundo digital en los últimos tiempos– ha visto, cómo no, multiplicada su actividad por ese tsunami en forma de pandemia llamada coronavirus (COVID-19).

Tanto las empresas de nicho como todas las corporaciones del país están siendo afectadas por la oleada global de contagios; y las primeras trabajan a destajo para que estas últimas puedan desplegar el teletrabajo de forma segura en toda su capa laboral.

También, tratan de contener la última treta del cibercrimen, que en situaciones de crisis busca su tajada y se vale de la alarma social para lanzar malware a diestro y siniestro y monetizar el panorama. Prácticamente todos los equipos de investigación han atestiguado un crecimiento muy significativo de las fechorías de los ‘malos’, que amenazan con robar datos camuflados de correos con phising en los que lanzan advertencias sanitarias en nombre de organizaciones fidedignas como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Y, es que, de todos es sabido que este tipo de redes aprovechan noticias de trascendencia o eventos de carácter mundial para lanzar ataques contra víctimas desprevenidas. Incluso, llegan más allá del spam y ya se han notificado casos de ataques de compromiso por email.

Los cibercriminales tratan de engañara a los clientes de una empresa para que paguen un saldo pendiente, a un banco diferente del habitual, “debido al brote de coronavirus”.

Este es solo uno de los focos con el que tienen que aprender a vivir y lidiar todos los trabajadores españoles que han dejado de ir a la oficina para realizar su tarea en el hogar –más de millón y medio, según datos de Adecco–, que tal y como asegura Eduard Blasi, profesor del posgrado de protección de datos de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), se tendrán que enfrentar a un repunte de amenazas que se aprovecha de esta burbuja de gente conectada.

El experto confirma que las compañías están adecuando sus infraestructuras para garantizar la total disponibilidad de los negocios en remoto pero que no han llegado a ofrecer sistemas con la misma protección que de puertas para adentro. Se trata, sin duda, de un examen a la madurez de los procesos de transformación digital de las compañías. “El teletrabajo forzado es un riesgo”, indica.

“Requiere de conexiones seguras, que muchas veces pasan por las VPN, y de un control de accesos exhaustivo que no facilite todo el core informativo de la organización a los empleados que no lo necesitan, máxime cuando hay empresas que manejan datos muy sensibles”.

En la misma línea se muestra Fernando Maldonado, analista principal de IDG Research, quien es contundente en su diagnóstico: “La seguridad de las empresas no está preparada para el teletrabajo masivo”.  Se trata de un experimento colectivo.

“Pocas organizaciones, si acaso alguna, habían manejado un escenario como este”. Las grandes firmas del país ya se encontraban probando el trabajo en remoto escalado, es decir, un pequeño porcentaje de sus empleados teletrabajaba por turnos y semanas. “Aquí vuelve a entrar en juego la continuidad de negocio.

No es lo mismo utilizar solo una aplicación de correo electrónico que entrar en un ERP de manera masiva”. 

NotiVeraz

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